Elena De White: Mujer De Visión
EL FUNERAL EN BATTLE CREEK
Elena de White había pedido que se la enterrase al lado de su esposo en el Cementerio de Oak Hill, en Battle Creek, donde también estaban enterrados su hijo mayor, Henry, y el pequeño bebé, y los padres de Jaime White. De modo que planearon tener un servicio en el Tabernáculo de Battle Creek el siguiente sábado, 24 de julio, y luego tendría lugar el entierro (DF 757, sermón funeral de E. W. Farnsworth, 18 de julio, 1915). MV 576.2
Cuando W. C. White y Sara McEnterfer se acercaban a Battle Creek el día jueves, 22 de julio, dos hombres abordaron el tren en Kalamazoo para viajar los últimos 50 kilómetros (30 millas) con ellos. Uno era James Edson White, el hijo mayor de Elena de White; el otro, George Israel, un oficial de la iglesia de Battle Creek que estaba a cargo de los arreglos funerarios. La iglesia lo había enviado para que se encontrara con los viajeros y les informase en cuanto a los planes para el funeral. MV 576.3
El sábado de mañana, algún tiempo antes de las 8:00, la gente comenzó a reunirse en frente del Tabernáculo de Battle Creek. El periódico Enquirer de Battle Creek, del 25 de julio, describió qué ocurrió cuando se abrieron las puertas: MV 576.4
Durante las dos horas entre las 8:00 y las 10:00 hubo una constante corriente de seres humanos para observar el cuerpo. Hombres con cabezas grises y hombros encorvados, muchos que conocieron a la Sra. White durante los primeros días del Movimiento Adventista, estaban en el Tabernáculo para ofrecer sus últimos respetos. Permanecían ante el ataúd y las lágrimas corrían por sus mejillas mientras pensaban en la maravillosa obra de ella para la denominación (DF 758). MV 576.5
El ataúd era de simple color negro, cubierto con una corona de claveles blancos y de nomeolvides. Pero detrás del ataúd había una abundancia de arreglos florales y coronas primorosas (Ibíd.). MV 576.6
Entre los que pasaron junto al ataúd ese sábado de mañana estuvo Dudley M. Canright, acompañado por su hermano adventista, Jasper. Dudley había servido por años como un ministro adventista pero había apostatado y estaba activamente ocupado en escribir un libro contra Elena de White. La conocía bien; habían trabajado juntos en años anteriores. Él había permanecido por días en la casa de los White, pero cuando fue reprobado por un curso de acción que no era correcto, se volvió contra ella y durante los últimos 28 años de la vida de la Hna. White se había opuesto amargamente a su obra. Después de pasar frente al féretro una vez, D. M. le sugirió a Jasper que pasaran nuevamente, de modo que se introdujeron en la línea. Mientras los dos estaban de pie junto al ataúd por segunda vez, hicieron una pausa. Dudley puso su mano en el ataúd y con lágrimas que le corrían por sus mejillas declaró: “Se ha ido una noble mujer cristiana” (W. A. Spicer, The Spirit of Prophecy in the Advent Movement [El espíritu de profecía en el Movimiento Adventista], p. 127). MV 577.1
El Tabernáculo de Battle Creek resultó demasiado pequeño para los enlutados que se reunieron. Unos 3.500 colmaron el edificio. En la concurrencia había muchos pacientes del sanatorio, algunos en sillas de ruedas, y muchos de los ciudadanos de más edad de Battle Creek que conocían a Elena de White personalmente (DF 758, Evening News, 24 de julio, 1915). Otros 1.000 o más que no pudieron entrar en el Tabernáculo permanecieron calladamente en el jardín exterior. Muchos de ellos acompañaron a Elena de White al cementerio. MV 577.2