Elena De White: Mujer De Visión
ENFRENTANDO EL FANATISMO DE LA CARNE SANTIFICADA
Otro elemento que produjo una brecha y que Elena de White enfrentó en el congreso de 1901, esta vez ante todos los ministros de la causa, fue el fanatismo de la “carne santificada”, que se centró en Indiana. Esto ocurrió el miércoles 17 de abril por la noche. MV 413.2
Bajo el disfraz de un gran reavivamiento y del derramamiento de la lluvia tardía, el movimiento de la “carne santificada” se extendió por la Asociación de Indiana. A fines de 1899 el presidente, el pastor R. S. Donnell, se convirtió en un defensor vigoroso del movimiento y se le unieron la mayoría de los ministros en Indiana. Al hacer arreglos para el campestre de 1900, planeó grandes cosas. No estaba dispuesto a que se les diese mucha oportunidad de llegar a la gente a los dos hermanos visitantes de la Asociación General, los pastores S. N. Haskell y A. J. Breed. Advirtió a sus obreros que estos hombres no habían pasado por la experiencia de Cristo en el Jardín de Getsemaní, y que los ministros no deberían permitir que los tales influyesen sobre ellos. MV 413.3
Al estar de pie hablando cierta noche, el presidente de la Asociación extendió sus brazos hacia la congregación, y más tarde informó que había sentido un gran poder que corría por sus brazos y pasaba hacia la gente a través de sus dedos. MV 413.4
El pastor Haskell informó que ciertamente había un poder, un extraño poder, en este nuevo mensaje. La gente estaba perpleja. Nadie quería perder la experiencia del derramamiento del Espíritu de Dios. La fe en la traslación parecía deseable. La enseñanza era una mezcla de verdad, error, excitación y ruido. MV 413.5
Este no era el primer contacto de Elena de White con esta extraña enseñanza. Le respondió a Haskell en estos términos: MV 413.6
En enero pasado el Señor me mostró que en nuestras reuniones de reavivamiento se introducirían teorías y métodos erróneos, y que se repetiría la historia pasada. Me sentí muy angustiada. Se me instruyó para que dijera que en esas demostraciones estaban presentes demonios en forma humana que trabajaban con todo el ingenio que Satanás puede emplear para hacer que la verdad resulte odiosa para las personas sensibles; debía decir, además, que el enemigo estaba tratando de disponer las cosas de tal modo que las reuniones de reavivamiento, que han sido el medio de presentar la verdad del tercer ángel ante las multitudes, lleguen a perder su fuerza y su influencia (2MS, p. 42). MV 413.7
La reunión de obreras del miércoles 17 de abril a las 5:30 de la mañana, no sólo fue solemne sino impactante. En ese punto de la sesión la Sra. White decidió enfrentar el fanatismo de la “carne santificada”. Lo hizo leyendo una declaración manuscrita preparada cuidadosamente. Antes de que terminase la reunión, le dijo a la concurrencia que una de las razones por las que había dejado Australia y regresado a los Estados Unidos era para hacer frente a este fanatismo. La situación que ella estaba enfrentando le había sido revelada en Australia en enero de 1900, “antes de que yo partiera de Cooranbong”. Y ella declaró: “Si no se me hubiese presentado esto, no habría estado aquí hoy. Pero estoy aquí, en obediencia a la palabra del Señor, y le agradezco que me ha dado fuerza más allá de mis expectativas para hablar a la gente” (GCB 1901, p. 426). Ella dijo, en parte: MV 414.1
He recibido instrucciones concernientes a las últimas experiencias de los hermanos de Indiana y a las enseñanzas que han dado a las iglesias. El enemigo ha estado obrando a través de estas prácticas y enseñanzas para descarriar a las almas. MV 414.2
Es errónea la enseñanza dada concerniente a lo que se llama la “carne santificada”. Todos pueden obtener ahora corazones santificados, pero es incorrecto pretender que en esta vida se puede tener carne santificada. El apóstol Pablo declara: “Yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien” (Rom. 7:18). A los que se han esforzado tanto por alcanzar por la fe la así llamada carne santificada, quiero decirles: No podéis obtenerla. Ninguno de vosotros posee ahora carne santificada. Ningún ser humano en la tierra tiene carne santificada. Es una imposibilidad. Si los que hablan con tanta facilidad acerca de la perfección en la carne, pudiesen ver las cosas en su verdadera luz, rechazarían horrorizados sus ideas presuntuosas... MV 414.3
La forma como se han celebrado las reuniones en Indiana, con ruido y confusión, no las recomienda a las mentes concienzudas e inteligentes. Estas demostraciones no contienen nada capaz de convencer al mundo de que poseemos la verdad. El ruido y el alboroto en sí mismos no constituyen ninguna evidencia en favor de la santificación (2MS, pp. 35-36, 39). MV 414.4
Elena de White estuvo delante de la congregación por una hora, primero leyendo del manuscrito que había preparado para la ocasión, y luego dando un testimonio improvisado, del cual también se informó en el Bulletin. MV 414.5
Al día siguiente en la reunión de obreros temprano por la mañana, el pastor Donnell se levantó y preguntó si podría hacer una declaración. La misma aparece en el General Conference Bulletin (Boletín de la Asociación General) bajo el título “Confesión del pastor R. S. Donnell”. Habló en términos mesurados: MV 414.6
Me siento indigno de estar en pie ante esta gran asamblea de mis hermanos esta mañana. Muy temprano en la vida se me enseñó a reverenciar y amar la Palabra de Dios; y cuando leía en ella cómo Dios acostumbraba hablar a su pueblo, corrigiendo sus errores y guiándolo en todos sus caminos, solía decir como un mero muchacho: “¿Por qué no tenemos un profeta? ¿Por qué Dios no nos habla ahora como acostumbraba hacerlo?” MV 415.1
Cuando encontré a este pueblo, estaba más que feliz de saber que había una profetisa entre ellos, y desde el principio he sido un firme creyente en los Testimonios y el espíritu de profecía, y un caluroso defensor de ellos. A veces se me ha sugerido en el pasado que la prueba en este punto de fe llega cuando el testimonio nos viene directamente a nosotros. MV 415.2
Como casi todos ustedes saben, la prueba me llegó a mí en el testimonio de ayer de mañana. Pero, hermanos, puedo agradecer a Dios esta mañana que mi fe en el espíritu de profecía permanece inamovible. Dios ha hablado. El dice que yo estaba equivocado, y yo contesto: Dios tiene razón, y yo estoy equivocado... MV 415.3
Lamento mucho, mucho, que he hecho lo que dañaría la causa de Dios y conduciría a cualquiera por el camino equivocado. Le he pedido a Dios que me perdone, y sé que él lo ha hecho. Como delegados y representantes de la causa de Dios en la tierra, les pido ahora que me perdonen mis pecados, y pido las oraciones de ustedes en busca de fuerza y sabiduría para caminar rectamente en el futuro. Es mi determinación, con la ayuda de Dios, unir manos gozosas con ustedes en el reino de Dios (GCB 1901, p. 422). MV 415.4
Con esta confesión el fanatismo de la carne santificada fue desbaratado. MV 415.5