Testimonios para la Iglesia, Tomo 9

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Familias misioneras

Si todos los que poseen la luz de la verdad practicaran la verdad, podría hacerse mucho más por Cristo. Hay familias enteras que podrían ser misioneras y dedicarse a la obra personal, y trabajar por el Maestro ocupando activamente las manos y el cerebro y creando nuevos métodos para el éxito de la obra. Hay hombres y mujeres serios, prudentes y afectuosos que podrían hacer mucho por Cristo si se entregaran a Dios, si se acercaran a él y lo buscaran de todo corazón. 9TPI 33.1

Hermanos y hermanas, desempeñad una parte activa en la obra de la salvación de las almas. Esta obra dará vida y vigor a las facultades mentales y espirituales. La luz de Cristo brillará en la mente. El Salvador morará en vuestros corazones y veréis la luz en su luz. 9TPI 33.2

Consagraos totalmente a la obra de Dios. El es vuestra fortaleza y será vuestra mano derecha y os ayudará a llevar a cabo sus misericordiosos propósitos. Por medio de la obra personal poneos en contacto con quienes os rodean y estableced vínculos de amistad con ellos. La predicación no podrá realizar la obra que debe hacerse. Los ángeles de Dios os acompañan a las casas que visitáis. Esta obra no puede hacerse mediante substituto. El dinero prestado o dado no la llevará a cabo. Los sermones no la realizarán. Al visitar a la gente, al hablar, orar y simpatizar con ella, ganaréis sus corazones. Esta es la obra misionera más elevada que podéis hacer. Para realizarla, necesitaréis una fe resuelta y perseverante, una paciencia incansable y un profundo amor por las almas. 9TPI 33.3

Encontrad la manera de poneros en contacto con la gente de vuestro vecindario. Al hablarles de la verdad, emplead palabras revestidas de la simpatía manifestada por Cristo. Recordad que el Señor Jesús es el Obrero Maestro. El riega la semilla sembrada. Os pone en la mente palabras que llegarán a los corazones. Confiad que Dios sustentará al obrero consagrado y altruista. La obediencia, la fe como la de un niño y la confianza en Dios proporcionarán paz y gozo. Trabajad desinteresadamente, con amor y paciencia por todos los que se pongan a vuestro alcance. No manifestéis impaciencia. No pronunciéis ninguna palabra áspera. Dejad que el amor de Cristo more en vuestros corazones y que la ley de la bondad permanezca en vuestros labios. 9TPI 33.4

Constituye un misterio el que no haya cientos de personas trabajando donde ahora hay una sola. El universo celestial se asombra ante la apatía, la frialdad e indiferencia de los que profesan ser hijos e hijas de Dios. En la verdad existe un poder viviente. Avanzad con fe y proclamad la verdad como si creyérais en ella. Que las personas por quienes trabajáis vean que para vosotros constituye una realidad viviente. 9TPI 34.1