Elena De White: Mujer De Visión
MENGUA DE LA FUERZA Y FALLECIMIENTO
Pero ahora la fuerza de Elena de White estaba decayendo rápidamente. Algunos días no se daba cuenta quiénes estaban en la habitación. No estaba comiendo y su cuerpo se estaba consumiendo, aunque de tanto en tanto se le daba un poco de agua con albúmina, la clara de huevo en agua, cuando ella la tomaba. En la mañana del jueves 8 de julio, ella se reanimó lo suficiente como para decir: “No sufro mucho, gracias al Señor”. Y luego agregó, dirigiéndose a Sara: “Ahora no pasará mucho tiempo” (WCW a “Amigo”, 14 de julio, 1915; WCW a G. I. Butler, 26 de julio, 1915). MV 573.7
El viernes 9 de julio por la mañana, ella se recuperó lo suficiente como para hablar un poco a Sara y a su hijo William. Él oró y le dijo a su madre que entregarían todo en las manos de Jesús. Ella respondió, hablando en un débil susurro: “Yo sé en quién he creído” (NB, p. 492). MV 574.1
Se discontinuaron los tratamientos. El jueves 15 de julio, W C. White informó que se estaba haciendo por ella todo lo que corazones amables y manos voluntarias podían hacer. Pero ahora permanecía en silencio, mientras se acercaba a su desenlace, respirando calladamente. MV 574.2
Al día siguiente, viernes 16 de julio, alrededor de las 2:00, las enfermeras vieron que el fin estaba muy cerca y llamaron a W. C. White y a su esposa, May. Ellos se apresuraron a ir a la casa y a su cuarto. Mientras su respiración se volvía más lenta, otros fueron notificados y se dirigieron, uno o dos a la vez, al cuarto en el segundo piso. C. C. Crisler y su esposa, Minnie, pronto se unieron al grupo. También estaban allí la nieta de Elena de White, Mabel White Workman; su administrador de la granja, Iram James, y su esposa; su contador, A. H. Mason, y la Sra. Mason; la Sra. Mary Chinnock Rhorp, una conocida por largo tiempo; su ama de llaves, Tessie Woodbury. Y por supuesto estaban las tres enfermeras: Sara McEnterfer, que había sido su fiel compañera, enfermera y secretaria por muchos años; May Walling; y Carrie Hungerford, que la había atendido día y noche por 153 días desde el día del accidente. MV 574.3
En la mañana la respiración de Elena de White había sido contada y era de 50 veces por minuto, pero a las 3:00 era de 38; a las 3:20 era de 18, y un poco más tarde sólo de 10. Luego su respiración llegó a ser más lenta y más irregular, hasta que sin un temblor la respiración se detuvo. Eran las 3:40. Nadie en el cuarto se movió por varios minutos, pensando que ella todavía podría respirar una vez más. Pero no lo hizo (WCW a David Lacy, 20 de julio, 1915; WCW a G. I. Butler, 26 de julio, 1915). MV 574.4
Describiendo la experiencia, W. C. White escribió; MV 574.5
Era como la extinción de una vela, tan callada (WCW a David Lacy, 20 de julio, 1915). MV 574.6