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2521 Reina Valera 1989 — 1Crónicas 28:4
4 No obstante, Jehovah Dios de Israel me eligió de entre toda la familia de mi padre para que fuese rey de Israel para siempre, porque escogió a Judá como caudillo …
2522 Reina Valera 1989 — 1Crónicas 28:5
5 Y de todos mis hijos (porque Jehovah me ha dado muchos hijos), eligió a mi hijo Salomón, para que se sentara en el trono del reino de Jehovah sobre Israel.
2523 Reina Valera 1989 — 1Crónicas 28:6
6 El me ha dicho: ‘Tu hijo Salomón, él edificará mi casa y mis atrios; porque a él he escogido como mi hijo, y yo seré padre para él.
2524 Reina Valera 1989 — 1Crónicas 28:7
7 Asimismo, yo confirmaré su reino para siempre, si se esfuerza en poner por obra mis mandamientos y mis decretos, como en este día.’
2525 Reina Valera 1989 — 1Crónicas 28:8
8 “Ahora pues, ante los ojos de todo Israel, la congregación de Jehovah, y a oídos de nuestro Dios, guardad y escudriñad todos los mandamientos de Jehovah vuestro …
2526 Reina Valera 1989 — 1Crónicas 28:9
9 “Y tú, Salomón, hijo mío, reconoce al Dios de tu padre y sírvele con un corazón íntegro y con ánimo voluntario; porque Jehovah escudriña todos los corazones …
2527 Reina Valera 1989 — 1Crónicas 28:10
10 Mira ahora, porque Jehovah te ha elegido para que edifiques una casa para ser santuario. ¡Esfuérzate y actúa!”
2528 Reina Valera 1989 — 1Crónicas 28:11
11 Entonces David entregó a su hijo Salomón el diseño del pórtico, de sus edificios, de sus almacenes, de sus salas superiores, de sus cámaras interiores y del lugar del propiciatorio.
2529 Reina Valera 1989 — 1Crónicas 28:12
12 También entregó el diseño de todo lo que tenía en mente para los atrios de la casa de Jehovah, para todas las cámaras de alrededor, para los tesoros de la casa de Dios, para los almacenes de las cosas sagradas,
2530 Reina Valera 1989 — 1Crónicas 28:13
13 para los grupos de los sacerdotes y de los levitas, para toda la obra del servicio en la casa de Jehovah y para todos los utensilios del servicio de la casa de Jehovah.
2531 Reina Valera 1989 — 1Crónicas 28:14
14 Para las cosas de oro, también entregó la debida cantidad de oro para todos los utensilios de cada servicio, y para todos los utensilios de plata, la debida cantidad para todos los utensilios de cada servicio.
2532 Reina Valera 1989 — 1Crónicas 28:15
15 Entregó la debida cantidad de oro para los candelabros de oro y sus lámparas de oro: la debida cantidad para cada candelabro con sus lámparas. De igual manera …
2533 Reina Valera 1989 — 1Crónicas 28:16
16 También entregó la debida cantidad de oro para cada una de las mesas para la presentación de los panes, y la plata para las mesas de plata.
2534 Reina Valera 1989 — 1Crónicas 28:17
17 También entregó oro puro para los tenedores, los tazones de la aspersión y las vasijas. Para las tazas de oro, la debida cantidad de oro para cada taza; y para las tazas de plata, la debida cantidad para cada taza.
2535 Reina Valera 1989 — 1Crónicas 28:18
18 Además, entregó la debida cantidad de oro refinado para el altar del incienso, para el diseño de la carreta y para los querubines de oro que extienden sus alas y cubren el arca del pacto de Jehovah.
2536 Reina Valera 1989 — 1Crónicas 28:19
19 “Todo esto,” dijo David, “está por escrito, porque la mano de Jehovah está sobre mí, y él me ha hecho entender todos los detalles del diseño.”
2537 Reina Valera 1989 — 1Crónicas 28:20
20 Además, David dijo a su hijo Salomón: “Esfuérzate, sé valiente y actúa. No temas ni desmayes, porque Jehovah Dios, mi Dios, estará contigo. No te abandonará ni te desamparará, hasta que acabes toda la obra para el servicio de la casa de Jehovah.
2538 Reina Valera 1989 — 1Crónicas 28:21
21 He aquí que los grupos de los sacerdotes y de los levitas para todo el servicio de la casa de Dios estarán contigo en toda la obra. Asimismo, todos los voluntarios …
2539 Reina Valera 1989 — 1Crónicas 29:28
28 Murió en buena vejez y lleno de años, de riquezas y de gloria. Y su hijo Salomón reinó en su lugar.
2540 Reina Valera 1989 — 2Crónicas 6:28
28 “Cuando en la tierra haya hambre; cuando haya peste; cuando haya tizón, añublo, langosta o pulgón, o cuando sus enemigos lo asedien en la tierra de sus ciudades (cualquiera que sea la plaga o la enfermedad),