Testimonios para la Iglesia, Tomo 8

177/197

La educación del corazón

Es bueno que los jóvenes sientan que deben alcanzar el más elevado desarrollo de sus facultades mentales. No hay que restringir la educación a la cual Dios no ha puesto límites. Pero nuestros logros no servirán de nada si no se emplean para la gloria de Dios y el bien de la humanidad. A menos que nuestro conocimiento sea un eslabón para alcanzar los propósitos más elevados, de nada vale. 8TPI 325.1

Lo que necesitamos es un conocimiento que fortalezca la mente y el alma, que nos haga mejores hombres y mujeres. 8TPI 325.2

La educación del corazón es de más importancia que la educación derivada de los libros. Es correcto, aun esencial, obtener un conocimiento del mundo en que vivimos; pero si dejamos de reconocer lo eterno, caeremos en un fracaso del cual no podremos recobrarnos. 8TPI 325.3

No es aconsejable atiborrar la mente con una clase de estudios que requieren una intensa aplicación, pero que no se adaptan a la vida práctica. Una educación de esta clase será una pérdida para el estudiante. Estos estudios le quitan el deseo y la inclinación por otros estudios que lo capacitarían para ser útil y permitirle cumplir sus deberes. 8TPI 325.4

Si los jóvenes estuvieran conscientes de su propia debilidad, encontrarían su fuerza en Dios. Si procuran ser instruidos por él, se volverán sabios en su sabiduría y sus vidas darán un fruto de bendición al mundo. Pero si aplican sus mentes a un estudio meramente mundanal y especulativo, separándose así de Dios, perderán todo lo que sirve para enriquecer la vida. 8TPI 325.5