Testimonios para la Iglesia, Tomo 4
Consagración completa
El siguiente testimonio fue escrito en enero de 1875 y su veracidad fue reconocida por el hermano C, el cual dijo que le había dado luz y esperanza. 4TPI 211.1
Hermano C, se ha vuelto a alejar de Dios. Sus puntos de vista respecto de las exigencias de Dios nunca han estado demasiado bien definidos. Ello no es excusa para que sea negligente y baje la guardia porque la conducta de muchos que se declaran cristianos es errónea. No se ha consagrado a Dios. No ha sentido la necesidad de que él lo guarde y, por lo tanto, la duda lo ha vencido y lo ha esclavizado; la prisión de la falta de fe ha encadenado su alma. No glorifica a Dios con su vida. A veces, nuestra fe le parece cuestionable. La razón está en usted mismo. En el mundo, la verdad y la falsedad están tan entremezcladas que no siempre es posible discernir claramente una de otra. Y sin embargo, ¿por qué alguien que profesa la verdad es tan débil? Porque no entiende su propia ignorancia y debilidad. Si lo supiera, si desconfiara de sí mismo, se daría cuenta de la importancia de la ayuda divina para protegerlo de las argucias del enemigo. Debemos ser cristianos activos y trabajadores, humildes de corazón y vida, puesta la mirada únicamente en la gloria de Dios. ¡Cuántos naufragios vemos día tras día, cuantas bocas calladas y cuántas vidas estériles! “Esto”, dijo el ángel, “es porque caen en la tentación. Nada marchita la paz del alma como la infidelidad pecaminosa”. 4TPI 211.2
No se desespere ni abandone, pensando que debe vivir y morir bajo el dominio de la duda y la falta de fe. En el Señor está nuestra justicia y nuestra fuerza. Abandónese a él y con su poder podrá apagar los ardientes dardos del adversario y salir más que vencedor. Puede elegir entre ser santificado por la verdad o andar en las tinieblas de la incredulidad, perdiendo el cielo y todo cuanto posee. Al andar en la luz y obrar según la voluntad de Dios podrá vencer su naturaleza soberbia. 4TPI 211.3
No ha dudado en ser generoso con sus aportes, pero no se ha entregado a sí mismo. No ha sentido el llamamiento para hacer sacrificios que habrían requerido un cuidado; no ha estado dispuesto a hacer nada por Cristo, por humilde que fuera. Dios lo arrojará al suelo una y otra vez hasta que, con corazón humilde y mente sumisa, pase la prueba que le inflige y se santifique completamente para la obra y servicio de Dios. Entonces ganará la vida inmortal. Puede ser un hombre completamente desarrollado en Jesucristo, o un enano espiritual incapaz de obtener victorias. Hermano, ¿cuál será su elección? ¿vivir una vida de sacrificio y abnegación, cumpliendo alegremente con su tarea, perfeccionando un carácter cristiano y avanzando hacia la recompensa inmortal? No se puede engañar a Dios; Cristo no acepta un servicio dividido. Lo pide todo. No retenga nada. Cristo pagó un precio infinito por usted y demanda que todo lo que usted tiene le sea rendido como una ofrenda de buena voluntad. Si se consagra completamente a él, de todo corazón y toda su vida, la fe apartará las dudas y la confianza tomará el lugar de la desconfianza y la incredulidad. 4TPI 211.4
Hermano, corre un grave peligro porque ni usted ni su familia siguen más estrictamente la reforma pro salud. Su sangre es impura, usted todavía se corrompe e inflama sus pasiones con la complacencia del gusto. No se traicione siendo indulgente con el uso de estimulantes, porque esto, además de hacerle perder la fuerza física y causarle reacciones negativas en el organismo, le nublará el entendimiento. Los hábitos temperantes estrictos en la comida y en la bebida, junto con la firme confianza en Dios, mejorarán su salud física, mental y moral. Tiene un carácter altamente irascible. Tiene muy poco autocontrol y, frecuentemente, cuando está sometido a excitación dice y hace cosas de las que más tarde se arrepiente. Debería pedir una voluntad determinada que lo ayude en su lucha contra sus propias inclinaciones y propensiones. Debe mantener abiertas las avenidas del alma para que pueda recibir la luz y la verdad. Pero cuando acontece algo que lo pone a prueba, con frecuencia, aparecen los prejuicios y usted se rebela contra lo que considera una restricción de su libertad o una violación de sus derechos. 4TPI 212.1
La palabra de Dios presenta claramente ante nosotros la verdad de que nuestra naturaleza física entrará en conflicto con la espiritual. El apóstol nos encarga que nos abstengamos de los placeres carnales que guerrean contra el alma. Cada apetito pervertido es una pasión guerrera. La indulgencia ante los apetitos que perjudican la fuerza física es la causa de las enfermedades del alma. Las pasiones que menciona el apóstol no se limitan solamente a la violación del séptimo mandamiento, sino a toda indulgencia en el gusto que menoscabe el vigor físico, la cual se convierte en una pasión que causa conflictos. El apóstol declara que el que desee obtener victorias y alcanzar objetivos más altos “de todo se abstiene”. 1 Corintios 9:25. La temperancia en la comida y la bebida, así como el ejercicio de la temperancia en cualquier otro aspecto, es esencial si deseamos vencer como Cristo venció. Dios nos ha dado luz, no para que la tratemos con indiferencia, sino para que sea nuestra guía y ayuda. 4TPI 212.2
Debe cultivar el autocontrol. La lección que debiera haber aprendido en la juventud debe ser aplicada ahora. Disciplínese para que pueda morir al yo y llevar su voluntad a sujeción con la de Cristo. A menos que se convierta profunda y completamente, hermano, perderá la vida eterna. Su servicio en la causa de Dios debe ser más voluntarioso, completo y cuidadoso. No podrá perfeccionar un carácter cristiano sirviendo a Dios y, a la vez, descuidar sus obligaciones según sus conveniencias. Debe realizar un cambio radical en su vida, obtenga una experiencia renovada de lo que ya ha vivido o Dios no aceptará su servicio. 4TPI 213.1
Nuestro Padre celestial ha tenido mucha paciencia con usted. Lo ha tratado con ternura. La enfermedad lo golpeó cuando todavía no estaba preparado para morir porque no había perfeccionado un carácter cristiano y su moral no era adecuada para el cielo. Satanás estaba junto a usted, afligiéndolo y destruyéndolo, para que usted fuera contado entre los transgresores. Las oraciones fervientes y efectivas en su favor prevalecieron. Los ángeles acudieron para tener cuidado de usted, para guardarlo y protegerlo del poder de Satanás y conservar su vida. Con un amor inigualable, Dios le ha dado otra oportunidad. Ha respondido a las oraciones por causa de su misericordia, no porque haya en usted alguna virtud o bondad. Su tiempo de gracia ha sido prolongado para que tenga una oportunidad de redimir su pasado, vencer los defectos de su carácter y mostrar en su vida la dedicación a Dios que él reclama de usted. Ha tenido sentimientos de gratitud, pero no ha experimentado ese agradecimiento de todo corazón y la humildad decorosa que debiera haber inspirado el insuperable amor del Salvador. 4TPI 213.2
No ha sentido suficientemente sus obligaciones para con Dios por haberle salvado la vida. Sus propias razones infantiles y petulantes lo han llevado a excusarse una y otra vez de los deberes religiosos que nos son delegados en todas las ocasiones y todas las circunstancias. Dios no acepta el sentimiento de desánimo como disculpa por haber descuidado un sólo deber. Requiere de usted todo lo que sea capaz de hacer; su tiempo y sus fuerzas no son suyos, sino de Dios. 4TPI 214.1
Dios indicó que podría ser educado para desempeñar un papel en su causa, pero era necesario que su mente fuera entrenada y disciplinada para trabajar en armonía con el plan de Dios. Si así lo desease, podría obtener la experiencia necesaria; ante usted se presentó el privilegio de negar sus inclinaciones siguiendo el ejemplo que el Salvador le dio con su vida. Sin embargo, no se ha mostrado dispuesto a aprender todo cuanto pudiera y fuera importante para convertirse en un correcto obrero por la causa de Dios. Había algunas cosas pendientes de reforma en usted antes de que el Señor pudiera usarlo como un instrumento efectivo. 4TPI 214.2
Hermano C, para usted fue un sacrificio abandonar su granja; le gustaba la vida que gozaba ahí. Venir a _____ no fue una elección voluntaria. No tenía conocimiento alguno en relación con los asuntos de la página impresa. Aun así, estaba dispuesto a poner lo mejor de su parte y en muchos aspectos su actuación fue buena. Sin embargo, en su camino surgieron muchas piedras de tropiezo. La conducta del hermano F era errónea en muchos aspectos y usted no protegió su consagración a Dios. Se unió a él en espíritu y no se mantuvo libre. Desagradó a Dios en muchas cosas y separó su alma de él. Satanás ganaba gran poder sobre usted; sus pasos casi se habían extraviado, estuvo a un paso de caer en la incredulidad y la enfermedad detuvo su carrera. Dios tuvo misericordia de usted y lo salvó para darle una nueva oportunidad en la vida. No obstante, usted no se ha rendido completamente a él. Su terca voluntad no ha sido subyugada y dulcificada; necesita una nueva conversión. Se ha sumido fácilmente en la ansiedad y la preocupación, se ha preparado para hacer frente a cualquier cosa que usted considerase que lo menoscababa; sus sentimientos se alzaron contra todo lo que le hería en el orgullo. Apreciado hermano, nada de eso está bien. Debe vencerlo o el enemigo obtendrá la victoria sobre usted. 4TPI 214.3
Su corazón enfermó porque no amaba el trabajo en _____. Ha puesto su mirada en _____ porque su corazón todavía está ahí y su cuerpo debe estar donde está su corazón. Dios lo ha probado. ¿Cómo ha pasado la prueba? Era preciso que las asperezas y protuberancias de su carácter fueran limadas y pulidas para que pudiera ser refinado para el reino de los cielos. ¡Cuán duro es para la naturaleza humana negar las inclinaciones! ¡Cuán duro es para los hombres abandonar la persuasión mundana y engañosa y, con el amor del Salvador y de sus compañeros, negar su propio placer para dedicarse aún más directamente al servicio de Dios! 4TPI 215.1
Hermano C, no se dedica en cuerpo y alma a la obra. Nunca ha hecho de ella un interés personal; por lo que no le es agradable. De haber estado dispuesto, podría haber entrenado su mente para entenderla; pero en cierta medida, se ha mantenido distante, no se ha vinculado estrechamente con ella y quiso familiarizarse con varias ramas. 4TPI 215.2
Su conducta no es tan sociable ni cortés como debiera, sus maneras frías y distantes no son del agrado de Dios. Permite que sus sentimientos se exciten con facilidad. Nadie que desee cumplir adecuadamente una tarea relacionada con la obra de Dios debería dejarse llevar por las emociones y los impulsos. Su mente ha de estar más unida a Dios. Sus intereses y simpatías deben estar más estrechamente identificados con los que se han unido a la obra del Señor; de otro modo su participación en el avance de la causa en _____ será negativa. Es demasiado independiente y exclusivista. Debe suavizar su disposición y asimilarla a la mente y los sentimientos ajenos. Como hombre de negocios y como cristiano, su servicio puede ser de inestimable valor para la causa de Dios si usted somete su voluntad y sus maneras al Señor. Debe ser santificado por la verdad, de modo que su mente se eleve por encima de cualquier consideración personal o interés egoísta. 4TPI 215.3
Tiene en la vida de Jesús un modelo perfecto. Su vida estuvo caracterizada por la benevolencia desinteresada. ¡Qué precioso Salvador! ¡Qué sacrificios hizo por nosotros, para que tuviéramos vida eterna y no pereciéramos! El cielo, si abandonamos cualquier interés egoísta para obtenerlo, nos parecerá barato. ¿Pagaremos el precio de seguir nuestros propios designios y alejarnos de las manos de Dios porque ello resulta más agradable al corazón natural? Dios exige una perfecta sumisión y obediencia. La vida eterna es digna de todo cuanto podamos dar. Puede estar estrechamente vinculado a Dios si se esfuerza por entrar por la puerta estrecha. 4TPI 215.4
Nunca habría sido consciente de sus defectos de no ser porque fue puesto allí donde las circunstancias los desarrollaron. No se dio cuenta de cómo debía ser hasta que llegó a _____. No entró libre y animosamente en la obra y no la convirtió en su principal interés. Ha acariciado una independencia que no habría podido mantener si se hubiera dado verdadera cuenta de su condición, la de un aprendiz a quien le falta conocer la mejor manera de trabajar por la prosperidad de la causa de Dios. Usted es un estudiante que necesita conocer aquello con lo que no está familiarizado. Sus progresos podrían haber sido mucho mayores si usted se hubiese esforzado honestamente para servir a Dios como un obrero eficiente. 4TPI 216.1
Ha sido demasiado reservado. No ha establecido ninguna relación de amistad con los hombres que estaban a cargo de los distintos departamentos de la obra; no los consultó con la misma familiaridad con que debía, por lo que su acción no era comprensible. De haber sido así, habría sido una ayuda mucho más eficiente. Se ha movido demasiado de acuerdo con su propio juicio y ha llevado adelante sus propias ideas y planes. Ha faltado la conexión armoniosa entre los obreros. Los que lo habrían podido ayudar eran reticentes a transmitirle sus conocimientos debido a su falta de cordialidad y, también, porque usted se mueve siguiendo sus impulsos y se sentían atemorizados. 4TPI 216.2
El Salvador del mundo recibía la adoración de los ángeles, era el Príncipe de las cortes reales del cielo. Sin embargo, dejó a un lado su gloria y cubrió su divinidad con humanidad. Se convirtió en el manso y humilde Jesús. Dejó las riquezas y la gloria que disfrutaba en el cielo y se hizo pobre para que nosotros, mediante su pobreza, pudiésemos ser hechos ricos. Durante tres años anduvo de un lugar a otro, como un vagabundo sin hogar. Los hombres soberbios refunfuñan y murmuran si se les pide que abandonen sus pequeños tesoros terrenales por Cristo o para participar en la tarea de salvar las almas por las cuales él dio su precisa vida. ¡Cuánta ingratitud! Nadie es capaz de apreciar las bendiciones de redención a menos que sienta que puede hacer todos y cada uno de los sacrificios que se le piden por amor a Cristo. Cada sacrificio hecho por Cristo enriquece al dador, y cada sufrimiento y privación que se soporta por él aumenta el gozo que el vencedor tendrá finalmente en el cielo. 4TPI 216.3
Apenas si sabe qué es en realidad el sacrificio y la genuina negación del yo. Su experiencia en las privaciones y los esfuerzos es muy corta. La carga que hasta ahora ha tenido que soportar es ligera; otros, en cambio, han cargado con grandes responsabilidades. El joven que preguntó a Jesús qué debía hacer para obtener la vida eterna escuchó la respuesta: “Guarda los mandamientos”. Mateo 19:17. Confiado y orgulloso, replicó: “Todo esto lo he guardado desde mi juventud. ¿Qué más me falta?” Mateo 19:20. Jesús lo miró con compasión: lo amaba y sabía que las palabras que estaba a punto de decir alejarían al joven para siempre. Con todo, Jesús puso el dedo en la llaga de su alma. Le dijo: “Anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven y sígueme”. Mateo 19:21. El joven quería el cielo, pero no lo suficiente como para abandonar su tesoro terrenal. No quiso aceptar las condiciones que Dios le pedía para entrar en la vida. Se entristeció mucho, porque tenía muchas posesiones que, pensaba, eran demasiado valiosas para cambiarlas por recompensas eternas. Había preguntado qué debía hacer para ser salvo y había recibido una respuesta. Pero su corazón mundano no era capaz de sacrificar sus riquezas para convertirse en un discípulo de Cristo. Decidió abandonar el cielo y aferrarse a su tesoro terrenal. ¿Cuántos toman ahora la misma decisión que fijó el destino de ese joven? 4TPI 217.1
Si cualquiera de nosotros tuviera la oportunidad de hacer algo por Cristo, con cuánta premura la aprovecharíamos y, con la mayor sinceridad, haríamos todo cuanto estuviese en nuestra mano para ser sus colaboradores. Las pruebas que ponen a prueba nuestra fe de manera tan severa y hacen que pensemos que Dios se ha olvidado de nosotros están diseñadas para acercarnos cada vez más a Cristos, para que podamos depositar todas nuestras cargas a sus pies y sintamos la paz que él nos da a cambio. Usted precisa una nueva conversión, debe ser santificado con la verdad y que su espíritu se vuelva como el de un niño, manso y humilde, confiando completamente en Cristo como su Redentor. El orgullo y la independencia están cerrando su corazón a las benditas influencias del Espíritu de Dios y lo convierten en una roca tan dura como el cemento. Todavía tiene que aprender la gran lección de la fe. Cuando se rinda completamente a Dios; cuando, quebrantado, se abandone a Jesús; recibirá como recompensa la victoria y el gozo que nunca antes habrá experimentado. Mientras eche una clara mirada hacia el pasado, verá que en el momento en que para usted la vida era una paradoja y una carga, Jesús mismo estaba a su lado, queriendo llevarle a la luz. El Padre estaba junto a usted, forjándolo con un amor indecible, afligiéndolo por su bien, como el orfebre refina el oro. Cuando creyó que estaba abandonado, él estuvo junto a usted para consolarlo y sostenerlo. Pocas veces vemos a Jesús tal como es; y nunca estamos tan dispuestos a aceptar su ayuda como él a dárnosla. 4TPI 217.2
Cuando aprenda a seguir la providencia de Dios con un corazón agradecido y, tanto en la salud como en la enfermedad, en la abundancia como en la escasez, determinado a tener la vista puesta únicamente en su gloria, obtendrá una gran victoria. El yo está vivo y se agita con cada toque. Debe crucificar el yo para que pueda vencer en nombre de Jesús y recibir la recompensa de los fieles. 4TPI 218.1