Testimonios para la Iglesia, Tomo 7

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El dominio propio y la fidelidad

No tenemos derecho de recargar nuestras fuerzas físicas y mentales hasta el punto de volvernos irritables y proferir palabras que deshonren a Dios. El Señor desea que nos mantengamos siempre serenos y pacientes. Hagan los demás lo que hicieren, debemos representar a Cristo y obrar como él obraría en circunstancias parecidas. 7TPI 190.1

Una persona que ocupa un cargo de responsabilidad debe tomar cada día decisiones cuyas consecuencias son importantes. A menudo debe pensar rápidamente, y esto no lo pueden hacer con éxito sino los que practican una estricta templanza. El espíritu se fortalece cuando las fuerzas mentales y físicas son tratadas correctamente. Si el esfuerzo no es excesivo, adquiere con cada ejercicio nuevo vigor. 7TPI 190.2

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Nadie sino un verdadero cristiano puede ser un verdadero caballero. 7TPI 190.3

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El no conformarse en cada detalle a las exigencias de Dios, significa fracaso seguro y perdición para el que obra erróneamente. Al dejar de seguir las sendas del Señor, priva a su Hacedor del servicio que le debe. Ello reacciona sobre él mismo, puesto que así no obtiene la gracia, el poder y la fuerza de carácter, cuya adquisición es privilegio de todos aquellos que se someten completamente a Dios. Por vivir alejado de Cristo, el que no es fiel queda expuesto a la tentación. Comete errores en su trabajo por el Maestro. Por ser infiel a los principios en las cosas pequeñas, no hace la voluntad de Dios en las mayores. Obra según los principios a los cuales se ha acostumbrado. 7TPI 190.4

Dios no puede asociarse con aquellos que viven para su propia satisfacción y se dan la primera consideración. Los que obran así serán al fin los postreros. El pecado más incurable es el orgullo y la presunción. Estos defectos impiden todo crecimiento. Cuando un hombre tiene defectos de carácter y no lo sabe, cuando está tan lleno de suficiencia propia que no puede ver sus faltas, ¿cómo puede ser purificado? “Los que están sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos”. Mateo 9:12. ¿Cómo puede uno realizar progresos si se cree perfecto? 7TPI 190.5

Cuando un hombre a quien se cree conducido y enseñado por Dios se aparta del buen camino porque tiene demasiada confianza en sí mismo, muchos siguen su ejemplo. Su paso en falso puede tener por resultado el extravío de millares. 7TPI 191.1

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Considerad la parábola de la higuera: “Y dijo esta parábola: Tenía uno una higuera plantada en su viña, y vino a buscar fruto en ella, y no lo halló. Y dijo al viñero: He aquí tres años ha que vengo a buscar fruto en esta higuera, y no lo hallo; córtala, ¿por qué ocupará aún la tierra? El entonces respondiendo, le dijo: Señor, déjala aún este año, hasta que la excave, y estercole. Y si hiciere fruto, bien; y si no, la cortarás después”. Lucas 13:6-9. 7TPI 191.2

“Y si no”. En estas palabras hay una lección para cuantos están relacionados con la obra de Dios. Se concedió un período de prueba al árbol que no lleva fruto. Asimismo, Dios tendrá paciencia con su pueblo. Pero dice de aquellos que han gozado de grandes ventajas, que ocupan puestos de confianza, y que sin embargo no llevan fruto: “Córtala, ¿por qué ocupará aún la tierra?” Lucas 13:7. 7TPI 191.3

Recuerden los que están relacionados con las instituciones del Señor que Dios espera hallar frutos en su viña. Pide una cosecha en proporción a las bendiciones que concede. Los ángeles del cielo han visitado cada lugar donde las instituciones de Dios están establecidas, y ministrado en ellas. La infidelidad es en estas instituciones un pecado mayor que en otra parte, porque ejerce mayor influencia que en cualquier otro lugar. La infidelidad, la injusticia, la complicidad con el mal impiden que la luz de Dios resplandezca en los instrumentos del Señor. 7TPI 191.4

El mundo observa, listo para criticar con perspicacia y severidad vuestras palabras, vuestras acciones y vuestros asuntos comerciales. A todos los que desempeñan un papel en relación con la obra del Señor se los vigila y pesa en la balanza del juicio humano. Dejáis constantemente impresiones favorables o desfavorables a la religión de la Biblia en el ánimo de todos aquellos con quienes tratáis. 7TPI 191.5

El mundo mira para ver qué frutos llevan los que profesan ser cristianos. Tiene derecho a hallar fruto de abnegación y sacrificio en aquellos que aseveran creer la verdad. 7TPI 192.1

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Ha habido, y habrá, entre nuestros obreros, hombres que no sienten su necesidad de Jesús a cada paso. Creen no tener tiempo para orar y asistir a las reuniones religiosas. Tienen tanto que hacer que no pueden hallar tiempo para mantener su alma en el amor de Dios. Cuando esto sucede, Satanás está listo para crear vanas ideas. 7TPI 192.2

Los obreros que no son diligentes ni fieles causan un daño incalculable; dan ejemplo a otros. En cada institución, hay empleados que desempeñan su tarea con gozo y de todo corazón. Mas ¿no habrá de perjudicarlos esa levadura? ¿Habrá de quedar la institución sin algunos sinceros ejemplos de fidelidad cristiana? Cuando hombres que profesan ser representantes de Cristo demuestran que no son convertidos y dejan ver un carácter inculto, egoísta e impuro, deben ser separados de la obra. 7TPI 192.3

Los obreros necesitan comprender el carácter sagrado de la confianza con que el Señor los ha honrado. Los móviles tornadizos, los actos impulsivos, deben ser dejados a un lado. Los que no saben distinguir lo sagrado de lo profano, no pueden ser administradores responsables y fidedignos, puesto que si fuesen tentados, traicionarían la confianza. Los que no aprecian los privilegios y oportunidades que entraña el estar relacionado con la obra de Dios no resistirán cuando el enemigo presente sus tentaciones especiosas. Se dejan extraviar con facilidad por proyectos egoístas y ambiciosos. Una vez que la luz les ha sido presentada, si siguen sin discernir lo bueno de lo malo, cuanto antes se los separe de la institución, tanto más puro y elevado será el carácter de la obra. 7TPI 192.4

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No debiera conservarse en una institución del Señor, cualquiera que sea, a nadie que en un momento difícil no comprenda que estas instituciones son sagradas. Si los empleados no encuentran placer en la verdad, si su relación con la institución no los hace mejores, si no crea en ellos ningún amor por la verdad, entonces, después de un tiempo de prueba suficiente, separadlos de la obra, porque su impiedad y su incredulidad influyen sobre los demás. Por su medio, los malos ángeles trabajan para desviar a quienes ingresan en la institución como aprendices. Debéis tener como aprendices a jóvenes promisorios que amen a Dios. Mas si los ponéis con otros que no tengan amor por Dios, están constantemente expuestos al peligro por esta influencia irreligiosa. Los espíritus mundanos, los que se entregan a la maledicencia, los que se deleitan en conversar de las faltas ajenas sin pensar en las propias, deben quedar separados de la obra. 7TPI 193.1