Elena De White: Mujer De Visión

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LA GUERRA Y LA OBRA DE LA IGLESIA

A quienes estaban en Battle Creek, por un tiempo la guerra les parecía distante. Poco ocurría en los campos de batalla, y Jaime y Elena White estaban involucrados en los diversos intereses de la iglesia. MV 92.1

Pero a medida que la guerra avanzaba, el presidente emitió llamados para reclutar más soldados. Se le requería a cada Estado que proveyese una cierta cuota de hombres para cada llamado, la que a su vez fue distribuida entre cada condado, ciudad y barrio. Si el número de los que se ofrecían voluntariamente no llegase a alcanzar la cuota requerida, se haría necesario instituir un reclutamiento obligatorio. Para evitar esto, tenían que encontrarse maneras para estimular el alistamiento de hombres a fin de reunir el número requerido. Para promover el alistamiento, en muchas municipalidades se formaron comités de ciudadanos; ellos hacían arreglos para ofrecer gratificaciones que se pagarían a los reclutas. Comenzando con $25 dólares, pronto se elevaron hasta $100 a medida que más y más hombres eran llamados al frente. MV 92.2

Como los adventistas estaban particularmente ansiosos de evitar el reclutamiento que se había amenazado, lo que incluiría a los observadores del sábado, Jaime White participó gustosamente en el proyecto de recaudar fondos para pagar gratificaciones atrayentes a los voluntarios. Como norma, los Adventistas del Séptimo Día se oponían por razones de conciencia a la portación de armas, sin embargo sentían que era su deber reunir dinero para el pago de las gratificaciones ofrecidas a voluntarios que no tenían escrúpulos religiosos contra la portación de armas. MV 92.3

Jaime White, J. P. Kellogg y otros adventistas al frente de la obra asistieron y participaron en una cantidad de reuniones populares de los ciudadanos de Battle Creek. En estas reuniones se discutieron libremente las actividades de la guerra, pero particularmente el problema de proveer la cuota de hombres, de ser posible, sin la necesidad del reclutamiento. White hizo claro que los jóve-nes observadores del sábado no se habían abstenido de ofrecerse como voluntarios porque fuesen cobardes o amigos de la comodidad. Aunque generalmente eran pobres, contribuirían voluntariamente en forma tan generosa como aquellos que eran prósperos. MV 92.4

Las perplejidades relacionadas con la guerra aumentaban a medida que se elevaba el monto de la gratificación, por lo que se necesitaba hacer a los adventistas pedidos de recursos aún más gravosos. Los obreros que estaban en el campo infor maban sobre dificultades relacionadas con intentos de practicar evangelismo. William Ingraham informó que la carpa de Illinois fue desarmada porque era inútil montar la carpa en campos nuevos durante la excitación de la guerra (RH, 19 de agosto, 1862). En Iowa, J. H. Waggoner y B. E Snook fueron arrestados bajo ley marcial y detenidos hasta que obtuviesen un certificado del juez del condado “declarando su lugar de residencia, su presente ocupación y profesión”. El juez les aconsejó que volvieran inmediatamente a sus hogares, considerando que diariamente estarían más y más expuestos a problemas y dificultades (Id., 26 de agosto, 1862). MV 92.5

De Rochester, Nueva York, M. E. Cornell informó: MV 93.1

La conmoción de la guerra era tan grande que tuvimos que suspender [las reuniones] por dos noches. Nuestra carpa fue usada para las reuniones de la guerra. Nunca vi una excitación tal como la que vi aquí en Rochester. Las calles están bloqueadas con las carpas de los oficiales de reclutamiento. Todos los negocios están cerrados de 3:00 a 6:00 p.m., y todos están tratando de inducir a los hombres a alistarse. Cada noche hay reuniones sobre la guerra (Ibíd.). MV 93.2