Testimonios para la Iglesia, Tomo 7

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Los ministros y los negocios

Se Me ha instruido acerca de cuán importante es que nuestros ministros permanezcan libres de llevar las responsabilidades que deberían ser atendidas mayormente por hombres de negocios. En una visión nocturna me encontraba en una reunión a la cual asistía una cantidad de hermanos que llevan sobre sí la carga de la obra. Se hallaban profundamente preocupados acerca de asuntos financieros y se preguntaban cuál sería la forma más apropiada de manejar la obra con buen éxito. Algunos pensaban que se podía limitar el número de obreros y obtener, sin embargo, los resultados esenciales. Uno de los hermanos que ocupaba una posición de responsabilidad explicaba sus planes e indicaba lo que quería ver realizado. Varios otros presentaron algunos asuntos que debían considerarse. Entonces Uno de porte digno y que tiene autoridad, se levantó y procedió a presentar diversos principios que deben servirnos de guía. 7TPI 234.1

El Orador dijo a varios ministros: “Su trabajo no consiste en la atención de los asuntos financieros. No es sabio que ustedes se ocupen de esto. Dios tiene responsabilidades que ustedes deben llevar, pero si también se echan encima tareas para las cuales no están preparados, sus esfuerzos por predicar la Palabra fracasarán. Esto les acarreará tal desánimo que los descalificará para realizar la obra en que deben ocuparse, una obra que requiere un discernimiento cuidadoso y un juicio sano y desprendido”. 7TPI 234.2

Los que se ocupan en escribir y predicar la Palabra deberían asistir a menos reuniones de junta. Deberían encomendarles diversos asuntos menores a personas con habilidad en los negocios y evitar así las constantes tensiones que roban a la mente su vigor natural. Deberían presentar una atención más esmerada a la preservación de la salud física, porque la energía mental depende grandemente del vigor del cuerpo. Los períodos apropiados de sueño y descanso y una abundancia de ejercicio físico son esenciales a la salud del cuerpo y la mente. Se sufren pérdidas irreparables cuando se roba a la naturaleza de sus horas de descanso y recuperación al permitir a un hombre que haga el trabajo de cuatro, o de tres, o aun de dos personas. 7TPI 235.1