Testimonios para la Iglesia, Tomo 2

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Un sueño solemne

En la noche del 30 de abril de 187 1, me retiré a descansar con el ánimo muy deprimido. Durante tres meses me había sentido muy desanimada. A menudo oré con angustia por alivio. Había implorado ayuda y fortaleza de Dios, para poder sobreponerme al profundo desaliento que paralizaba mi fe y mi esperanza, y me incapacitaba para ser útil. Esa noche tuve un sueño que dejó muy grata impresión en mi mente. Soñé que asistía a una importante reunión en la que había un gran número de personas. Muchos estaban postrados ante Dios en ferviente oración, y parecían apesadumbrados. Estaban pidiendo al Señor una luz especial. Algunos parecían estar en agonía de espíritu, sus sentimientos eran intensos; con lágrimas imploraban ayuda y luz. Nuestros hermanos más prominentes se hallaban en esta impresionante escena. El hermano A estaba postrado, aparentemente en profunda angustia. Su esposa estaba sentada con un grupo de indiferentes burladores. Parecía como si deseara que todos comprendieran que ella menospreciaba a los que se humillaban de ese modo. 2TPI 534.2

Soñé que el Espíritu del Señor vino sobre mí y me levanté entre los lamentos y las oraciones, y dije: El Espíritu del Señor está sobre mí. Siento que me urge a decirles que deben comenzar a trabajar individualmente por ustedes mismos. Se vuelven al Señor deseando que él haga en su favor la obra que ha dejado para que la hagan ustedes. Si hacen la obra que saben que deben hacer, entonces Dios les ayudará cuando lo necesiten. Han dejado sin hacer las mismas cosas que Dios les ha dejado para hacer. Le han estado pidiendo a Dios que hiciera vuestra obra. Si hubieran seguido la luz que él les ha dado, entonces les daría más luz; pero mientras desatienden los consejos, advertencias y reprensiones que han recibido, ¿cómo pueden esperar que Dios les dé más luz y más bendiciones para que las desatiendan y desprecien? Dios no es como el hombre, no se lo puede menospreciar. 2TPI 535.1

Tomé la preciosa Biblia y la rodeé con varios Testimonios para la Iglesia, dados al pueblo de Dios. Dije: aquí se tratan casi todos los casos. Se señalan los pecados que deben evitar. El consejo que desean se puede encontrar aquí, dado para otros casos similares al de ellos. Dios se ha complacido en darles renglón tras renglón y precepto tras precepto. Pero no hay muchos de ustedes que realmente sepan lo que contienen los Testimonios. No están familiarizados con las Escrituras. Si hubieran estudiado la Palabra de Dios, con un deseo de alcanzar la norma bíblica y lograr la perfección cristiana, no habrían necesitado los Testimonios. Es porque han descuidado el conocimiento del Libro inspirado por Dios, por lo que él ha intentado alcanzarlos por medio de testimonios sencillos y directos, llamando su atención a las palabras inspiradas que no han obedecido, y urgiéndolos a armonizar su vida a sus puras y elevadas enseñanzas. 2TPI 535.2

El Señor tiene el propósito de advertirnos, reprendernos, aconsejarnos por medio de los Testimonios que ha dado, y de impresionar nuestra mente con la importancia de la verdad de su Palabra.* El deber del hombre hacia Dios y hacia sus semejantes ha sido claramente especificado en la Palabra de Dios; sin embargo sólo pocos obedecen la luz dada. No se ha provisto una verdad adicional; y Dios, por medio de los Testimonios, ha simplificado las grandes verdades ya presentadas, y de un modo que él mismo ha elegido las ha expuesto ante el pueblo para despertar e impresionar su mente con ellas, de modo que nadie tenga excusa. 2TPI 535.3

El orgullo, el amor propio, el egoísmo, el odio y los celos han oscurecido las facultades de percepción, y la verdad, que os haría sabios para la salvación, ha perdido su poder de atraer y controlar la mente. Los más esenciales principios de la piedad no se comprenden, porque no se siente hambre y sed por el conocimiento bíblico, por la pureza de corazón y por la santidad de vida. Los Testimonios no son para disminuir la Palabra de Dios, sino para exaltarla, y atraer las mentes a ella, para que la hermosa sencillez de la verdad pueda impresionar a todos. 2TPI 536.1

Seguí diciendo: Como la Palabra de Dios está amurallada en estos libros y folletos, así Dios os ha amurallado con sus reprensiones, consejos, advertencias y palabras de aliento. Estáis aquí, con el alma angustiada, clamando ante Dios por más luz. Dios me autorizó a deciros que no brillará en vuestra senda ningún otro rayo de luz por medio de los Testimonios hasta que llevéis a la práctica la luz que ya ha sido dada. El Señor os ha cercado con su luz, pero no habéis apreciado la luz, la habéis pisoteado. Mientras que algunos han despreciado la luz, otros la han descuidado, o la han seguido con indiferencia. Unos pocos se han propuesto obedecer la luz que Dios se ha complacido en darles. 2TPI 536.2

Algunos que han recibido advertencias especiales a través de un Testimonio, en unas pocas semanas olvidaron la reprensión dada. A algunos les fue repetido el Testimonio varias veces, pero no los consideraron de suficiente importancia para prestarles cuidadosa atención. Para ellos fueron como un cuento vano. Si hubieran prestado atención a la luz dada, hubiesen evitado pérdidas y pruebas que consideran duras y severas. Son ellos los únicos que deben recriminarse. Han colocado sobre su propio cuello un yugo penoso de soportar. No es el yugo que Cristo les ha colocado. Dios ejerció su cuidado y amor en su favor; pero su alma egoísta, mala e incrédula no podía discernir su bondad y misericordia. Siguen apresurados en su propia sabiduría, abrumados con pruebas, y desconcertados y perplejos, son engañados por Satanás. Cuando reunáis los rayos de luz que Dios os ha dado en el pasado, entonces él os dará mayor luz. 2TPI 536.3

Les señalé el caso del antiguo Israel. Dios les dio su ley, pero ellos no la obedecieron. Luego les dio ceremonias y ordenanzas, para que al practicarlas pudieran acordarse de Dios. Eran tan inclinados a olvidarse de él y de sus requerimientos que fue necesario mantener sus mentes agitadas para que se dieran cuenta de su obligación de obedecer y honrar a su Creador. Si hubiesen sido obedientes y dispuestos a guardar los mandamientos de Dios, no habría sido necesaria esa multitud de ceremonias y ordenanzas. 2TPI 537.1

Si el pueblo que ahora profesa ser el peculiar tesoro de Dios obedeciera sus mandamientos, según ha sido especificado en su Palabra, no se darían Testimonios especiales para despertarlos a su deber y convencerlos de su pecaminosidad y del tremendo peligro que corren al no obedecer la Palabra de Dios. Las conciencias se han embrutecido porque han apartado, descuidado y despreciado la luz. Y Dios quitará estos Testimonios del pueblo, los privará de fortaleza y los humillará. 2TPI 537.2

Soñé que mientras hablaba, el poder de Dios caía sobre mí de un modo extraordinario, y quedé sin fuerzas; sin embargo, no recibí ninguna visión. Vi que mi esposo se levantaba ante el pueblo y exclamaba: “Este es el maravilloso poder de Dios. El ha convertido los Testimonios en un poderoso medio de llegar a las almas, y todavía obrará más poderosamente por medio de ellos de lo que ha obrado hasta ahora. ¿Quién está a favor de Dios?” 2TPI 537.3

Soné que un considerable número se levantaba instantáneamente y respondía al llamado. Otros permanecieron oscos, algunos manifestaron desprecio y burla, y unos pocos parecían completamente insensibles. Alguien se paró a mi lado y dijo: “Dios te ha levantado y te ha dado palabras para dirigir al pueblo, para alcanzar los corazones, como no ha dado a nadie más. El ha dado forma a tus Testimonios de acuerdo con los casos que necesitan ayuda. No deben conmoverte el desdén, la burla, el reproche y la censura. Para ser instrumento especial de Dios, no debieras apoyarte en nadie, sino depender sólo de él, y como la vid colgante, que tus ramas se entretejan alrededor de él. El te hará un medio por el cual comunicar su luz al pueblo. Debes recibir diariamente fuerza de Dios para ser fortalecida, que lo que te rodea no pueda opacar o eclipsar la luz que él ha permitido que brille sobre su pueblo a través de ti. Es el objetivo especial de Satanás evitar que esta luz llegue al pueblo de Dios, que la necesita tanto en medio de los peligros de estos últimos días. 2TPI 537.4

“Tu éxito estriba en tu sencillez. Tan pronto como te apartes de ella, y adaptes tu testimonio al deseo de alguien, tu poder desaparecerá. Casi todo en este tiempo es apariencia e ilusión. El mundo abunda en testimonios dados para complacer y atraer en el momento, y para exaltar el ego. Tu testimonio es de diferente carácter. Ha de tratar las minucias de la vida, evitando que muera la débil fe, e inculcando en los creyentes la necesidad de brillar como luces en el mundo. 2TPI 538.1

“Dios te ha dado tu testimonio para presentar al descarriado y al pecador su verdadera condición y la inmensa pérdida que está experimentando al continuar una vida de pecado. Dios ha impreso esto revelando ante ti su visión, como no lo ha hecho con ningún otro viviente, y de acuerdo con la luz que te ha dado, él te hará responsable. ‘No con ejército, ni con fuerza, sino con mi espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos’. Zacarías 4:6. Eleva tu voz como una trompeta, y señala a mi pueblo sus transgresiones y a la casa de Israel sus pecados”. 2TPI 538.2

Este sueño tuvo una poderosa influencia sobre mí. Cuando desperté, mi depresión se había ido, estaba de buen ánimo, y tuve gran paz. Las dolencias que me habían incapacitado para trabajar desaparecieron, y experimenté una fortaleza y un vigor que durante meses me habían faltado. Me pareció que ángeles de Dios habían sido enviados a traerme alivio. Una inefable gratitud llenó mi corazón por este gran cambio del abatimiento a la luz y la felicidad. Supe que esa ayuda había venido de Dios. Esta manifestación me pareció como un milagro de la misericordia de Dios, y no seré desagradecida ante su amante bondad. 2TPI 538.3