Elena De White: Mujer De Visión
UNA CURACIÓN MILAGROSA
A fines de agosto, mientras estaba en Oakland, Elena sufrió un severo escalofrío seguido de fiebre. Esta seria enfermedad duró varias semanas. Cuando comenzaba a recuperarse, fue llevada al retiro de salud en St. Helena. Pero no mejoró. Al acercarse el tiempo para el campestre de California a celebrarse en Healdsburg, ella rogó que se la llevase de nuevo a su casa en Healdsburg. Esperaba estar suficientemente fuerte como para dar su testimonio en el campestre y para apoyar a la nueva escuela. Descansando sobre un colchón en la parte posterior de un carruaje manejado por su hijo Willie, y acompañada por Jenny Ings, emprendió el viaje a Healdsburg. MV 226.6
El día se volvió muy caluroso. Según W. C. White contó más tarde la experiencia a los miembros de su familia, su madre, después de un tiempo de viajar, no contestaba sus preguntas. Inmediatamente se dio cuenta que ella estaba inconsciente. Urgió a los caballos, esperando llegar a Healdsburg con su madre todavía viva. Al estar en su casa, se reanimó un poco. Era su esperanza y la esperanza de su familia que en el ambiente del campestre podría experimentar una renovación de la vida y de la fuerza. El campestre se inició a comienzos de octubre en un bosquecilio situado aproximadamente a un kilómetro (algo más de media milla) de su casa. Aunque muy débil y apenas capaz de dejar su cama, ella dio instrucciones al mediodía del primer sábado: MV 227.1
Prepárenme un lugar en la carpa grande donde pueda oír al orador. Posiblemente el sonido de la voz del orador resultará ser una bendición para mí. Estoy esperando algo que me traiga nueva vida (3LS, p. 262). MV 227.2
Se acomodó un sofá para ella en la amplia plataforma del orador, y se la llevó a la carpa grande y se la colocó allí. Los que estaban cerca observaron no sólo su debilidad sino también la palidez mortal de su rostro. Al recordar la experiencia algunos años más tarde, Elena dijo que la carpa grande no sólo estaba llena, sino que “parecía como si casi todo Healdsburg estuviese presente” (Carta 82, 1906). MV 227.3
J. H. Waggoner, director de Signs of the Times habló ese sábado de tarde “sobre el surgimiento y la obra temprana del mensaje, y su progreso y estado actual” (ST, 26 de octubre, 1882). Cuando Waggoner hubo terminado su mensaje, Elena se dirigió a Willie y a la Sra. Ings, quienes estaban a su lado, y dijo: “¿Pueden ayudarme a levantarme y a ponerme de pie mientras digo unas pocas palabras?” Ellos la ayudaron a llegar al escritorio. “Durante cinco minutos estuve allí —recordó más tarde—, tratando de hablar, y pensando que éste iba a ser el último discurso que alguna vez haría, mi mensaje de despedida”. Con ambas manos mantuvo su equilibrio en frente del púlpito. MV 227.4
De repente sentí un poder que vino sobre mí, como una descarga de electricidad. Pasó por mi cuerpo y llegó hasta mi cabeza. La gente dijo que vieron claramente cómo la sangre ascendía a mis labios, mis oídos, mis mejillas, mi frente (Carta 82, 1906). MV 227.5
Cada ojo en el auditorio parecía fijo en ella. El Sr. Montrose, un comerciante del pueblo, se paró y exclamó: “Estamos viendo un milagro realizado ante nuestros ojos; ¡la Sra. White está sana!” (relato de WCW). Su voz se fortaleció, sus oraciones brotaron claras y completas, y ella dio un testimonio tal como el que la audiencia jamás había oído antes. Waggoner completó la historia en su informe en la revista Signs: MV 227.6
Su voz y apariencia cambiaron, y habló por algún tiempo con claridad y energía. Ella invitó luego a aquellos que deseaban comenzar su servicio a Dios, y a aquellos que se habían descarriado, a que se adelantasen a la plataforma, y un buen número respondió al llamado (ST, 26 de octubre, 1882). MV 228.1
Uriah Smith, que estaba presente, en su informe en la Review and Herald publicado el 31 de octubre mencionó que después de la curación milagrosa “ella pudo asistir a las reuniones... como de costumbre, y habló seis veces con su fuerza de voz corriente y con claridad de pensamiento”. Refiriéndose a la experiencia, Elena dijo: “Fue como si uno hubiese resucitado de los muertos... La gente en Healdsburg tuvieron este espectáculo como un testimonio a favor de la verdad” (Carta 82, 1906). MV 228.2
Este evento, que pareció ser un punto decisivo en su condición física, abrió el camino para un vigoroso ministerio. Al informar sobre su enfermedad de dos meses, ella comentó que había esperado que pasaría gradualmente. En cambio, fue sanada en forma instantánea. MV 228.3
Elena estaba contenta de encontrarse entre el grupo numeroso que durante el campestre fue a ver el nuevo colegio. Primero fue la visita al nuevo edificio —la casa para los internos en construcción— y luego el edificio escolar. Se realizó un breve servicio de dedicación en la “sala de audiencias”, el cual no podía contener a todas las visitas. Después que Waggoner ofreció la oración de dedicación, Elena pidió que se cantara una estrofa de un himno. Toda la congregación cantó con entusiasmo. MV 228.4