Testimonios para la Iglesia, Tomo 9

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Condiciones para un servicio aceptable

Como pueblo, debemos entrar en santa comunión con Dios. Es necesario que la luz del cielo brille en nuestros corazones y en nuestras mentes; necesitamos la sabiduría que sólo Dios puede impartir, si queremos proclamar con éxito el mensaje a las ciudades. Entren en las filas nuestras iglesias en todo lugar. 9TPI 108.1

Que ninguno de los que por el bautismo se han comprometido a vivir para el servicio y la gloria de Dios, niegue su compromiso. Es necesario salvar al mundo y este pensamiento debe inducirnos a hacer mayores sacrificios y un trabajo más intenso en favor de los que están fuera del buen camino. 9TPI 108.2

Cuando andéis conforme a los principios contenidos en la Palabra de Dios, vuestra influencia será valiosa para cualquier iglesia y organización. Debéis acudir en ayuda de Jehová, contra los poderosos. Todas las palabras frívolas, toda liviandad y trivialidad son otras tantas seducciones del enemigo para privaros de fuerza espiritual. Fortaleceos contra este mal, en el nombre del Dios de Israel. Si os humilláis delante de Dios, él os dará un mensaje para aquellos que en comarcas lejanas necesitan vuestra ayuda. Preparad vuestras lámparas y tenedlas encendidas; para que en todas partes donde andéis podáis derramar preciosos rayos de luz por medio de vuestras palabras y acciones. 9TPI 108.3

Si nos consagramos al servicio del Señor, él nos mostrará lo que debemos hacer. Si entramos en relaciones más estrechas con Dios, él obrará con nosotros. No nos dejemos dominar por el yo y por nuestros intereses hasta el punto de olvidarnos de aquellos que suben la escalera de la experiencia cristiana y que necesitan nuestra ayuda. Debemos estar listos para emplear en la obra del Señor las capacidades que nos ha dado y para decir, a tiempo y fuera de tiempo, palabras que ayuden y hagan bien. 9TPI 108.4

Hermanos y hermanas, ¿estamos considerando las necesidades de las grandes ciudades del Este [de los Estados Unidos]? ¿Acaso no sabemos que tienen que ser amonestadas acerca de la próxima venida de Cristo? La obra que tenemos que hacer es admirablemente grandiosa. Hay un mundo que salvar; hay almas por las cuales trabajar en las ciudades del Este, en los Estados en los que el mensaje de la venida de nuestro Señor se predicó por primera vez. ¿Quiénes se dedicarán a llevar a cabo este ramo de la obra misionera? Se cuentan por centenares los miembros que debieran estar en el campo y que nada o muy poco hacen para el adelantamiento del mensaje. Las almas que nunca han oído el último mensaje evangélico constituyen una pesada responsabilidad para los que han tenido todas las ventajas que significa conocer la verdad, que han sido instruidos renglón tras renglón, precepto tras precepto, un poco aquí y otro poco allá. 9TPI 108.5

Si en este tiempo favorable los creyentes se presentan con humildad delante de Dios, quitan de su corazón todo lo malo y le consultan a cada paso, él se manifestará a ellos y los alentará. Y mientras los miembros de la iglesia hagan su parte fielmente, el Señor conducirá y dirigirá a sus instrumentos escogidos y los fortalecerá para su importante obra. Unidos todos, sostengamos sus brazos por medio de muchas oraciones y atraigamos los brillantes rayos del santuario celestial. 9TPI 109.1

El fin se acerca; avanza sigilosa, imperceptible y silenciosamente, como el ladrón en la noche. Concédanos el Señor la gracia de no dormir por más tiempo, como otros lo hacen; sino que seamos sobrios y velemos. La verdad está apunto de triunfar gloriosamente, y todos los que decidan ahora colaborar con Dios triunfarán con ella. El tiempo es corto; la noche se acerca cuando nadie podrá trabajar. Que los que se gozan en la verdad presente se apresuren ahora a impartirla a otros. El Señor pregunta: “¿A quién enviaré?” Los que están dispuestos a hacer sacrificios por la verdad, deben responder ahora: “Heme aquí, envíame a mí”. Isaías 6:8. 9TPI 109.2

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Los que tienen responsabilidades deben recordar que el Espíritu Santo es el que amolda a las personas. El Señor es quien controla. No debemos tratar de amoldar, siguiendo nuestras ideas personales, a quienes trabajan con nosotros. Debemos dejar que Cristo los amolde. El no sigue ninguna pauta humana. Obra según su propia mente y Espíritu. La obra del hombre consiste en revelar al mundo lo que Cristo ha puesto en su corazón; por medio de su gracia el ser humano se convierte en participante de la naturaleza divina, habiendo escapado de la corrupción que existe en el mundo a causa de la concupiscencia. Las facultades más elevadas de aquel que recibe a Cristo se fortalecen y ennoblecen, y la persona queda capacitada para servir a Dios. 9TPI 109.3

Muchos de los eruditos del mundo han recibido una educación tan elevada que no pueden tocar a la gente común. Su conocimiento es intrincado. Se eleva mucho, pero no descansa en ninguna parte. Los hombres de negocios más inteligentes anhelan la verdad sencilla, como la que Cristo dio a la gente cuando estuvo en el mundo; la verdad que él dijo que era espíritu y vida. Sus palabras son como las hojas del árbol de la vida. Lo que el mundo necesita en la actualidad es la luz del ejemplo de Cristo, reflejada desde las vidas de hombres y mujeres semejantes al Salvador. El intelecto más poderoso en favor de la verdad es el intelecto controlado por Cristo, ennoblecido y purificado por la santificación del Espíritu Santo. 9TPI 110.1

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Cristo ha dado su comisión: “Id por todo el mundo”. Marcos 16:15. Todos deben escuchar el mensaje de advertencia. Un premio de valor incalculable espera a los que corren la carrera cristiana. Los que corren con paciencia recibirán una corona de vida cuyo brillo jamás se empañará. 9TPI 110.2

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Cultivad la calma y encomendad la protección de vuestras almas a Dios como fiel Creador. El guardará lo que se encomienda a su cuidado. A él no le agrada que cubramos su altar con nuestras lágrimas y quejas. Ya tenemos suficientes motivos para alabar a Dios, aunque no veamos otra alma convertirse. Pero la buena obra continuará si proseguimos hacia adelante sin tratar de ajustarlo todo a nuestras propias ideas. Que la paz de Dios reine en nuestros corazones, y mostrémonos agradecidos. Demos lugar para que Dios trabaje. No obstruyamos su camino. El puede trabajar, y lo hará si se lo permitimos. 9TPI 110.3

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Aunque hay que trazar planes extensos, también hay que tener mucho cuidado de que la obra en cada ramo de la causa se mantenga armoniosamente unida con la de los demás departamentos, para así constituir un todo perfecto. 9TPI 110.4