Testimonios para la Iglesia, Tomo 1

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Organización

El 3 de agosto de 1861 se me mostró que algunos habían temido que nuestras iglesias se convertirían en Babilonia si se las organizaba; pero las iglesias de la zona central de Nueva York ya han sido una perfecta Babilonia, confusión. Y ahora, a menos que las iglesias sean organizadas para continuar su marcha y poner en vigencia el orden, no tienen ninguna esperanza para el futuro, y serán esparcidas en fragmentos. Enseñanzas anteriores han alimentado los elementos de la desunión. Se ha fomentado el espíritu de vigilancia y acusación antes que de edificación. Si los ministros de Dios adoptaran una posición unida, y la mantuvieran con decisión, se produciría una influencia que tendería a la unión del rebaño de Dios. Las barreras de separación serían rotas en fragmentos. Los corazones se elevarían y se unirían como gotas de agua. Entonces habría poder y fortaleza en las filas de los observadores del sábado, superiores a todo lo que hemos presenciado. 1TPI 245.2

Los corazones de los servidores de Dios se entristecen cuando éstos viajan de una iglesia a otra y encuentran la influencia opositora de sus hermanos en el ministerio. Hay quienes se han levantado listos para oponerse a cada paso progresivo que ha dado el pueblo de Dios. Los corazones de quienes se han atrevido a avanzar han sido entristecidos y afligidos por la falta de acción unida de parte de sus colaboradores. Estamos viviendo en un tiempo solemne. Satanás y los ángeles malignos están trabajando con gran poder, teniendo al mundo de su parte para ayudarles. Y los profesos observadores del sábado que aseveran creer en verdades solemnes e importantes, unen sus fuerzas con la influencia combinada de los poderes de las tinieblas para distraer y destruir lo que Dios se propone edificar. La influencia de tales personas queda registrada como acción de quienes retardan el progreso de la reforma entre el pueblo de Dios. 1TPI 245.3

El desconcierto producido por el tema de la organización ha manifestado una gran falta de valor moral de parte de los ministros que proclaman la verdad presente. Algunos que estaban convencidos de que la organización era un paso adecuado que se debía tomar, fallaron en defenderla abiertamente y en promoverla. Hicieron saber a algunas pocas personas que la favorecían. ¿Era eso todo lo que Dios requería de ellos? No; su silencio cobarde y su falta de acción le desagradaron. Esos ministros temieron ser culpados y encontrar oposición. Observaron a los hermanos en general para ver cuál era su opinión antes de mantenerse varonilmente en favor de lo que creían que era lo correcto. El pueblo esperó escuchar la voz de sus ministros favoritos, y debido a que no obtuvieron ninguna respuesta favorable de ellos, decidieron que la organización era un movimiento incorrecto. En esta forma la influencia de algunos ministros se ejerció contra la organización, mientras que ellos profesaban favorecerla. Sintieron temor de perder su influencia. Pero alguien tiene que adelantarse y soportar la responsabilidad, y arriezgar su influencia; y, como el que ha hecho esto se ha hecho inmune a la censura y a la culpa, puede soportarlas. Sus compañeros en la obra, quienes debieran mantenerse a su lado y soportar su parte en la carga, esperan para ver cuánto éxito tiene en pelear solo la batalla. Pero Dios toma en cuenta su aflicción, su angustia y sus lágrimas, su desánimo y su desesperación, mientras experimenta una angustia mental casi insoportable; cuando está a punto de hundirse, Dios lo levanta y le señala el lugar de reposo para los fatigados, la recompensa para los fieles; y vuelve a colocarle el hombro bajo la pesada carga. Vi que todos serían recompensados conforme a sus obras. Los que evitan la responsabilidad experimentarán pérdida al final. El momento cuando los ministros debieran mantenerse juntos es cuando la batalla se torna más ardua. 1TPI 246.1

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