Testimonios para la Iglesia, Tomo 8

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Hace falta una reforma

La instrucción que me ha sido dada es que hace falta una reforma con respecto a estas cosas; que debiera prevalecer la liberalidad entre nosotros. Existe el peligro de que aun los adventistas del séptimo día sean vencidos por una ambición egoísta y que quieran concentrar todos los recursos y el poder en los intereses sobre los cuales tienen especial gobierno. Hay peligro de que los hombres permitan que surjan celos en sus corazones y que sientan envidia de otros intereses que son tan importantes como los que ellos manejan. Los que albergan la gracia de un cristianismo puro no pueden ver con indiferencia a ninguna de las partes de la gran viña del Señor. Los que están verdaderamente convertidos tendrán un mismo interés en la obra en todos los sectores de la viña y estarán dispuestos a ayudar doquiera se necesite ayuda. 8TPI 150.2

Es el egoísmo lo que impide que los hombres envíen ayuda a los lugares donde la obra de Dios no prospera tanto como en la institución que está bajo su supervisión. Los que llevan responsabilidades debieran procurar el bien de todo ramo de la causa y obra de Dios. Deben alentar y sostener los intereses en otros campos tanto como en los suyos propios. Así el vínculo de la hermandad se fortalecería entre los miembros de la familia de Dios sobre la tierra, y se cerraría la puerta a las envidias baladíes y los rencores que el puesto y la prosperidad de seguro suscitarán, a menos que la gracia de Dios gobierne el corazón. 8TPI 151.1

“Pero esto digo -declaró Pablo-: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará. Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre. Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra... para que estéis enriquecidos en todo para toda liberalidad, la cual produce por medio de nosotros acción de gracias a Dios. Porque la ministración de este servicio no solamente suple lo que a los santos falta, sino que también abunda en muchas acciones de gracias a Dios; pues por la experiencia de esta ministración glorifican a Dios por la obediencia que profesáis al evangelio de Cristo, y por la liberalidad de vuestra contribución para ellos y para todos; asimismo en la oración de ellos por vosotros, a quienes aman a causa de la superabundante gracia de Dios en vosotros. ¡Gracias a Dios por su don inefable!” 2 Corintios 9:6-8, 11-15. 8TPI 151.2