Search for: redencion
1321 La Maravillosa Gracia de Dios, p. 164.6 (Ellen Gould White)
… la redención exactamente donde comenzó la ruina. La caída de nuestros primeros padres fue producida por la complacencia del apetito. En la redención, la …
1322 La Maravillosa Gracia de Dios, p. 172.3 (Ellen Gould White)
… la redención a nuestro alcance mediante su sacrificio infinito y su inexpresable sufrimiento. Sin honra y desconocido estuvo en este mundo a fin de que …
1323 La Maravillosa Gracia de Dios, p. 173.3 (Ellen Gould White)
… la redención. Nuestros propios cuerpos no nos pertenecen para tratarlos como nos agrada, para arruinarlos por hábitos que conducen a la decadencia, haciendo …
1324 La Maravillosa Gracia de Dios, p. 175.2 (Ellen Gould White)
… nuestra redención el cielo mismo se puso en peligro. Podréis estimar el valor de un alma al pie de la cruz, recordando que Cristo habría entregado su vida por …
1325 La Maravillosa Gracia de Dios, p. 175.4 (Ellen Gould White)
… su redención. ¡Qué sabiduría, misericordia y amor en su plenitud se manifiestan aquí! El precio de un hombre se conoce sólo yendo al Calvario. En el misterio …
1326 La Maravillosa Gracia de Dios, p. 176.3 (Ellen Gould White)
… de redención fue fundado en el sacrificio, un sacrificio tan amplio y tan profundo y tan alto que es inconmensurable. Cristo lo dio todo por nosotros, y aquellos …
1327 La Maravillosa Gracia de Dios, p. 176.7 (Ellen Gould White)
… la redención del hombre, ¿cómo puede cualquiera que profese el nombre de Cristo atreverse a tratar con indiferencia a uno de sus pequeñuelos? ... ¡Con cuánta paciencia …
1328 La Maravillosa Gracia de Dios, p. 182.2 (Ellen Gould White)
… la redención que es en Cristo Jesús, quien está en las cortes del cielo como el sustituto y la garantía del pecador. Pero si bien es cierto que es justificado …
1329 La Maravillosa Gracia de Dios, p. 185.5 (Ellen Gould White)
… nuestra redención: la vida, el amor y los sufrimientos. ¿Y es posible que nosotros, seres indignos de tan grande amor, rehusemos entregarle nuestro corazón …
1330 La Maravillosa Gracia de Dios, p. 186.2 (Ellen Gould White)
… redención. Se ha erigido la vergonzosa cruz, los clavos han perforado sus manos y pies, la cruel lanza ha perforado su corazón y el precio de la redención ha …
1331 La Maravillosa Gracia de Dios, p. 186.3 (Ellen Gould White)
La redención es un tema inagotable digno de nuestra más íntima contemplación. Va más allá de la comprensión del más profundo pensamiento, del alcance de la imaginación más vívida...
1332 La Maravillosa Gracia de Dios, p. 188.3 (Ellen Gould White)
… nuestra redención... Nada menos que el infinito sacrificio hecho por Cristo en favor del hombre caído podía expresar el amor del Padre hacia la perdida humanidad …
1333 La Maravillosa Gracia de Dios, p. 188.4 (Ellen Gould White)
… nuestra redención, el sacrificio infinito que hizo nuestro Padre celestial al entregar a su Hijo para que muriese por nosotros, debe darnos un concepto …
1334 La Maravillosa Gracia de Dios, p. 189.6 (Ellen Gould White)
… su redención...
1335 La Maravillosa Gracia de Dios, p. 190.2 (Ellen Gould White)
… de redención.— Counsels on Health, 222 .
1336 La Maravillosa Gracia de Dios, p. 190.3 (Ellen Gould White)
… de redención abrió el camino para que los habitantes de la tierra volvieran a relacionarse con el cielo. Dios se comunicó con los hombres mediante su Espíritu …
1337 La Maravillosa Gracia de Dios, p. 191.3 (Ellen Gould White)
… de redención había estado moviendo los corazones humanos. Pero mientras Cristo estaba en la tierra, los discípulos no habían deseado otro ayudador. Y antes …
1338 La Maravillosa Gracia de Dios, p. 216.1 (Ellen Gould White)
Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención. Efesios 4:30 .
1339 La Maravillosa Gracia de Dios, p. 228.2 (Ellen Gould White)
… la redención. En ella se nos presenta la historia de los patriarcas y profetas y de otros hombres santos de la antigüedad. Ellos eran hombres sujetos “a las …
1340 La Maravillosa Gracia de Dios, p. 234.2 (Ellen Gould White)
… la redención de un mundo perdido... Su misión estaba destinada a los pecadores: de todo grado, de toda lengua y nación... Los que más yerran, los más pecaminosos, no …