Testimonios para la Iglesia, Tomo 2

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La importancia del dominio propio

Estimado hermano P,

En varias oportunidades he tratado de escribirle pero en cada caso se me han presentado obstáculos. No lo pospondré más. Hace varios días que me siento muy especialmente preocupada por usted. En junio se me mostraron algunas cosas con respecto a usted. Fui transportada al pasado y se me mostró su vida inconstante y desordenada. Usted estaba sin Dios. La suya ha sido una vida dura e imprudente. No obstante vi que Dios en su misericordia le había salvado la vida muchas veces cuando parecía que ningún poder o sabiduría humanos podría preservarla. Usted es ahora un milagro de la misericordia. Cuando su vida estuvo en peligro inminente, Cristo, su abogado, rogó en su favor: Padre, preserva su vida un poco más. Ha sido un árbol sin fruto, un estorbo para la tierra; sin embargo no lo derribes. Esperaré pacientemente un poco más para ver si lleva fruto. Voy a tocar su corazón con la verdad. Lo voy a convencer de pecado”. 2TPI 375.1

Se me mostró que el Señor preparó el camino para que usted lo obedeciera y sirviera. Sus pasos fueron dirigidos hacia el Oeste, donde había un ambiente más favorable para su crecimiento en la gracia, y donde le sería menos difícil formar un carácter para el Cielo. Usted entró en nuestra familia y se le brindó un lugar en nuestros corazones. Esta fue la orden del Señor. No tenía la experiencia necesaria para llevar una vida que Dios pudiera aprobar. Estaba en condición de obtener más luz en pocos meses y más conocimiento de la verdad presente que los que habrían recibido durante años si hubiera permanecido en el Este. 2TPI 375.2

Nuestro compasivo Sumo Sacerdote conocía su debilidad y sus errores y no lo dejó librado a su inexperiencia y en un medio desfavorable para que luchara con el gran enemigo. Si hubiese permanecido en _____ no hubiera retenido la verdad. Al encontrar oposición se hubiera desarrollado su combatividad, y hubiera deshonrado la verdad con un espíritu irascible; y luego, al encontrar obstáculos en su camino cristiano, se hubiera sentido desalentado y hubiera faltado a la verdad. Usted tiene mucho que agradecer. Su corazón debiera estar lleno de gratitud a su amante Salvador por su misericordia para con usted, quien por tanto tiempo ha ultrajado su amor. 2TPI 376.1

Se me mostró que usted era una rústica piedra extraída de la cantera, que necesitaba ser labrada, pulida y debía tomar forma antes de que pudiera ocupar un lugar en el edificio celestial. Se ha hecho parte de este trabajo en su favor; pero, ¡oh, hay todavía mucho más que hacer! Usted se ha sentido muy desdichado. Ha visto el lado malo de la vida. No ha sido feliz; pero ha sido usted mismo el que se ha mantenido en su propia luz, separándose del bien. En su juventud usted fomentó un espíritu de descontento; no se dejaba gobernar; andaba en sus propios caminos, sin importarle el criterio o el consejo de los demás. No se dejaba controlar por su padrasto, porque quería hacer su propia voluntad. El no sabía cómo controlarlo, y usted estaba decidido a no respetar su autoridad. Tan pronto como él le hablaba, usted se colocaba a la defensiva. Era muy agresivo, y combatía en contra de todo y todos los que se oponían a sus planes. Aun cuando se le sugería un cambio para mejorar sus planes o trabajo, siempre se encolerizaba en un instante. Pensaba que se le censuraba, o se lo acusaba, y se disgustaba con los que eran sus verdaderos amigos. Su imaginación estaba enferma. Pensaba que todos estaban en contra de usted y que su destino era excesivamente duro. Es duro, pero usted lo ha hecho así. 2TPI 376.2

Su conducta hacia su padrasto no era la apropiada. No merecía ser tratado como usted lo trataba. Tenía defectos y había cometido errores, pero mientras usted estaba listo para darles más importancia que la que tenían, no veía sus propios errores. En la providencia de Dios su esposa quedó postrada por una enfermedad. Era orgullosa; pero se arrepintió de sus pecados, y su arrepentimiento fue aceptado por Dios. 2TPI 377.1

Su senda ha sido protegida a derecha e izquierda, para evitar que continuara hacia la perdición. El Señor ha hecho que su espíritu rebelde e indomable se sujetara a él. Por una combinación de juicio y misericordia se lo ha llevado al arrepentimiento. Como Jonás, usted huyó de sus obligaciones hacia el mar. Dios resguardó su camino prodigándole su providencia. No podía prosperar ni ser feliz, porque no podía dejar su yo atrás. Llevaba su yo y su pecado con usted. Fomentaba un espíritu de descontento, se mostraba inquieto y se negaba a cumplir las obligaciones que tenía por delante. Quería un cambio, algún trabajo más importante. Llegó a ser inconstante. 2TPI 377.2

Si Dios no lo hubiese controlado, usted hubiera quedado a merced de su inestabilidad y en sus pecados, habría descuidado su carácter y las circunstancias lo hubieran hecho desdichado. Cuando estuvo en tierra extraña y en la hora de la enfermedad, se sintió triste, abandonado y desolado. Pasó largas noches y agotadores días de intranquilidad y dolor, lejos de su madre y hermanas, recibiendo ayuda sólo de manos extrañas, sin esperanza cristiana que lo sustentara. 2TPI 377.3

Buscaba la felicidad, pero no la obtuvo. Había desatendido el consejo de su madre y sus súplicas para que no violara los mandamientos de Dios. A veces este descuido le causó amargura. Pero no puedo entrar en detalle, pues no soy fuerte. Me detendré en lo más esencial que se me mostró. 2TPI 377.4

Vi que usted tiene por delante una obra que no comprende: morir al yo, crucificar al yo. Tiene un temperamento irascible y tempestuoso, al que debe controlar. Posee nobles rasgos de carácter, que lo ayudarán a ganar amigos si no los hiere con su mal genio. Tiene una gran simpatía por los que manifiestan interés en usted. Cuando comprende bien las cosas es cuidadoso; pero a menudo actúa por impulso, sin reflexionar. 2TPI 377.5

Usted juzga a la gente, hace comentarios acerca de su comportamiento, cuando no comprende ni su posición ni su obra. Ve las cosas desde su punto de vista y luego tiende a cuestionar o condenar la conducta que siguen los demás, sin considerar desprejuiciadamente todos los aspectos de la cuestión. Usted no conoce las obligaciones de los demás y no debiera sentirse responsable por sus actos; no obstante, cumpla con su deber, dejando que el Señor se ocupe de los demás. Controle su carácter con paciencia, mantenga su mente en paz y en calma y siéntase agradecido. 2TPI 378.1

Vi que el Señor le había dado luz y experiencia para que pudiera ver cuán pecaminoso es un espíritu irascible y controlar sus pasiones. Si fracasa en esto, del mismo modo por cierto, fracasará en lograr la vida eterna. Debe vencer esta enfermedad de la imaginación. Es demasiado susceptible, y si le hace una observación respecto de un proceder opuesto al suyo, se siente herido. Se siente acusado, piensa que debe defenderse, salvar su vida; y en su firme esfuerzo por salvar su vida, la pierde. Tiene una obra que hacer para morir al yo y cultivar un espíritu de tolerancia y paciencia. Tiene que superar la idea de que no se lo aprecia, de que se lo injuria, se lo oprime o se lo perjudica. Usted tiene una falsa imagen de la realidad. Satanás hace que tenga una visión distorsionada de las cosas. 2TPI 378.2

Apreciado hermano P, en el Centro Adams se me mostró nuevamente su caso. Vi que siempre fracasó en ejercitar el verdadero dominio propio. Hizo esfuerzos; pero estos esfuerzos sólo alcanzaron lo externo, no tocaron los motivos de sus acciones. Su temperamento irascible frecuentemente le causa sincero y doloroso pesar y un sentimiento de condenación propia. Este temperamento vehemente, a menos que sea controlado, lo inducirá a ser malhumorado y condenador; por cierto, usted ya posee en algún grado estas características. Siempre está listo a ofenderse por nada. Si se lo empuja en la calle, se molesta, y deja escapar alguna expresión de protesta. Cuando maneja en la calle, si no se le deja completamente libre la mitad de la calzada, en seguida se molesta. Si se le pide que cambie su proceder para complacer a otros, se irrita y se fastidia, y piensa que se lo menoscaba en su dignidad. Dejará ver a todos su pecado dominante. Su misma expresión indica un temperamento impaciente, y su boca parece siempre lista para pronunciar una palabra airada. En este hábito, como en el uso del tabaco, una total abstinencia es el único remedio seguro. Tiene que experimentar un cambio completo. Frecuentemente se da cuenta de que debe controlarse más. Dice con decisión: “Seré más calmo y paciente”; pero al hacer esto solamente toca el mal por afuera; acepta retener el león y observarlo. Debe ir más allá que esto. Solamente la fuerza de los principios puede desalojar a este enemigo destructor y traer paz y felicidad. 2TPI 378.3

Usted ha dicho repetidamente: “No me puedo controlar”; “tengo que hablar”. Usted carece de mansedumbre y humildad. Su yo está vivo, y usted está continuamente en guardia para preservarlo de humillaciones o insultos. El apóstol dice: “Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios”. Colosenses 3:3. Los que están muertos al yo no son tan susceptibles y no se colocan a la defensiva ante algo que los pueda irritar. Los muertos no sienten. Usted no está muerto. Si lo estuviera, y su vida estuviese escondida en Cristo, miles de cosas que ahora nota y lo afligen, las dejaría pasar por no ser dignas de atención; entonces llegaría a comprender lo eterno y estaría por encima de las pruebas menores de esta vida. 2TPI 379.1

“La lengua es un fuego, un mundo de maldad”. Santiago 3:6. “La cordura del hombre detiene su furor, y su honra es pasar por alto la ofensa”. “El que tarda en airarse es grande de entendimiento; mas el que es impaciente de espíritu enaltece la necedad”. “Mejor es el que tarda en airarse que el fuerte; y el que se enSeñorea de su espíritu que el que toma una ciudad”. Proverbios 19:11; 14:29; 16:32. “Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse; porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios”. Santiago 1:19-20. “El que ahorra sus palabras tiene sabiduría; de espíritu prudente es el hombre entendido”. Proverbios 17:27. 2TPI 379.2

Nuestro gran Modelo fue exaltado a pie de igualdad con Dios. Era un alto comandante en el Cielo. Todos los santos ángeles se complacían en inclinarse ante él. “Y otra vez, cuando introduce al Primogénito en el mundo, dice: Adórenle todos los ángeles de Dios”. Hebreos 1:6. Jesús tomó sobre sí nuestra naturaleza, dejó de lado su gloria, majestad, y riquezas para cumplir su misión, para salvar lo que se había perdido. No vino para ser servido, sino para servir a los demás. Jesús, cuando fue denigrado, injuriado, e insultado, no tomó represalias. “Quien cuando le maldecían, no respondía con maldición”. 1 Pedro 2:23. Cuando por la crueldad del hombre sufrió dolorosos azotes y heridas, no pronunció palabras amenazadoras, sino que se encomendó al que juzga con rectitud. El apóstol Pablo exhortó a sus hermanos filipenses: “Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres”. Filipenses 2:5-7. ¿Es el siervo mayor que su Señor? Cristo nos ha dado su vida como modelo, y lo deshonramos cuando recelamos cada desprecio, y tendemos a sentirnos agraviados por cada herida, imaginaria o real. El hecho de que estemos preparados para defender al yo, para preservar nuestra dignidad propia, no es evidencia de una mente noble. Sería mejor sufrir cien veces injustamente que herir el alma con un espíritu vengativo o dar rienda suelta a la ira. Podemos obtener fuerza de Dios. El puede ayudarnos. Puede darnos gracia y sabiduría celestial. Si pedís con fe, recibiréis, pero debéis velar en oración. Velar, orar, trabajar, debiera ser vuestra consigna. 2TPI 379.3

Su esposa podría ser una bendición si sólo aceptara la responsabilidad que es su obligación aceptar. Pero ha evitado las responsabilidades toda su vida, y ahora está en peligro de ser influenciada por usted, en lugar de ser ella quien lo influenciara. En vez de tener una influencia suavizante y elevadora en usted, hay peligro de que ella piense y actúe como usted, sin cavar hondo para ser guiada por principio en todas sus acciones. Os compadecéis el uno del otro, y desafortunadamente, al ejercer esta mutua influencia, tenéis una visión equivocada de las cosas. Ella puede ejercer una buena influencia para el bien, pero tiene un carácter con rasgos de indolencia espiritual y haraganería. No está dispuesta a hacer ningún trabajo que no le resulte placentero o agradable. ¿Cuál fue el pecado de Meroz? No hacer nada. No se los condenó por causa de grandes crímenes, sino porque no vinieron en ayuda del Señor. 2TPI 380.1

Se me mostró que su esposa no conoce su condición real. Evitaba encargarse del cuidado de la casa en su juventud y tampoco está dispuesta a hacerlo ahora. Tiene la tendencia a depender de otros más bien que de sus propias capacidades. No ha fomentado una noble independencia. Hace mucho tiempo que debiera haberse acostumbrado a llevar cargas. No goza de buena salud. Tiene el hígado delicado y no le gusta hacer ejercicio. No se pone a trabajar a menos que se vea obligada a hacerlo. Ingiere aproximadamente el doble de la cantidad de alimentos que debiera. Todo lo que llega a su estómago, que excede la cantidad que su organismo puede convertir en buena sangre, se transforma en desechos, que recargan el organismo que debe eliminarlos. Su organismo se ve obstaculizado en su trabajo por una cantidad de materia que obstruye la maquinaria y debilita su potencia vital. 2TPI 380.2

Ingerir más alimentos que los que el organismo puede convertir en buena sangre disminuye la calidad de ésta y quita más vitalidad que el trabajo o el ejercicio físico. El comer en exceso produce una sensación de embotamiento y letargo. Los nervios del cerebro deben ayudar a los órganos digestivos, y así están constantemente sobrecargados, debilitados y entumecidos. Esto da una sensación de embotamiento a la cabeza y predispone a su esposa a sufrir un ataque de parálisis en cualquier momento. Lo que necesita no es que se la inste a dejar el ejercicio. Nada sería más peligroso para ella que permanecer sin llevar a cabo una intensa actividad física. La actividad física es esencial. Fortalecerá su cuerpo y su mente. Cuando se dé cuenta de la responsabilidad que le cabe por su posición, y vea el beneficio que recibirá al tratar de encontrar una meta en la vida, no tenderá tanto a hundirse en la indolencia ni a rehuir las dificultades. No pone interés en lo que hace; por lo tanto actúa en cierto modo como una máquina, considerando que el trabajo es una carga. No puede, mientras piensa así, obtener esa nueva vida y vigor que son su privilegio recibir. Le falta ánimo y energía. Tiene la tendencia a perderse en el desinterés y en una profunda insensibilidad. El denso sopor que siente puede superarse solamente con una dieta frugal, un control perfecto sobre su apetito y sus sentimientos, y poniendo voluntad en hacer ejercicio. Necesita que la voluntad fortalezca sus nervios para que pueda resistir la indolencia. 2TPI 381.1

La hermana P nunca podrá ser útil en el mundo a menos que su voluntad sea suficientemente fuerte como para capacitarla para vencer esta renuencia a tomar responsabilidades y llevar cargas. A medida que ejercite la fortaleza que posee, la tarea se le hará menos difícil, hasta que le resulte natural cumplir con sus obligaciones, y ser cuidadosa y diligente. Se acostumbrará a pensar cuando coloque una carga menor en el estómago. Este peso sobrecarga el cerebro. 2TPI 381.2

También debiera tener una meta, un objetivo en la vida. Donde no hay un objetivo, hay una tendencia a la indolencia; pero donde hay una meta suficientemente importante en vista, todas las facultades mentales se ponen instantáneamente en actividad. Para obtener éxito en la vida, los pensamientos deben fijarse firmemente en el objetivo de la vida y no se los debe dejar vagar ni ocuparse de cosas sin importancia o complacerse en ociosas cavilaciones, que son el fruto de rehuir las responsabilidades. Construir castillos en el aire pervierte la mente. 2TPI 382.1

Asuma sus obligaciones presentes. Hágalo con voluntad, con todo el corazón. Debe tomar la decisión de hacer algo que requiera un esfuerzo tanto de sus facultades mentales como físicas. Debiera poner su corazón en su trabajo actual. La tarea que ahora tiene por delante es la obra a la que el Cielo desea que se dedique. Soñar con un trabajo lejano, y fantasear y hacer planes con respecto al futuro, no resultará provechoso, y la incapacitará para el trabajo que el cielo le pone por delante, aunque éste sea modesto. No debiera preocuparse por hacer una gran obra, sino por hacer con alegría y bien la tarea que hoy tiene en manos. Se le han confiado talentos para que los multiplique. Usted es responsable de usarlos correctamente o de darles un mal uso. No debe aspirar a hacer grandes cosas con el fin de prestar un gran servicio, sino que debe cumplir con su modesta tarea. Desarrolle sus talentos, aunque sean pocos, y sea consciente de su responsabilidad ante Dios de usarlos correctamente. 2TPI 382.2

No puede esperar evitar el dolor y la fatiga que acarrean los afanes y las pruebas de la vida. El Hijo de Dios participó de la naturaleza humana. Frecuentemente se sintió fatigado en cuerpo y espíritu. Dijo: “Me es necesario hacer las obras del que me envió, entre tanto que el día dura; la noche viene, cuando nadie puede trabajar”. Juan 9:4. Usted debiera dejar de soñar en cosas lejanas, y atraer su mente a sus deberes presentes, y cumplirlos con alegría. 2TPI 382.3

Este mundo no es el Cielo del cristiano. Es simplemente el lugar de preparación. Es el teatro de las batallas de nuestra vida, nuestros conflictos y tristezas; y es importante que todos tengamos una comprensión clara del mundo mejor, donde, cuando haya acabado esta lucha, encontraremos paz, gozo y bendición, que disfrutaremos para siempre. Vi que ambos estaríais más en peligro de naufragar en la fe si estuvierais unidos, porque tendríais una visión falsa de las cosas. Ambos tenéis una gran tarea que hacer en vuestro favor, pero corréis el peligro de pasar por alto vuestras mutuas faltas. 2TPI 383.1

La hermana P debiera guardarse de despertar la irritabilidad de su esposo al relatarle sus aflicciones para obtener su simpatía. El exagera las cosas y se preocupa por cosas que no son dignas de atención. Ella tendrá que darse cuenta de esto y comprender que es sabio permanecer callada. Ella necesita perseverancia. Es mucho más fácil permitir que algo penetre en nuestra mente que sacarlo una vez que está allí. Es más fácil detenerse en una supuesta injusticia que apaciguar y controlar los sentimientos una vez que han sido despertados. 2TPI 383.2

El hermano P tiene cualidades que serían excelentes si fueran refinadas por las elevadoras influencias de la religión pura. Puede ser útil. Solamente la piedad sincera puede capacitarlo para cumplir correctamente sus obligaciones en este mundo y prepararlo para el Cielo. En la tierra debe lograr un carácter celestial, hermano mío, o nunca llegará a poseerlo; por lo tanto debiera ocuparse inmediatamente de la obra que tiene que hacer. Debiera ocuparse con firmeza de llegar a estar preparado para el Cielo. Viva para el Cielo. Viva por fe. 2TPI 383.3

Hermano P, usted es una piedra rústica; pero está en las manos de un hábil artesano. ¿Permitirá que lo labre y lo talle y lo pula para ese edificio que se está construyendo sin que se oiga el ruido de un hacha o martillo? No se dará ni un golpe más después que se cierre el tiempo de gracia. Usted debe vencer ahora, mientras dure el tiempo de gracia, su temperamento impetuoso, si no quiere quedar al fin separado de Dios. 2TPI 383.4

Jesús os ama a ambos y os salvará si deseáis ser salvos en la forma indicada por Dios. Podéis llegar a experimentar la religión si realmente tenéis hambre y sed de ella. Acercaos a Dios en fe y humildad, y pedid, y recibiréis; pero recordad que el discípulo no está por encima de su Maestro ni el siervo es mayor que su Señor. Es necesario que alberguéis esa humildad y modestia que Cristo poseía. 2TPI 384.1

Battle Creek, Míchigan,

9 de febrero de 1869.

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