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2381 Reina Valera 1989 — Deuteronomio 28:54

54 Aun el hombre más tierno y acostumbrado a los deleites en medio de ti mirará malévolamente a su hermano, a su amada mujer y al resto de sus hijos que queden,

2382 Reina Valera 1989 — Deuteronomio 28:55

55 para no compartir con ninguno de ellos la carne de sus hijos que él se comerá. Porque nada le habrá quedado, debido al asedio y a la angustia con que te angustiará tu enemigo en todas tus ciudades.

2383 Reina Valera 1989 — Deuteronomio 28:56

56 También la mujer más tierna y acostumbrada a los deleites en medio de ti, que nunca probó asentar la planta de su pie sobre el suelo a causa de su delicadeza y de su ternura, mirará malévolamente a su amado marido, a su hijo y a su hija.

2384 Reina Valera 1989 — Deuteronomio 28:57

57 Hasta la placenta que sale de entre sus piernas, y los hijos que dé a luz, se los comerá a escondidas, debido a que faltará todo por causa del asedio y la angustia con que tu enemigo te oprimirá en tus ciudades.

2385 Reina Valera 1989 — Deuteronomio 28:58

58 “Si no cuidas de poner por obra todas las palabras de esta ley, escritas en este libro, temiendo este nombre grande y temible, Jehovah tu Dios,

2386 Reina Valera 1989 — Deuteronomio 28:59

59 entonces aumentará Jehovah asombrosamente tus plagas y las plagas de tus descendientes, plagas graves y crónicas, enfermedades malignas y crónicas.

2387 Reina Valera 1989 — Deuteronomio 28:60

60 El traerá contra ti todas las enfermedades de Egipto, de las cuales tuviste miedo, y se te pegarán.

2388 Reina Valera 1989 — Deuteronomio 28:61

61 Jehovah también enviará sobre ti todas las enfermedades y todas las plagas que no están mencionadas en el libro de esta ley, hasta que seas destruido.

2389 Reina Valera 1989 — Deuteronomio 28:62

62 Y después de haber sido tan numerosos como las estrellas del cielo, quedaréis pocos en número, porque no habrás obedecido la voz de Jehovah tu Dios.

2390 Reina Valera 1989 — Deuteronomio 28:63

63 “Y sucederá que como Jehovah se gozó en vosotros para haceros el bien y para multiplicaros, así se gozará en vosotros para arruinaros y destruiros. Seréis arrancados de la tierra en la cual entráis para tomarla en posesión.

2391 Reina Valera 1989 — Deuteronomio 28:64

64 Jehovah te esparcirá entre todos los pueblos, desde un extremo de la tierra hasta el otro extremo de la tierra. Allí rendiréis culto a otros dioses, de madera y de piedra, que ni tú ni tus padres habéis conocido.

2392 Reina Valera 1989 — Deuteronomio 28:65

65 Y entre aquellas naciones no tendrás tranquilidad, ni habrá reposo para la planta de tu pie. Allí te dará Jehovah corazón tembloroso, decaimiento de ojos y desesperación del alma.

2393 Reina Valera 1989 — Deuteronomio 28:66

66 Vivirás en constante suspenso; estarás temeroso de noche y de día, y no tendrás seguridad de tu vida.

2394 Reina Valera 1989 — Deuteronomio 28:67

67 Debido al terror con que serás amedrentado y por lo que verán tus ojos, dirás por la mañana: ‘¡Oh, si fuera de noche!’ Y dirás por la noche: ‘¡Oh, si fuera de mañana!’

2395 Reina Valera 1989 — Deuteronomio 28:68

68 Y Jehovah te hará volver a Egipto en navíos, por el camino del cual yo te había dicho: ‘¡Nunca más volveréis a verlo!’ Allí os ofreceréis en venta a vuestros enemigos como esclavos y esclavas, y no habrá quien os compre.”

2396 Reina Valera 1989 — Deuteronomio 29:28

28 Jehovah los desarraigó de su suelo con furor, con ira y con gran indignación, y los echó a otra tierra, como hoy.’

2397 Reina Valera 1989 — Deuteronomio 31:28

28 Congregad ante mí a los ancianos de vuestras tribus y a vuestros oficiales. Yo hablaré a sus oídos estas palabras y llamaré como testigos contra ellos a los cielos y a la tierra.

2398 Reina Valera 1989 — Deuteronomio 32:28

28 “Son un pueblo al cual le falta juicio; no hay en ellos entendimiento.

2399 Reina Valera 1989 — Deuteronomio 33:28

28 Israel habitará confiado; el manantial de Jacob estará solitario en tierra de grano y de vino nuevo. También sus cielos gotearán rocío.

2400 Reina Valera 1989 — Josué 8:28

28 Josué incendió Hai y la convirtió en un montículo de ruinas perpetuas, una desolación hasta el día de hoy.