Testimonios para la Iglesia, Tomo 9

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Formalismo en el culto de adoración

En su empeño por impresionar a la gente con la verdad, los mensajeros del Señor no deben seguir los métodos del mundo. Para despertar el interés en sus reuniones, no deben depender de cantantes mundanos ni representaciones teatrales. ¿Cómo podrían los que no tienen interés en la Palabra de Dios, que nunca la han leído con el deseo sincero de comprender sus verdades, cantar con el espíritu y el entendimiento? ¿Cómo podrían sus corazones estar en armonía con las palabras de los himnos sagrados? ¿Cómo podría el coro celestial unirse a una música que sólo tiene forma de piedad? 9TPI 115.4

No hay palabras suficientemente fuertes para describir el mal del culto formalista, pero tampoco hay expresiones adecuadas para presentar la profunda bendición del culto genuino. Cuando los seres humanos cantan con el espíritu y el entendimiento, los músicos celestiales se unen en el canto de acción de gracias. Aquel que ha derramado sobre nosotros los dones que nos permiten ser obreros juntamente con Dios, espera que sus servidores cultiven sus voces para poder hablar y cantar en una forma que todos puedan comprender. No es necesario cantar con voz fuerte, sino con clara entonación y pronunciación correcta. Que todos dediquen tiempo al cultivo de la voz, para que la alabanza a Dios pueda ser cantada con tonos claros y suaves, sin voz destemplada que ofende los oídos. La habilidad de cantar es un don de Dios que debe ser usado para su gloria. 9TPI 116.1

En las reuniones elegid a varias personas para que participen en el canto, acompañados por instrumentos musicales bien interpretados. No debemos oponernos al uso de música instrumental en nuestro trabajo. Esta parte del servicio debe conducirse con habilidad, porque es alabanza a Dios mediante el canto. 9TPI 116.2

No siempre unas pocas personas deben hacerse cargo del canto. Tan a menudo como sea posible hay que hacer participar a toda la congregación. 9TPI 116.3