Testimonios para la Iglesia, Tomo 5

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La paciencia del cristiano

Estimados hermano y hermana H,

Concerniente a vuestras presentes relaciones con la iglesia, os aconsejaría que hagáis todo lo que podáis de vuestra parte para colocaros en armonía con los hermanos. Cultivad un espíritu bondadoso y conciliador y no permitáis que ningún sentimiento de venganza entre en vuestras mentes y corazones. Nos queda apenas un poco de tiempo en este mundo, de manera que debemos trabajar para el tiempo presente y para la eternidad. Sed diligentes en la tarea de afianzar vuestro llamado y elección. Cuidaos de no errar y poner en peligro vuestro derecho a un hogar en el reino de Cristo. Si vuestro nombre está registrado en el Libro de la Vida del Cordero, entonces todo os irá bien. Estad deseosos y ansiosos de confesar vuestras faltas y abandonarlas para que vuestros errores y pecados vayan a juicio de antemano y sean borrados. 5TPI 310.3

A mí me parece que estáis progresando. Sin embargo, permitid que la obra sea aún más profunda, más cabal, más seria. Que nada de lo que hagáis sea hecho a medias. Caminad humildemente con Dios, guardad vuestros corazones, venced el yo, y velad para evitar todo artificio de Satanás. Cuando el corazón esté en armonía con Jesús, cuando en palabra, espíritu y comportamiento imiteis al Modelo, las costumbres se refinarán y elevarán, convenciendo a los demás de que en vosotros se ha obrado un cambio radical. Entonces seréis contados entre el número de aquellos que son seguidores de Jesús y que son virtuosos y temerosos de Dios. 5TPI 311.1

Hermano mío, su registro está muy manchado. Dios y su propia alma lo saben. Pero nadie se regocijará más que yo al ver que sus pies se posan en el camino que Cristo recorrió, al encontrarme con usted en el reino de Dios. Es difícil que nos comprendamos a nosotros mismos, que tengamos un conocimiento correcto de nuestros propios caracteres. La Palabra de Dios es clara, pero a menudo se cometen errores en la aplicación personal de la misma. Existe una inclinación a engañarnos a nosotros mismos y a pensar que sus amonestaciones y reprensiones no se aplican a nosotros. “Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién podrá conocerlo?” Jeremías 17:9. La adulación de nosotros mismos se puede confundir con la emoción y el celo cristianos. El amor propio y la confianza propia podrán asegurarnos que estamos en lo correcto, cuando en realidad estamos lejos de cumplir los requisitos de la Palabra de Dios. 5TPI 311.2

La Biblia es completa, clara y precisa. Define con exactitud cuál debiera ser el carácter del verdadero discípulo de Cristo. Para que de ninguna manera nos engañemos con respecto a nuestro verdadero carácter, es preciso que escudriñemos las Escrituras con corazones contritos, temblando ante la palabra del Señor. Hemos de esforzarnos con perseverancia para vencer el egoísmo y la confianza propia. El examen de conciencia ha de ser completo para que no exista ningún peligro de autoengaño. No basta un ligero examen de sí mismo. Cada día examine el fundamento de su esperanza y asegúrese de que en realidad está en el amor de Cristo. Examine sinceramente su corazón, porque en lo que a esto se refiere no puede permitirse correr ningún riesgo. Determine lo que significa ser cristiano de corazón y luego vístase con la armadura de Dios. Estudie el Modelo; mire a Jesús, e imítelo. Su paz mental, su esperanza de vida eterna dependen de su fidelidad en esta obra. Como cristianos nos preocupamos menos del examen personal que de cualquier otra cosa; no es de extrañar que nuestro progreso en entendernos a nosotros mismos sea tan lento. 5TPI 311.3

Le escribo estas cosas porque anhelo que sea salvo. No quiero causarle desánimo, sino más bien alentarlo para que realice un esfuerzo más dedicado y vigoroso. El amor propio hará que la obra de examen personal sea superficial; pero no permita que ninguna vana confianza le robe la vida eterna. No se base en las faltas y errores de los demás, sino más bien resuelva entre usted y su Dios la cuestión de la cual depende su destino eterno. 5TPI 312.1

“El hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón” (1 Samuel 16:7), el corazón humano con sus emociones conflictivas de gozo y tristeza, el corazón divagante y voluntarioso que es el asiento de tanta impureza y engaño. El conoce sus motivaciones, sus verdaderas intenciones y propósitos. Acuda a él con su alma tal cual es, toda mancillada. Como el salmista, abra las cámaras del corazón ante el ojo que todo lo ve y dígale: “Escudríñame, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis pensamientos; y ve si hay en mí camino de perversidad, y guíame en el camino eterno” Salmos 139:23, 24. Someta su corazón para que sea refinado y purificado; entonces llegará a ser participante de la naturaleza divina “habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia”. 2 Pedro 1:4. Entonces estará siempre preparado “para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros”. 1 Pedro 3:15. La paz de Cristo será de usted. Su nombre quedará registrado en el Libro de la Vida; su título de la herencia divina llevará el sello real, el cual nadie en este mundo se atreverá a disputar. Ninguno podrá obstruir sus pasos hacia los portales de la ciudad de Dios, y así tendrá libre acceso a la presencia real y al templo de Dios en los cielos. 5TPI 312.2

Unas cuantas palabras más pesan en mi mente. Deseo que se mantenga unido a la iglesia, no porque considere que los miembros de iglesia son perfectos o porque usted se crea perfecto. Dios tiene personas de valor en su iglesia; hay también hombres y mujeres que son como la cizaña entre el trigo. Pero el Señor no le ha asignado a usted ni a nadie el oficio de determinar quiénes son cizaña y quiénes son trigo. Es posible que veamos y condenemos las faltas de los demás, teniendo nosotros mismos mayores defectos de los que nunca nos hemos dado cuenta, pero que otros ven claramente. Dios requiere que usted dé un ejemplo al mundo y a la iglesia, una vida que refleje a Jesús. Hay tareas que realizar y responsabilidades que llevar. No hay suficientes cristianos verdaderos en el mundo; la iglesia nos necesita; la sociedad no puede prescindir de ellos. La oración de Cristo en favor de sus discípulos fue así: “No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal”. Juan 17:15. Jesús sabe que estamos en el mundo, expuestos a sus tentaciones, pero nos ama y nos impartirá su gracia para que triunfemos sobre sus influencias corruptoras. El quiere que seamos perfectos de carácter para que ningún desvío nuestro ocasione deformidad moral en los demás. 5TPI 312.3

Usted ve que sus hermanos en la fe no están a la altura de la norma bíblica, que tienen defectos; y se concentra en ellos. Se alimenta de ellos en lugar de alimentarse de Cristo, y contemplando dichos defectos es transformado a la misma imagen. Pero no critique a nadie; no ponga su propio procedimiento estricto en contraste con las deficiencias ajenas. Luego puede caer en el peligro de querer corregir a los demás y hacerles sentir sus faltas. No lo haga. Esta no es la labor que Dios le ha asignado. El no lo ha puesto como reparador de la iglesia. Hay muchas cosas que usted ve a la luz de la Biblia. Sin embargo, aunque tenga razón en algunos puntos, no piense que sus opiniones son siempre correctas, porque en muchos puntos sus ideas están distorsionadas y no resistirán el escrutinio. 5TPI 313.1

Procure no exaltarse a sí mismo, sino que aprenda la mansedumbre y la humildad en la escuela de Cristo. Usted sabe cómo era el carácter de Pedro, cuán prominentemente fueron cultivados sus rasgos peculiares. Antes de su estrepitosa caída era siempre exagerado y dictatorial, y hablaba en forma imprudente e impulsiva. Estaba siempre listo para corregir a los demás y expresar su parecer antes de comprenderse bien a sí mismo o lo que tenía que decir. Pero Pedro se convirtió, y el Pedro convertido era muy diferente del Pedro irreflexivo e impetuoso. Aunque mantuvo su antiguo fervor, la gracia de Cristo templaba su celo. En lugar de ser impetuoso, lleno de confianza y exaltación propia, era calmado, sereno y dócil. Ahora sí podía apacentar tanto a los corderos como a las ovejas de la grey de cristo. 5TPI 313.2

Usted, mi estimado hermano, tiene una gran labor que hacer por sí mismo cada día. Debe esforzarse constantemente para refrenar su mal genio y sus inclinaciones hacia el mal. Estos han crecido a medida que usted ha ido creciendo, y sólo Jesús puede darle la fuerza para vencerlos. Debe considerarse un siervo de Cristo y procurar ser como él en carácter. Procure ser agradable a los demás. Aun en sus relaciones comerciales, sea cortés, bondadoso y tolerante, revelando así que tiene la mansedumbre de Jesús y que su Espíritu lo domina. Usted forma parte de la humanidad y debe ser paciente, bondadoso y misericordioso. Sea atento y subyugue el egoísmo. Pregúntese: “¿Cómo puedo yo ser una bendición para los demás?” Si su corazón anhela hacer el bien a otros, aunque le cause inconveniencia, tendrá la bendición de Dios. Cuando se lo eleva fuera del ámbito de la pasión y el impulso, el amor se espiritualiza y se manifiesta en palabras y hechos. Un cristiano ha de poseer ternura y amor santificados, libre de impaciencia o malhumor; los modales rudos y bruscos han de ser suavizados por la gracia de Cristo. 5TPI 314.1

Oh, mis hermanos, educaos en la escuela de Cristo. Que el espíritu de controversia cese en el hogar y en la iglesia. Que vuestros corazones se estrechen en amor por el pueblo de Dios. Los corazones que están llenos del amor de Cristo nunca se apartarán demasiado el uno del otro. La religión es amor, y un hogar cristiano es aquel donde reina el amor y se expresa en palabras y en actos de considerada bondad y gentil cortesía. Que no se pronuncien palabras ásperas. Sea el culto familiar algo agradable e interesante. Hermano mío, sea un caballero cristiano, ya que los mismos principios que caracterizan la vida hogareña serán transferidos a la iglesia. Una falta de cortesía, un instante de irritación, una sola palabra áspera y desconsiderada, dañará su reputación y podría cerrar la puerta de los corazones de tal manera que nunca pueda alcanzarlos. 5TPI 314.2

Ya le he declarado sus peligros, y le digo que hay preciosas victorias que puede obtener. No podremos ver nunca el reino de los cielos a menos que poseamos el pensamiento y el espíritu de Cristo. Entonces, imite al Modelo en el hogar, en el trabajo y en la iglesia. No intente enseñar a los demás o ver cuán marcadamente puede diferir de sus hermanos, sino más bien cuánto puede acercarse a ellos, cuán plenamente puede estar en armonía con ellos. Al hacer todo lo que pueda de su parte para perfeccionar un carácter cristiano, entregue su corazón a Dios para que él lo amolde conforme a su voluntad. Que Dios bendiga a usted y a sus hijos; mi oración es que pueda verles junto al gran trono blanco. 5TPI 315.1

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