Mensajera del Señor

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El aspecto negativo de la inspiración verbal

(4) Pero el aspecto negativo de estas dos posiciones se desarrolló en la vida de algunos de los partidarios más elocuentes. Muchas influencias intervinientes afectaron al Dr. John Harvey Kellogg, pero probablemente ninguna fue más crucial que su comprensión de cómo ocurre la revelación y la inspiración. La desviación eventual de A. T. Jones y E. J. Waggoner, héroes espirituales de 1888 y de los primeros años de la década de 1890, se debió mayormente al mismo malentendido, Kellogg y Jones, especialmente, se adhirieron a un concepto rígido de inspiración verbal virtual sin usar el principio contextual para comprender las declaraciones de la Sra. White. 22 MDS 440.4

(5) Pero algunos de los que abogaban por la inspiración de pensamiento se encontraban al otro lado de la cuesta resbaladiza. Aunque tenían una comprensión más clara de cómo Dios habla a las mentes de los profetas, pocos parecían poseer la esencia interior del mensaje de Elena de White que proveía la estructura teológica para su contribución global a la teología, la educación, la salud, las misiones, etc. MDS 440.5

A medida que pasaba el tiempo, algunos de estos líderes de otra manera capaces no tenían nada a lo cual aferrarse cuando comenzaban a separar lo que era inspirado de lo que no lo era. Cuando decían que no podía confiarse en Elena de White en asuntos históricos y médicos, o aun en cuestiones administrativas y teológicas, ¿dónde se detendrían? Si Elena de White no podía ser considerada una autoridad en esos asuntos, ¿cómo podría considerársela con autoridad en otros? 23 MDS 440.6

No conocemos la motivación que había detrás de las declaraciones escritas o públicas tanto de los partidarios de la inspiración verbal o de la inspiración de pensamiento. Generalmente, sin embargo, los que sustentaban la inspiración de pensamiento contendían por la libertad para interpretar a Elena de White sobre la base de principios herme- néuticos sólidos, tales como la aplicación de los criterios del tiempo, el lugar y las circunstancias. Los tales buscaban el principio detrás de la norma. Este enfoque había sido óptimamente expresado por W. C. White en sus observaciones respecto a la revisión de El conflicto de los siglos de 1911. 24 En el Concilio, F. M. Wilcox también aseveró en una manera general este enfoque coherente, unificador, respecto a los escritos de Elena de White: “Me gustaría preguntarle al Hno. Daniells si se pudiera aceptar como una especie de regla que la Hna. White podría equivocarse en los detalles, pero que era una autoridad en las normas y en la instrucción general”.25 MDS 440.7

Otros que contendían contra los partidarios de la inspiración verbal no aceptaban, o quizás no entendían este razonamiento más amplio, más constructivo. Por la razón que fuera, el pensamiento se expresaba en estos términos: “Mientras creo [que Elena de White es una profetisa de Dios], no creo [que] todo lo que ella escribe y todo lo que dice es inspirado; en otras palabras, no creo en la inspiración verbal”. 26 MDS 441.1

Si no se modifica severamente esta manera de pensar, es una puerta abierta a través de la cual muchos se han distanciado de la Iglesia Adventista a lo largo de los años. Tal forma de pensar conduce a emitir un juicio personal en cuanto a qué significa ser un “profeta” y qué es inspirado y qué no lo es. Esta es realmente una cuesta resbaladiza si no existe un mensaje predominante, fundamental al cual aferrarse. MDS 441.2

Por lo menos los partidarios de la inspiración verbal sabían, en su corazón, cómo aferrarse a la autoridad, aun cuando podría no haber sido por las razones correctas. Los de este grupo (y había muchos) que permanecieron en la iglesia como vigorosos dirigentes en administración y evangelismo, creían que eran los únicos que quedaban que podían salvar a la denominación de la apostasía. Podían señalar a muchos que trataron de “reinterpretar” a Elena de White como ejemplos de adónde conduciría a otros dicho pensamiento: hombres como los hermanos Ballenger (A. F. y E. S.), J. H. Kellogg, A. T. Jones, W. A. Colcord, E. J. Waggoner, L. R. Conradi y W W. Fletcher. MDS 441.3

Un rasgo común de todos estos líderes sumamente destacados que abandonaron la iglesia era su convicción de “que el espíritu de profecía podía dividirse en porciones ‘inspiradas’ y ‘no inspiradas’. Parece ser relevante el hecho de que, en muchos casos, aquellos que comenzaron a hacer tales conclusiones eventualmente perdieron confianza en el espíritude profecía”. 27 MDS 441.4

(3) En comentarios posteriores se refleja la evidencia de que la Conferencia/Concilio no pareció cambiar la manera de pensar de nadie. Por un lado, A. G. Daniells escribió a W. C. White que “permanecemos juntos más unida y firmemente en pro de todos los principios fundamentales que cuando comenzamos la reunión”. 28 MDS 441.5

(4) Por otra parte, J. S. Washburn, un representante altamente notorio de aquellos que se oponían a Prescott y a Daniells en sus opiniones concernientes al “continuo”, la cues tión del Oriente, etc., escribió una carta abierta a Daniells y al comité de la Asociación General, expresando la preocupación de muchos. Al referirse a “este así llamado Instituto Bíblico” en el que “los maestros estaban socavando la confianza de nuestros hijos e hijas en los mismos principios fundamentales de nuestra verdad”, él citó a “uno de nuestros obreros más fieles” quien dijo que el Instituto “era lo más terrible que jamás hubiese ocurrido en la historia de esta denominación”. 29 MDS 441.6

(5) Los problemas que se dieron a conocer en la Conferencia/Concilio de 1919 continúan hoy en día, y se reflejan en por lo menos tres de las cuatro posiciones que dividen a los cristianos en general y a los adventistas en forma específica: (1) Aquellos que creen que los escritores bíblicos y Elena de White fueron inspirados pero que no recibieron la verdad en forma concreta. (2) Aquellos que sostienen que los escritores bíblicos y Elena de White recibieron una verdad dictada divinamente y que sus mensajes fueron dados como Dios deseaba que los escritos se leyeran u oyesen. (3) Aquellos que creen que la Biblia y los escritos de Elena de White son divinamente inspirados por Dios al impresio- nar los pensamientos en la mente de los profetas que luego comunican el mensaje en el mejor lenguaje y esquemas de pensamiento que están a su disposición. (4) Aquellos que creen que la Biblia y los escritos de Elena de White son inspirados en términos generales pero que su valor es más pastoral que teológico. MDS 441.7