Elena De White: Mujer De Visión
EL RÁPIDO TRASLADO A WASHINGTON
El empaquetamiento comenzó enseguida. Dos vagones de carga fueron cargados con muebles y documentos de la Asociación General el lunes y martes, 3 y 4 de agosto. Partieron de Battle Creek el día 5 y estuvieron en Washington el 10 de agosto. El equipo para imprimir del Edificio Oeste le siguió poco después. MV 452.3
El último número de la Review and Herald impreso en Battle Creek llevaba la fecha del martes 11 de agosto. El siguiente número llevaba este lugar y fecha: Washington, D. C., jueves 20 de agosto. Para muchos adventistas a través del país, el hecho de que su Review llegase dos días tarde les permitió saber por primera vez que la sede central de la iglesia y el equipo de impresión se habían trasladado. MV 452.4
El pastor Daniells y otros estaban convencidos de que Dios había dirigido el traslado. Esto es evidente por una carta del pastor Daniells a Elena de White, la primera en ser enviada desde las nuevas oficinas centrales en Washington: MV 452.5
Apreciada Hna. White: Estoy adjuntando una copia de una carta que acabo de escribirle al Hno. White acerca de nuestras experiencias esta semana en Washington. Sé que usted estará deseosa de oír de nosotros, y por eso le envío esta copia. No puedo decirle, Hna. White, cuán grande ha sido la bendición que hemos experimentado al iniciar nuestros deberes en este lugar. Seguramente la mano del Señor está en este traslado. Nunca sentí una confianza tal en la dirección de Dios en esta obra como la que he experimentado desde que nos pusimos a la tarea desde Battle Creek de encontrar una ubicación en el Este. MV 452.6
Creo que él nos estaba hablando y que si obedeciéramos su voz implícitamente y no nos desviáramos ni siguiéramos nuestras propias ideas, él nos daría una evidencia inequívoca respecto al lugar correcto; pero, oh, qué concepto pequeño tenía yo de cuán clara y confortante sería esa evidencia. No puedo decirle lo que esta experiencia ha hecho en mi corazón; pero sí puedo decirle que me conduce a una entrega nueva y plena de mi vida a Dios y a su obra. MV 453.1
Veo como nunca antes la insensatez de dudar y vacilar y desviarse de la instrucción que Dios da a su pueblo. Nunca sabremos hasta que se abran los libros [del cielo] cuánto se ha perdido en esta causa por no rendir una obediencia pronta e implícita a todo lo que Dios nos pide que hagamos. Debo escribirle nuevamente sobre algunos asuntos importantes, pero hoy no escribiré más. Sus cartas e instrucciones nunca me fueron tan preciosas como en este tiempo. Estoy orando a Dios para que me ayude a no vacilar no importa lo que ocurra. Por favor, siéntase libre de aconsejarme como el Señor la instruya (AGD a EGW, 14 de agosto, 1903). MV 453.2