Testimonios para la Iglesia, Tomo 1

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Respuesta de la iglesia de Battle Creek

Consideramos que es privilegio y deber nuestro responder a las declaraciones anteriores de la Hna. White. Hemos sido favorecidos por haber conocido por muchos años las labores de estos siervos del Señor [los Hnos. White]. Sabemos algo de los sacrificios que han hecho en lo pasado, y somos testigos de las bendiciones de Dios que han acompañado su testimonio claro, fiel y escudriñador. Desde hace mucho estamos convencidos que las enseñanzas del Espíritu Santo que contienen estas visiones son indispensables para el bienestar del pueblo que se prepara a ser trasladado al reino de Dios. No hay otra forma de reprender pecados secretos y exponer y frustrar los intentos y maléficos designios de hombres rastreros que se introducen “sin ser vistos” en el rebaño. Nuestra larga experiencia nos ha enseñado que un don así es de valor inestimable para el pueblo de Dios. Creemos también que Dios ha llamado al Hno. White a presentar un testimonio claro reprobando los males que por este medio se pongan en evidencia, y que en esta obra debe tener el apoyo de los que verdaderamente temen a Dios. 1TPI 528.2

Además, hemos aprendido por dolorosa experiencia, que cuando estos testimonios se acallan, o se toman livianamente sus advertencias, la frialdad, la apostasía, la mundanalidad y las tinieblas espirituales se posesionan de la iglesia. No es nuestro propósito glorificar al hombre, pero seríamos remisos a nuestro sentido del deber si no expresáramos en lenguaje agudo y lleno de firmeza nuestra opinión acerca de la importancia que tienen estos testimonios. La temible apostasía de quienes los han despreciado y tomado livianamente ha provisto numerosas y tristes pruebas de cuán peligroso es despreciar al Espíritu de la gracia. 1TPI 529.1

Hemos sido testigos de la gran aflicción por la cual han pasado los Hnos. White, por la severa y peligrosa enfermedad del Hno. White. Nos resulta evidente la mano de Dios en su restauración. Es probable que ninguna otra persona sobre la cual haya caído un golpe así se haya recuperado. Sin embargo, un severo ataque de parálisis que afectó fuertemente el cerebro, fue quitado por la mano benévola de Dios, y se le han concedido nuevas fuerzas físicas y mentales. 1TPI 529.2

Consideramos que la decisión de la Hna. White de llevar a su esposo enfermo a su gira por el norte le fue dictada por el Espíritu de Dios, y que nosotros, al oponernos a dicha acción, no actuamos en armonía con el consejo de Dios. Nos faltó visión celestial en este asunto, y por eso erramos apartándonos del camino recto. Reconocemos que en ese tiempo nos faltó la profunda simpatía cristiana que demandaba tan grande aflicción, y que nos hemos demorado mucho en ver la mano de Dios en la recuperación del Hno. White. Sus labores y sufrimientos por nuestra causa lo hacían acreedor a nuestra más cálida simpatía y apoyo. Pero hemos sido cegados por Satanás respecto a nuestra propia condición espiritual. 1TPI 529.3

Durante el invierno pasado nos dominó un espíritu de prejuicio con respecto al dinero, el cual nos hizo sentir que el Hno. White pedía recursos económicos sin necesitarlos. Ahora estamos convencidos de que en ese mismo tiempo se encontraba verdaderamente en necesidad, y fue error nuestro el no averiguar más a fondo cuál era la verdadera situación. Reconocemos que este sentimiento era cruel e infundado, si bien fue causado por haber comprendido mal los hechos del caso. 1TPI 529.4

Aceptamos ahora con profunda tristeza el reproche que nos hace llegar este testimonio, y rogamos que allí donde hemos errado apartándonos de lo correcto debido a nuestra falta de discernimiento espiritual, podamos recibir el perdón de Dios y de su pueblo. 1TPI 530.1

Las labores de los esposos White entre nosotros durante los días recién pasados se han visto acompañadas de las señaladas bendiciones de Dios. No sólo se han hecho profundas y sinceras confesiones de apostasía y error, sino que además las han acompañado solemnes votos de arrepentimiento y retorno a Dios. El Espíritu de Dios ha puesto su sello sobre esta obra de modo tal que no podemos dudar. Muchos de los jóvenes han sido llevados a Cristo, y casi cada persona conectada con esta iglesia ha recibido una porción de esta bendición celestial. 1TPI 530.2

Deseamos que nuestros hermanos de otras partes comprendan que nuestros corazones están en simpatía con los Hnos. White, y que creemos que Dios los llamó a cumplir la pesada responsabilidad en cuyo cumplimiento están empeñados, y que nos hemos comprometido a apoyarlos en esta obra. 1TPI 530.3

En nombre de la iglesia,

J. N. ANDREWS,
J. N. LOUGHBOROUGH,
JOSÉ BATES

D. T. BOURDEAU
A. S. HUTCHINS,
JOHN BYINGTON,
Comité.

El informe anterior fue unánimemente adoptado en la reunión de la iglesia celebrada en la tarde del lunes 21 de octubre. 1TPI 530.4

URÍAS SMITH,
G. W. AMADON,
Ancianos.

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