El colportor es un obrero evangélico
El colportor inteligente, que teme a Dios y ama la verdad, debe ser respetado, porque ocupa una posición igual a la del ministro evangélico. Muchos de nuestros ministros jóvenes y los que se están preparando para el ministerio, si estuviesen verdaderamente convertidos, harían mucho bien trabajando en el colportaje. Al encontrarse con la gente y presentarle nuestras publicaciones, adquirirían una experiencia que no pueden obtener sólo por medio de la predicación. Mientras fueran de casa en casa hablando con la gente, llevarían consigo la fragancia de la vida de Cristo. Al esforzarse por bendecir a otros, ellos mismos serían bendecidos; obtendrían experiencia a través de la fe; aumentarían en gran manera su conocimiento de las Escrituras; y aprenderían continuamente cómo ganar almas para Cristo.
6TPI 323.1
Todos nuestros ministros deben considerar conveniente llevar consigo libros y colocarlos dondequiera que vayan. Un ministro puede dejar un libro con la familia donde se hospeda, vendiéndolo o regalándolo. Esto se hacía mucho en los comienzos del mensaje. Los ministros actuaban como colportores y los recursos que obtenían de la venta de los libros se usaban para ayudar al progreso de la obra en lugares donde más se necesitaba. Entonces pueden hablar con conocimiento de causa, porque han tenido experiencia en ese trabajo.
6TPI 323.2
Nadie piense que empequeñece el Evangelio al dedicarse al colportaje como medio de comunicar la verdad a la gente. Al hacer esta obra se debe trabajar como trabajó el apóstol Pablo, quien dice: “Vosotros sabéis cómo me he comportado entre vosotros todo el tiempo, desde el primer día que entré en Asia, sirviendo al Señor con toda humildad, y con muchas lágrimas, y pruebas que me han venido por las asechanzas de los judíos; y como nada que fuese útil he rehuido de anunciaros y enseñaros, públicamente y por las casas, testificando a los judíos y a los gentiles acerca del arrepentimiento para con Dios, y de la fe en nuestro Señor Jesucristo”. Hechos 20:18-21. El elocuente Pablo, a quien Dios se manifestó de manera admirable, iba de casa en casa con toda humildad y con muchas lágrimas y tentaciones.
6TPI 323.3
Todos los que deseen tener oportunidad de ejercer un verdadero ministerio, y que quieran entregarse sin reserva a Dios; hallarán en el colportaje oportunidades para hablar de las muchas cosas concernientes a la vida futura e inmortal. La experiencia así ganada será aun de más valor para los que se están preparando para el ministerio. Es la compañía del Espíritu Santo de Dios lo que prepara a los obreros, sean hombres o mujeres, para apacentar la grey de Dios. Mientras alberguen el pensamiento de que Cristo es su compañero, sentirán una reverencia santa, un gozo sagrado en medio de los incidentes penosos y de todas las pruebas. Aprenderán a orar mientras trabajen. Serán instruidos en la paciencia, la bondad, la afabilidad y el espíritu servicial. Practicarán la verdadera cortesía cristiana, recordando que Cristo, su Compañero, no puede aprobar el lenguaje inadecuado ni sentimientos incorrectos. Sus palabras serán purificadas. Considerarán la facultad del habla como talento precioso, que les ha sido prestado para hacer una obra elevada y santa. El agente humano aprenderá a representar al Compañero divino con el cual está asociado. Manifestará respeto y reverencia hacia este Ser santo e invisible, porque lleva su yugo y aprende sus modales puros y santos. Los que tienen fe en este Acompañante divino se desarrollarán. Serán dotados de poder para revestir el mensaje de verdad con una belleza sagrada.
6TPI 324.1
Hay quienes son idóneos para la obra del colportaje, y pueden realizar más en este ramo que en la predicación. Si el Espíritu de Cristo mora en su corazón, hallarán oportunidad de presentar su Palabra a otros, y de dirigir las mentes a las verdades especiales para este tiempo. A veces emprenden este trabajo hombres con dones para él; pero algún ministro poco juicioso los halaga diciéndoles que sus dones debieran dedicarse a la predicación en lugar de la obra del colportaje. Influyen en ellos para obtener una licencia para predicar, y las personas que podrían haberse preparado para ser buenos misioneros que visitasen las familias en sus casas, hablasen y orasen con ellas; son desviados de una obra para la cual son idóneos. Así convierten en ministros mediocres, y queda descuidado el campo donde hay tanta necesidad y donde tanto bien se podría hacer.
6TPI 324.2
La predicación de la Palabra es un medio por el cual el Señor ordenó que se dé al mundo su mensaje de amonestación. En las Escrituras se representa al maestro fiel como pastor de la grey de Dios. Se le ha de respetar, y su obra debe ser apreciada. La verdadera obra médica misionera está vinculada con el ministerio, y el colportaje ha de ser parte tanto de esta rama de la obra como del ministerio. A los que se dedican a ella quiero decir: Mientras visitáis a la gente decidle que trabajáis por la difusión del Evangelio, y que amáis al Señor. No procuréis alojaros en un hotel, más bien permaneced en una casa particular, y llegad a conocer la familia. Cristo sembraba las semillas de la verdad dondequiera que estuviese, y como seguidores suyos podéis testificar por el Maestro y hacer una obra preciosísima en los hogares. Al acercaros así a la gente, con frecuencia hallaréis enfermos y desalentados. Si os mantenéis cerca de Cristo y lleváis su yugo, aprenderéis diariamente de él a comunicar mensajes de paz y consuelo a los entristecidos y desanimados, a los de corazón triste y quebrantado. Podréis conducir a los desalentados a la Palabra de Dios, y llevar a los enfermos al Señor en oración. Mientras oráis, hablad a Cristo como hablaríais a un amigo de confianza y muy amado. Mantened una dulce, natural y agradable actitud, como hijos de Dios. Esto será reconocido.
6TPI 325.1
Los colportores deben poder orientar a la gente en lo que significa tratar a los enfermos. Deben familiarizarse con los métodos sencillos de dar tratamientos higiénicos. Así podrán hacer un trabajo más amplio y atender las mentes y los cuerpos de los dolientes. Esta obra debiera estar realizándose en todas partes del mundo y muchísimos podrían recibir las bendiciones de las oraciones e instrucciones de los siervos de Dios
6TPI 325.2
Necesitamos comprender la importancia del colportaje como gran medio de hallar a los que están en peligro, y de llevarlos a Cristo. Nunca debe impedirse a los colportores que hablen del amor de Cristo, que relaten lo que han experimentado al servir a su Maestro. Deberían sentirse libres para hablar u orar por los que tienen inquietudes espirituales. La sencilla historia del amor de Cristo hacia el hombre les abrirá las puertas, aun en las casas de los incrédulos.
6TPI 325.3
Cuando el colportor visita a la gente en sus hogares, a menudo tendrá la oportunidad de leerles pasajes de la Biblia o de los libros que enseñan la verdad, y al encontrar personas que la están buscando, puede tener estudios bíblicos con ellas. Estos estudios bíblicos son precisamente lo que la gente necesita. Dios usará en su servicio a quienes así manifiesten profundo interés en las almas que perecen. Por su intermedio impartirá luz a los que están dispuestos a recibir instrucción.
6TPI 326.1
Algunos de los que trabajan en el colportaje tienen un celo que no está de acuerdo con el conocimiento. Debido a su falta de sabiduría, han estado más inclinados a actuar como ministros y teólogos, ha sido casi necesario imponer restricciones a nuestros colportores. Cuando la voz del Señor pregunta: “¿A quién enviaré, y quién por nosotros?” el Espíritu divino induce a los corazones a responder: “Heme aquí, envíame a mí”. Isaías 6:8. Pero recordemos que primero debe tocar nuestros labios el carbón vivo del altar. Entonces, las palabras que hablemos serán sabias y santas, y ejerceremos prudencia para saber lo que debe decirse y lo que debe callarse. No trataremos de revelarnos como teólogos. Tendremos cuidado de no despertar un espíritu combativo ni excitar los prejuicios al introducir puntos de doctrina controversiales. Hallaremos bastante que decir que no excite oposición, pero que abra en el corazón un deseo de conocimiento más profundo de la Palabra de Dios.
6TPI 326.2
El Señor desea que ganéis almas; por lo tanto, aunque no debéis imponer a la gente el estudio de las doctrinas, debéis estar “siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros”. 1 Pedro 3:15. ¿Qué habéis de temer? Temed que vuestras palabras tengan un sabor de autosuficiencia, de hablar en forma imprudente, y de que vuestras palabras y maneras no sean a la semejanza de Cristo. Relacionaos firmemente con Cristo, y presentad la verdad que hay en él. Los corazones no pueden menos que ser conmovidos por la historia de la expiación. Si aprendéis a ser mansos y humildes como Cristo, sabréis qué decir a la gente; porque el Espíritu Santo os enseñará las palabras que habréis de hablar. Los que comprenden la necesidad que hay de mantener el corazón bajo el dominio del Espíritu Santo, estarán capacitados para sembrar semillas que brotarán para vida eterna. Tal es la obra del colportor evangélico.
6TPI 326.3
231
6TPI
Testimonios para la Iglesia, Tomo 6
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