Testimonios para la Iglesia, Tomo 8

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Cristo revela a Dios

Todo lo que el hombre necesita o puede saber acerca de Dios ha sido revelado en la vida y carácter de su Hijo. 8TPI 301.2

“A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer”. Juan 1:18. 8TPI 301.3

Habiendo asumido la humanidad, Cristo llegó a ser uno con la humanidad y, al mismo tiempo reveló el Padre a los seres humanos pecaminosos. Era semejante a sus hermanos en todo. Fue hecho carne, igual que nosotros. Le daba hambre y sed y se cansaba. Se sostenía comiendo y se refrescaba durmiendo. Se hermanó con los hombres, y, sin embargo, era el inmaculado Hijo de Dios. Fue un peregrino y advenedizo en la tierra, estaba en el mundo, pero no era del mundo; tentado y probado como los hombres y mujeres son tentados y probados, pero viviendo una vida libre de pecado. 8TPI 301.4

Tierno, compasivo, comprensivo, siempre amable con los demás, representaba el carácter de Dios, y estaba continuamente empeñado en el servicio hacia Dios y los hombres. 8TPI 301.5

“Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad”. Juan 1:14. 8TPI 301.6

Él dijo: “He manifestado tu nombre a los hombres que del mundo me diste; “para que el amor con que me has amado, esté en ellos, y yo en ellos”. Juan 17:6, 26. 8TPI 301.7

“Amad a vuestros enemigos,” les suplicó; “bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos”; “él es benigno para los que son ingratos y malos”. “Hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos”. “Sed, pues, misericordiosos, como también vuestro Padre es misericordioso”. Mateo 5:44, 45; Lucas 6:35, 36. 8TPI 302.1