Testimonios para la Iglesia, Tomo 8

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El único camino seguro

Las personas que ocupan cargos en nuestras instituciones deben buscar a diario el camino del Señor. No deben sentirse calificados para escoger su propio camino porque al hacerlo andarán a la luz de su propio fuego y de las teas que ellos mismos encendieron. Solamente Dios ha de ser su guía. Los que procuran una esfera mayor, los que anhelan una libertad mayor que la que Dios les ha asignado, los que dejan de hacer de él su consejero, su sabiduría, su santificación y su justicia, nunca obtendrán la corona de la vida. Día tras día el alma necesita la religión de Cristo. Los que beben profundamente de su Espíritu no serán ambiciosos. Se darán cuenta de que no pueden ir más allá del dominio de Dios, porque Dios reina dondequiera. 8TPI 152.3

La persona que está totalmente dispuesta a recibir su cometido del cielo recibirá el aliento de las promesas de Dios mientras se esmera por obrar con rectitud y discernimiento. Tener una confianza inconmovible en Dios, ser un hacedor de su palabra, es seguir un camino seguro. El consejo de Dios simplifica las complicaciones de las transacciones comerciales y los quehaceres domésticos. Los seguidores de Cristo que trabajan con la vista puesta en la gloria de Dios poseerán sabiduría de lo alto. Pero es un hecho penoso que en nuestras iglesias e instituciones haya una escasez del verdadero cristianismo. Que el Señor ayude a los que llevan responsabilidades para que se unan unos a otros en su obra y se conviertan en colaboradores de Dios. 8TPI 153.1

Cristo dijo a sus discípulos: “Vosotros sois la luz del mundo”. Mateo 5:14. Entonces, ¡cuán importante es que cada alma mantenga su lámpara arreglada y encendida para dar luz a todos aquellos con quienes se relaciona! Dios ha hecho a su pueblo depositario de su sagrada verdad. Se le han encomendado talentos para ser perfeccionados sabiamente porque es el propósito de Dios que mediante el ejercicio constante sean multiplicados. 8TPI 153.2