Testimonios para la Iglesia, Tomo 1

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No seáis engañados

Es la obra de Satanás engañar al pueblo de Dios y guiarlo fuera del camino correcto. No deja ningún medio sin probar; se les dejará caer cuando estén más desprevenidos; de aquí la importancia de fortificar cada punto. La iglesia de Battle Creek no planeó volverse contra nosotros; es una iglesia tan buena como la que más. Pero hay mucho que ganar o perder en Battle Creek, y Satanás empleará contra ellos toda su artillería, si con eso puede estorbar la obra. Simpatizamos profundamente con esta iglesia en su condición presente de humillación, y queremos decir: Que en ningún corazón surja un espíritu de triunfo. Dios sanará todos los males de este querido pueblo, y hará de ellos una poderosa defensa para la verdad, si caminan en humildad y guardan cada punto contra los ataques de Satanás. Esta gente se halla continuamente bajo el fuego del enemigo. Es probable que ninguna otra iglesia lo resistiera tan bien. Por lo tanto, mirad con ojos compasivos a vuestros hermanos de Battle Creek y orad que Dios les ayude a guardar el fuerte. 1TPI 544.2

Cuando mi esposo se hallaba inactivo y por su causa yo debía permanecer en casa, Satanás estaba complacido, y no apremió a nadie para que echara sobre nosotros pruebas como las que se mencionan en las páginas anteriores. Pero cuando salimos, el 19 de diciembre de 1866, vio que había la posibilidad de que hiciéramos algo en la causa de Cristo que dañaría su causa, haciendo que se expusieran algunos de los engaños que dirigía contra el rebaño de Dios. Por lo tanto, sintió la necesidad de hacer algo por estorbarnos. Y no había mejor forma de lograr esto que hacer que nuestros antiguos amigos de Battle Creek nos retiraran su simpatía y echaran pesadas cargas sobre nosotros. Aprovechó cada circunstancia desfavorable, impulsando las cosas con el poder de una locomotora. 1TPI 544.3

Gracias a Dios, el enemigo no nos detuvo ni nos aplastó completamente. Por la gracia de Dios todavía estamos vivos, y el Señor, lleno de misericordia, ha vuelto a bendecir a su pueblo errante, pero ahora arrepentido, habiendo confesado sus pecados. Hermanos, amémoslos aún más, y oremos más por ellos ahora que Dios les ha manifestado su gran amor. 1TPI 545.1