Testimonios para la Iglesia, Tomo 5

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El pecado del descontento

Queridos amigos: Se me ha mostrado que, como familia, experimentáis mucho descontento innecesario. No es el designio de Dios que os sintáis miserables; pero habéis apartado vuestra mente de Jesús y la habéis concentrado demasiado en vosotros mismos. El gran pecado de vuestra familia es el de lamentarse por las providencias de Dios; vuestra desobediencia en este respecto es verdaderamente alarmante. Habéis engrandecido las pequeñas dificultades y expresado demasiado el desánimo. Tenéis la costumbre de cubrir todo lo que os rodea de luto y os habéis hecho infelices sin causa alguna. Vuestras continuas murmuraciones os están separando de Dios. 5TPI 289.1

Debéis apartaros del terreno encantado de Satanás y no permitir que vuestras mentes sean disuadidas de la alianza con Dios. En Cristo podéis y debéis ser felices y adquirir hábitos de dominio propio. Aun vuestros pensamientos han de ser sujetados a la voluntad de Dios y vuestros sentimientos puestos bajo el control de la razón y la religión. 5TPI 289.2

La imaginación no os fue dada para permitir que anduviera desbocada siguiendo su propia voluntad, sin que se hiciera esfuerzo alguno para restringirla o disciplinarla. Si los pensamientos son malos, los sentimientos también lo serán, y los pensamientos y sentimientos combinados constituyen el carácter moral de la persona. Cuando decidís que como cristianos no se requiere que dominéis los pensamientos y los sentimientos, caéis bajo la influencia de ángeles malos e invitáis su presencia y control. Si cedéis a vuestras impresiones y permitís que vuestros pensamientos se encaucen en dirección de la sospecha, la duda y la lamentación, os contaréis entre los mortales más infelices y vuestras vidas resultarán ser un fracaso. 5TPI 289.3

Querida hermana F, tiene usted una imaginación enfermiza; y deshonra a Dios al permitir que sus sentimientos ejerzan un control completo sobre su razón y juicio. Posee una voluntad porfiada, determinada, la cual hace que la mente reaccione sobre el cuerpo, desequilibrando la circulación y causando congestión en ciertos órganos; y usted está sacrificando la salud en el altar de sus sentimientos. 5TPI 290.1

Usted está cometiendo un error, el cual, si no lo corrige, terminará destruyendo no sólo su propia felicidad. Se está causando un verdadero daño, no solamente a usted misma, sino a todos los miembros de su familia, y especialmente a su madre. Ella es muy nerviosa y sumamente sensible. Si uno de sus hijos sufre, se siente confusa y aturdida. La mente de ella se está desequilibrando por causa de los frecuentes ataques histéricos que obligadamente tiene que presenciar, y una gran infelicidad se posesiona de todos los que a usted la rodean. Y sin embargo, usted es capaz de controlar su imaginación y dominar esos ataques nerviosos. Usted tiene fuerza de voluntad y debe usarla para ayudarse. No lo ha hecho, sino que ha permitido que su imaginación afiebrada controle la razón. En esto ha contristado al Espíritu de Dios. Si no tuviera ningún poder sobre sus sentimientos, esto no sería pecado; pero no viene al caso rendirse de esa manera al enemigo. Es preciso que su voluntad sea santificada y subyugada en lugar de ser colocada en oposición a la de Dios. 5TPI 290.2

Mis queridos amigos, en vez de seguir un comportamiento que evite la enfermedad, estáis más bien acariciándola y cediendo a su poder. Debéis evitar el uso de drogas y obedecer cuidadosamente las leyes de la salud. Si tenéis interés en vuestra vida, debéis comer alimentos sencillos, preparados de la manera más simple posible, y hacer más ejercicio físico. Cada miembro de la familia necesita disfrutar de los beneficios de la reforma pro salud. Pero el endrogamiento debiera ser abandonado para siempre porque, además de no curar ningún mal, debilita el organismo, haciéndolo más susceptible a la enfermedad. 5TPI 290.3

El hombre ha sido colocado en un mundo de tristeza, preocupaciones y perplejidad. Está aquí para ser probado, como lo fueron Adán y Eva, con el fin de que desarrolle un carácter correcto y que de la discordia y la confusión extraiga armonía. Tenemos mucho que hacer que es esencial para nuestra felicidad y la de otros. Y hay mucho que disfrutar. Mediante Cristo somos puestos en conexión con Dios. Sus bondades nos colocan bajo una obligación continua; debido a que no merecemos ninguno de sus favores, hemos de agradecer hasta los más pequeños de ellos. 5TPI 291.1

Por todo lo que tenéis y sois, estimados amigos, estáis endeudados con Dios. El os ha dado facultades que, hasta cierto punto, son semejantes a las que él mismo posee; y debéis esforzaros fervientemente para cultivarlas y no para satisfacer y exaltar el yo, sino para glorificarlo a él. No habéis aprovechado debidamente vuestros privilegios. Debéis educaros a vosotros mismos para llevar responsabilidades. El intelecto debe ser cultivado; si dejáis que se enmohezca por falta de uso, se degenerará. 5TPI 291.2

La tierra es del Señor. Aquí se puede ver que la naturaleza, tanto animada como inanimada, obedece su voluntad. Dios creó al hombre como ser superior; sólo él fue hecho a la imagen de Dios y es capaz de participar de la naturaleza divina, de cooperar con su Creador y llevar a cabo sus planes; y sólo él se encuentra lidiando contra los propósitos de Dios. 5TPI 291.3

¡Cuán maravillosamente y con cuánta belleza ha sido creada la naturaleza! Por doquiera vemos las obras perfectas del gran Artista Maestro. Los cielos cuentan su gloria; y la tierra, que ha sido hecha para el bien del hombre, nos habla de su amor inigualable. Su superficie no es un llano monótono, sino que grandes montañas se levantan para variar el panorama. Hay manantiales cristalinos y valles feraces, hermosos lagos, ríos amplios y el océano inmenso. Dios manda el rocío y la lluvia para refrescar la tierra sedienta. Las brisas que fomentan la salud purificando y refrescando la atmósfera, son controladas por su sabiduría. Ha colocado el sol en el cielo para marcar los períodos del día y la noche, y para alumbrar y calentar la tierra con sus templados rayos, haciendo que brote la vegetación. 5TPI 291.4

Llamo vuestra atención a estas bendiciones que provienen de la dadivosa mano de Dios. Que las frescas glorias de cada nueva mañana despierten en vuestros corazones la alabanza por estas expresiones de amoroso cuidado. Pero si nuestro bondadoso Padre celestial nos ha dado tantas cosas para fomentar nuestra felicidad, también nos ha dado bendiciones inesperadas. El comprende las necesidades del hombre caído; y mientras que nos ha dado provechos por un lado, por otro hay inconveniencias cuyo propósito es estimularnos para usar la capacidad que él nos ha dado. Estas inconveniencias desarrollan en nosotros el esmero, la perseverancia y el valor. 5TPI 292.1

Hay males que el hombre puede aminorar, pero que nunca puede eliminar. Ha de vencer los obstáculos y forjar su ambiente en lugar de ser amoldado por ellos. Tiene lugar suficiente para ejercitar sus talentos y extraer orden y armonía de la confusión. Al hacer esta obra puede disfrutar de la ayuda divina, si la reclama. No se le deja luchar con las tentaciones y pruebas con sus propias fuerzas. Aquel que es poderoso es capaz de ayudar. Jesús dejó las mansiones reales del cielo y sufrió y murió en un mundo degradado por el pecado con el fin de enseñarle al hombre cómo pasar por las luchas de la vida y vencer sus tentaciones. He ahí un ejemplo para nosotros. 5TPI 292.2

Al contar los beneficios que nos ha conferido nuestro Padre celestial, ¿no os sentís reprendidos por vuestras quejas ingratas? 5TPI 292.3

Durante varios años él os prestó una hija y hermana, hasta que comenzasteis a considerarla como vuestra, y sentíais que teníais derecho a este buen obsequio. Dios oyó vuestras murmuraciones. Si había una nube a la vista, parecía que olvidábais que el sol hubiese brillado alguna vez; y os circundaban siempre las nubes y la oscuridad. Dios os envió la aflicción; os quitó el tesoro con el fin de que pudiérais distinguir la diferencia entre la prosperidad y el verdadero pesar. Pero no humillasteis vuestros corazones ante él ni os arrepentisteis del gran pecado de ingratitud que os había separado de su amor. Al igual que Job, pensábais que teníais justa causa para el duelo y no podíais ser consolados. ¿Era esto razonable? Sabéis que la muerte es un poder que ninguno es capaz de resistir; pero habéis inutilizado vuestras vidas a causa de vuestra inútil aflicción. Vuestro sentimiento ha sido poco menos que una rebelión contra Dios. Os vi a todos concentrados en vuestro duelo, y dando lugar a vuestros sentimientos excitables hasta que vuestras ruidosas demostraciones de pesar hicieron que los ángeles encubrieran sus rostros y se apartaran de la escena. 5TPI 292.4

Al ceder de esta manera a vuestros sentimientos, ¿recordabais que teníais un Padre en los cielos que dio a su Hijo unigénito para que muriera por nosotros con el fin de que la muerte no fuese un sueño eterno? ¿Recordabais que el Señor de la vida y de la gloria bajó a la tumba y la iluminó con su propia presencia? Dijo el discípulo amado: “Oí una voz procedente del cielo, que me decía: Escribe: Bienaventurados los muertos que mueren en el Señor de aquí en adelante. Sí, dice el Espíritu, mueren para descansar de sus trabajos, porque sus obras siguen con ellos”. Apocalipsis 14:13. El apóstol sabía muy bien lo que decía cuando escribió estas palabras; pero cuando vosotros dais lugar al pesar descontrolado, ¿corresponde vuestra conducta con el consuelo que ellas expresan? 5TPI 293.1

El Señor es benigno, misericordioso y fiel. Ha permitido que el miembro más inocente y mejor preparado del grupo familiar descansase durante los peligros de los últimos días. ¡Oh!, no impidáis que en vuestras almas penetren el canto y la alegría, afligiéndoos como si no fuera a haber una resurrección de los muertos; antes, alabad al Señor porque para esa persona ya no hay más muerte, ni pruebas, ni dolor. Ella descansa en Jesús hasta que el Dador de la vida llame y despierte a sus santos que duermen para otorgarles la gloriosa inmortalidad. 5TPI 293.2

F tiene una obra que hacer, por la gracia de Dios, para dominar sus sentimientos. Ella sabe que no está en el cielo sino en un mundo donde reina la muerte y donde nuestros seres queridos nos pueden ser arrebatados en cualquier momento. Ella debe sentir que la gran preocupación de la vida es prepararse para un mundo mejor. Si ella se ha asido bien de la vida eterna, esto no la descalificará para vivir en este mundo y llevar noblemente las cargas de la vida, pero la ayudará a cumplir sus deberes abnegados y altruistas. 5TPI 293.3

Como familia, habéis expresado tinieblas y quejas hasta que habéis sido transformados en esa misma imagen. Parece que incitáis las simpatías el uno del otro y suscitáis la excitabilidad nerviosa al punto que pasáis un tiempo lóbrego, triste y funesto entre vosotros. Habéis llevado a cabo velorios, pero éstos no atraen a los ángeles que os rodean. Si no cambiáis vuestro proceder, Dios se allegará un poco más de cerca trayendo juicio sobre vosotros. ¿Acaso no es tiempo para que celebréis servicios de gratitud en vuestro hogar y contéis con alegría las bendiciones que habéis recibido? 5TPI 294.1

El poder de la verdad debería ser suficiente para sostenernos y consolarnos en toda adversidad. La religión de Cristo revela su verdadero valor al capacitar para el triunfo al que la posee. Coloca los apetitos, las pasiones y las emociones bajo el dominio de la razón y la conciencia y disciplina los pensamientos a fin de que sigan un curso sano. De esta manera la lengua no queda libre para deshonrar a Dios mediante expresiones pecaminosas de descontento. 5TPI 294.2

Razonablemente, nuestro Creador reclama el derecho de hacer como le plazca con las criaturas que tiene en mano. El tiene derecho a gobernar como él quiera, y no como lo escoja el hombre. Pero él no es un juez severo, un cobrador duro y exigente. El es la fuente misma del amor, el dador de innumerables bendiciones. Os debiera ocasionar el más profundo dolor el haber descuidado un amor tal y no haber permitido que brotara en vuestros corazones la gratitud y la alabanza por la maravillosa bondad de Dios. No merecemos ninguno de sus beneficios; sin embargo, los recibimos continuamente a pesar de nuestra indignidad y cruel ingratitud. Entonces, dejad de quejaros como si fueseis esclavos bajo el mando de un capataz riguroso. Jesús es bueno. Alabadle. Alabad a Aquel que es la salud de vuestro rostro y vuestro Dios. 5TPI 294.3

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