Testimonios para la Iglesia, Tomo 2

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Apéndice

Página 357- La amonestación del testimonio personal dirigida al hermano y a la hermana E acerca de que “no debierais servir huevos en vuestra mesa”, ha sido aplicada por algunos de un modo general. Que esto no tenía la intención de ser una enseñanza generalizada para las familias en circunstancias normales, queda claro no sólo por el marco de esa declaración en sí, sino también por no menos de tres declaraciones publicadas de Elena G. de White, que corregirían cualquier aplicación errónea de este testimonio personal. Esas declaraciones se encuentran en Testimonios para la Iglesia 7:132 (1902); El Ministerio de Curación, 246 (1905), y Testimonios para la Iglesia 9:130 (1909). Citamos las dos últimas declaraciones: “Verdad es que las personas algo corpulentas y las agitadas por pasiones fuertes deben evitar el uso de alimentos estimulantes. Especialmente en las familias cuyos hijos son dados a hábitos sensuales deben proscribirse los huevos”. El Ministerio de Curación, 246. 2TPI 627.1

“Si bien se han dado advertencias con relación a los peligros de enfermedad que derivan de la mantequilla y al mal que ocasiona el uso copioso de huevos por parte de los niños pequeños, no debe considerarse como violación de nuestros principios el consumo de huevos provenientes de gallinas bien cuidadas y convenientemente alimentadas. Los huevos contienen ciertas propiedades que obran eficazmente contra determinados venenos.” Testimonios para la Iglesia 9:130. 2TPI 627.2