Mensajera del Señor
Aclarando la verdad bíblica
Elena de White nunca pretendió que sus escritos fuesen para invalidar la Biblia. 7 Ella veía como su “primer deber” el “presentar los principios bíblicos” y que si no había “una reforma decidida y concienzuda” ella debería “exhortarlos personalmente”. 8 En realidad, sus Testimonios no habrían sido necesarios “si os hubieseis dedicado a estudiar la Palabra de Dios, con un deseo de alcanzar la norma de la Biblia y la perfección cristiana”. 9 MDS 170.6
Además de eso, nunca pretendió tener infalibilidad y siempre subrayó que “sólo Dios es infalible”. 10Ella fue siempre receptiva hacia el descubrimiento de la verdad. Para ella, la verdad progresiva no contradeciría verdades reveladas previamente sino que la expanderían. 11 MDS 170.7
El corregir errores contemporáneos en el pensamiento cristiano llegó a ser una parte esencial de la exposición de los principios bíblicos. Elena de White diría: “[Esto me ha sido dado] para corregir errores sutiles y para especificar lo que es la verdad”. 12 MDS 171.1
En su interés primario de que la Biblia fuese vista como la única regla de fe y práctica del cristiano, se sintió impulsada a enfatizar que, en algunos casos, lo que por siglos se había entendido como la “verdad bíblica” podría ser meramente “gérmenes que circulan” y la “hojarasca del error”. 13 MDS 171.2
Además de corregir esos gérmenes teológicos “circulantes” que perneaban el cristianismo convencional en el siglo XIX, se le mostró que algunas verdades cristianas básicas habían permanecido latentes desde el siglo I. Estas verdades debían recuperarse y ser colocadas dentro del marco mayor del “Evangelio eterno” que tenía que predicarse en su plenitud al fin del tiempo. 14 MDS 171.3
Debido al hecho de percibirse a sí misma como la mensajera de Dios con la misión de ayudar a aclarar la verdad bíblica, Elena de White y sus contemporáneos entendieron que el consejo de ella se hallaba en un nivel más elevado que el de otros estudiantes de la Biblia. Su participación en la formación de la doctrina de los adventistas del séptimo día fue percibida como normativa. MDS 171.4