Testimonios para la Iglesia, Tomo 5

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La religión y la educación científica

Estimados hermano y hermana B,

Se me ha presentado vuestro caso y se me ha señalado que estáis en peligro espiritualmente. Estábais abandonando el sendero del bien y encaminando vuestros pies sobre un camino más ancho. La hermana B decía muchas cosas, jotas y tildes, un poquito aquí y un poquito allá, que eran como semilla esparcida, y la cosecha de seguro vendrá. Estaba alentando la incredulidad y diciéndole a su marido que el camino que habían estado transitando era demasiado estrecho y bajo. Ella pensaba que los talentos de su esposo eran de alta calidad, y que deberían ser aplicados con mayor amplitud e influencia. El hermano B pensaba de igual manera; es más, él fue el que la indujo a pensar así. Ambos habíais mantenido en alto la bandera sobre la cual se habían inscrito las palabras, “Los mandamiento de Dios y la fe de Jesús”, pero al encontraros en el camino con personas que en vuestra opinión eran populares, se vino abajo la bandera, y la escondísteis detrás de vuestras espaldas, diciendo: “Si damos a entender que somos adventistas del séptimo día, entonces nuestra influencia se extinguirá, y nos pondremos en gran desventaja”. Vi el estandarte de la verdad detrás de vosotros. Entonces surgió la pregunta: “¿Por qué molestarse en llevarlo? Podemos creer lo que percibimos como verdad, pero no es necesario dejar que los educadores y estudiantes sepan que portamos un estandarte impopular”. Había algunos en vuestra compañía que no estaban conformes o satisfechos con estas sugerencias, pero que por debilidad se dejaron llevar por vuestra influencia en lugar de dejar que su luz brillase enarbolando su propia bandera. Escondieron sus banderas y marcharon adelante, con temor de dejar brillar ante todos la luz que les había sido dada del cielo. 5TPI 473.1

Vi a uno que se os acercaba con paso firme y rostro triste. Dijo: “Que ninguno tome tu corona”. ¿Acaso habéis olvidado la humillación que soportó el Hijo de Dios al venir a nuestro mundo, cómo sufrió maltratos, críticas, insultos, odio, burlas y traición, y cómo resistió el juicio vergonzoso en el tribunal después de haber soportado los asaltos sobrehumanos de Satanás en el huerto de Getsemaní? ¿Habéis olvidado la frenética vociferación de la chusma: “¡Crucifícale, crucifícale!”, y su muerte como si hubiera sido un malhechor? ¿Es el siervo mayor que su Señor? Los seguidores de Jesús no disfrutarán de la popularidad, sino que serán como su Maestro, mansos y humildes de corazón. Estáis procurando ocupar el asiento de cabecera, pero al fin y al cabo terminaréis ocupando el más bajo. Si procuráis obrar con justicia, amar la misericordia, y andar humildemente con Dios, seréis participantes de los sufrimientos de Cristo y disfrutaréis juntamente con él de su gloria y su reino. El Señor os ha bendecido pero ¡cuán poco habéis apreciado su misericordia! ¡qué poca alabanza ha recibido de vuestros labios! Es posible que hagáis una buena obra para el Maestro, pero no cuando ponéis vuestras ideas en primer lugar. Tenéis que aprender en la escuela de Cristo, de lo contrario nunca estaréis preparados para pasar a un grado superior, recibir el sello del Dios viviente, entrar por las puertas de la ciudad de Dios, y ser coronados de gloria, honor e inmortalidad. 5TPI 473.2

Satanás trabaja de muchas maneras donde no se le percibe, aun a través de hombres y mujeres que ocupan puestos de confianza. Les inculca en sus mentes posibles errores de pensamiento, hechos y lenguaje que suscitan la duda y producen desconfianza donde ellos pensaban que había certidumbre y seguridad. Obrará con los elementos insatisfechos para ponerlos en acción. Surgirá el deseo de grandeza y de honor. La envidia brotará en las mentes donde no se suponía que existiese, y no faltarán las oportunidades para que se ponga por obra. Surgirán dudas, y halagadoras promesas de lucro se ofrecerán a cambio de que la cruz no se haga sobresalir demasiado. Satanás tentará a algunos para que piensen que nuestra fe constituye una barrera contra su progreso y que estorba el camino para alcanzar un puesto elevado en el mundo y ser llamados hombres y mujeres extraordinarios. 5TPI 474.1

En su primera exhibición de desafecto, Satanás fue muy astuto. Solamente afirmaba que lo que quería era lograr un mejor estado de cosas, hacer grandes mejoras. Indujo a la primera pareja a separarse de Dios, a apartarse de su lealtad a los mandamientos divinos, en torno al mismo punto en que son tentadas y fracasan miles de personas hoy en día; es decir, por medio de sus propios vanos pensamientos. El verdadero conocimiento es de origen divino. Satanás insinuó en las mentes de nuestros primeros padres el deseo por el pensamiento especulativo, por medio del cual declaró que ellos mejorarían su condición grandemente; pero, para lograrlo, deberían seguir por un camino contrario a la santa voluntad de Dios, por cuanto Dios no los conduciría a alturas mayores. No era el propósito de Dios que ellos obtuvieran un conocimiento que se basara en la desobediencia. Satanás procuraba dirigir a Adán y Eva por un campo ancho, y abre hoy ese mismo campo ante el mundo por medio de sus tentaciones. 5TPI 474.2

Vosotros estáis propagando la idea de que la educación debe permanecer como obra independiente. Esta mezcla de asuntos religiosos y doctrinas bíblicas con la educación de carácter científico, vosotros la considerasteis como una desventaja dentro de nuestro sistema de educación y como un impedimento en la obra de pasar a nuestros alumnos a los niveles más elevados de conocimiento científico. 5TPI 475.1

La mayor razón porque tan pocos de los hombres grandes del mundo y de aquellos que han recibido una educación universitaria llegan a obedecer los mandamientos de Dios, es que han separado la educación y la religión, pensando que cada una debiera ocupar un campo aparte por sí sola. Dios ofreció un campo lo suficientemente amplio para perfeccionar el conocimiento de todos los que entren en él. Este conocimiento habría de obtenerse bajo la supervisión divina; estaba circundado por la ley inmutable de Jehová, y el resultado hubiera sido la dicha perfecta. 5TPI 475.2

Dios no creó el mal. Sólo hizo lo bueno, que era semejante a sí mismo. Pero Satanás no quedaría satisfecho con conocer y hacer la voluntad de Dios. Su curiosidad se esforzaba por extenderse a lo que Dios no se proponía que él conociese. El mal, el pecado y la muerte no fueron creados por Dios; son el resultado de la desobediencia, la cual tuvo su origen en Satanás. Pero el conocimiento del mal que hay ahora en el mundo fue introducido por la astucia de Satanás. Estas son lecciones duras y costosas; pero los hombres las aprenderán, y muchos nunca quedarán convencidos de que es una dicha ignorar cierta clase de conocimiento, el que brota de los deseos frustrados y los propósitos no consagrados. Los hijos e hijas de Adán son tan plenamente curiosos y presuntuosos como lo fue Eva al buscar el conocimiento prohibido. Alcanzan una experiencia, un conocimiento que Dios nunca quiso que tuviesen, y el resultado será, como lo fue con nuestros primeros padres, la pérdida del hogar edénico. ¿Cuándo aprenderán los seres humanos lo que ha sido expuesto tan plenamente ante ellos? 5TPI 475.3

La historia del pasado demuestra que el diablo se mantiene activo y trabajando. A él le es imposible tanto estar ocioso como ser inofensivo. Satanás ocupó su lugar en un único árbol para poner en peligro la seguridad de Adán y Eva Era su plan atraer a la sagrada pareja hacia aquel sólo árbol para que hicieran precisamente lo que Dios dijo que no debían hacer: comer del árbol del conocimiento del bien y del mal. No estaban en peligro si se acercaban a cualquier otro árbol. ¡Cuán razonables fueron sus palabras! Echó mano de los mismos argumentos que emplea hoy: la lisonja, la envidia, la desconfianza, la duda y la incredulidad. Si Satanás fue tan astuto en el principio, ¿cómo será ahora después de haber adquirido miles de años de experiencia? No obstante, Dios y sus santos ángeles, y todos aquellos que viven en obediencia a toda la voluntad revelada de Dios, son más sabios que él. La sutileza de Satanás no disminuirá, pero la sabiduría dada a los hombres a través de su conexión vital con la Fuente de toda luz y conocimiento divinos, será dada en proporción con las estratagemas y astucia del enemigo. 5TPI 476.1

Si los hombres desean poder soportar la prueba que Adán no soportó y desean, fortalecidos por Jesús, obedecer todos los requerimientos de Dios porque éstos son justicia, entonces nunca deberían familiarizarse con el conocimiento censurable. Jamás fue el plan de Dios que el hombre tuviese esta clase de conocimiento, el cual es engendrado por la desobediencia y que, si se pone por obra, conduce a la muerte eterna. Cuando los hombres invariablemente escogen el conocimiento que Satanás ofrece, cuando su gusto está tan pervertido que anhela ese conocimiento como si fuera una fuente de suprema sabiduría, entonces dan a entender que están separados de Dios y en rebelión contra Cristo. 5TPI 476.2

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