Testimonios Acerca de Conducta Sexual, Adulterio y Divorcio

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Capítulo 38—Consejos a dirigentes y obreros evangélicos e institucionales

Conducta de los dirigentes de “Misión ciudadana”.*—Las misiones son esenciales como fundamento de los esfuerzos misioneros en nuestras ciudades; pero a menos que los que están al frente de esas misiones hagan un gran esfuerzo para guardar cada puesto, de manera que Satanás no los controle, se sufrirán grandes pérdidas... TCS 272.1

Conectadas con las misiones debería haber personas casadas que se conduzcan con estricto decoro. Pero el daño no afectaría únicamente a los jóvenes, sino también a los casados: los obreros deberían levantar barreras de modestia y virtud en torno de ellos, para que las mujeres no traten de seducirlos, ni ellos a las mujeres; que se comporten con estricta corrección y se abstengan aun de la apariencia de mal. TCS 272.2

Prevalece el sentimentalismo del amor enfermizo. Hombres casados reciben atenciones de mujeres casadas o solteras. Algunas de éstas parecen hechizadas, y pierden la razón, el discernimiento espiritual y el sentido común; hacen justamente lo que la Palabra de Dios condena... Delante de ellos están, en líneas claras, las advertencias y amonestaciones, pero se aventuran a ir por las mismas sendas que otros han transitado antes que ellos. Es como si jugaran un juego infatuado. Satanás los conduce a la ruina, para que pongan en peligro la causa de Dios, crucifiquen de nuevo a su Hijo y lo expongan a la vergüenza pública. TCS 272.3

No hay seguridad para nadie, joven o anciano, a menos que sientan la necesidad de buscar el consejo de Dios a cada paso. Solamente los que mantengan una íntima comunión con Dios podrán aprender a estimar a otros con la estima de Dios y reverenciar a los puros, los buenos, los humildes, los mansos. El corazón debe estar guarnecido como lo estaba el de José. Entonces, la tentación a apartarse de la integridad será confrontada con decisión. “¿Cómo, pues, haría yo este grande mal y pecaría contra Dios?” La tentación más fuerte no es excusa para el pecado. No importa cuán severa pueda ser la presión ejercida sobre Ud., el pecado es un acto exclusivamente suyo. El asiento de la dificultad es el corazón no renovado. TCS 273.1

La peor clase de traidor—Un hombre que afirme haber creído la verdad presente por años, y sea considerado por sus hermanos como digno de ocupar posiciones de confianza en las misiones o en las instituciones, puede tornarse descuidado cuando un cambio de circunstancias lo coloca en el terreno de la tentación, Con el tiempo, él mismo puede llegar a tentar a los demás. Su caso es realmente triste porque revela las operaciones de un corazón corrupto y una necesidad de los principios que todos los cristianos deberían poseer. TCS 273.2

Cuando alguien a quien se le han confiado grandes responsabilidades traiciona su sagrado cometido y se entrega en las manos de Satanás como un instrumento de iniquidad para sembrar la semilla del mal, corrompiendo así las mentes de los demás, se constituye en un traidor de la peor clase. De una mente tal, manchada y corrompida, a menudo reciben los jóvenes los primeros pensamientos impuros que conducen a una vida vergonzosa y contaminada. TCS 273.3

Obreros sin principios firmes—Si los hombres colocados al frente de una misión, a pesar de haber recibido claras instrucciones carecen de una firmeza de principios tal que los preserve de cualquier vestigio de vulgaridad o familiaridad inapropiada con las mujeres, tendrán que ser separados de sus cargos sin posibilidad de una segunda oportunidad. Hay una depravación del alma que conduce a esas prácticas y hábitos descuidados que pueden preponderar sobre todo lo bueno que puedan hacer tales personas. Estamos viviendo en una era de degradación moral; el mundo ha llegado a ser una segunda Sodoma. Los que aguardan la venida del Hijo del Hombre y que saben que estamos en las puertas mismas del mundo eterno, deben dar un ejemplo que guarde armonía con su fe. Los que no mantengan la pureza y la santidad no serán aceptados por Dios. El verdadero hijo de Dios tiene principios profundamente enraizados que no podrán ser movidos por la tentación, porque Cristo habita en él por la fe. TCS 273.4

No tiene sentido una segunda oportunidad—Una segunda oportunidad no será provechosa para aquellos cuyo sentido moral esté tan pervertido que no puedan ya ver el peligro en el cual están. Si luego de haber sostenido la verdad por tanto tiempo, si su poder santificador no ha establecido sus caracteres en la piedad, la virtud, la pureza, entonces que sean desconectados de las misiones sin demora, pues mediante ellos Satanás continuará insinuando los mismos pensamientos laxos a las mentes de quienes deberían ser un ejemplo de virtud y dignidad moral. Cualquier cosa que se parezca a sentimentalismo enfermizo, cualquier imitación de vulgaridad, debe ser reprendida decididamente.—The General Conference Bulletin, 162, 1893. TCS 274.1

No hay tiempo para impulsos corruptos—Nuestro tiempo de prueba se acorta según las más favorables condiciones o interpretaciones. No tenemos tiempo para gastar en la indulgencia de impulsos corruptos. La familiaridad de hombres casados con mujeres casadas y jóvenes es ofensiva a la vista de Dios y los ángeles santos. El descaro de las mujeres que buscan la compañía de varones, rondando en torno al lugar donde ellos trabajan, buscándoles conversación, hablando de cosas vulgares, ociosas, rebajan su femineidad y su estima aun ante quienes ellas desean tentar. TCS 274.2

Se necesita una verdadera reforma en nuestras instituciones. Cualquier tipo de frivolidad y de atención indebida entre hombres y mujeres debe ser condenada y discontinuada. Hay quienes, aun casados, se han permitido familiaridades frívolas, y se han empeñado en excusarse y escapar de la censura afirmando que no han cometido error moral alguno. ¿Acaso no es error moral bromear, hacer chistes y galantear lisonjeramente a las jóvenes? ¿No ha dado comienzo, así, una sucesión de pensamientos en sus mentes que les resulta imposible cambiar? Por su liviandad y coquetería, ¿no sancionan tal conducta? TCS 275.1

Uds. que están en posiciones de confianza, y afirman que son cristianos, ¿no favorecen la familiaridad que conduce al pecado? ¿Qué tipo de registro guarda el divino Vigilante en los libros del cielo? ¿No se produjo agravio moral en las almas de aquellos con quienes han usado tanta familiaridad? Sí, se produjo. Las impresiones dejadas perdurarán. Esas señoritas están confirmadas en la coquetería y el flirteo. Cada gratificación tiende a tornarlas osadas y temerarias. Se tornan más y más infatuadas en la compañía de hombres y mujeres que hacen bromas y son frívolos, cuya conversación es todo menos santa, pura y ennoblecedora. TCS 275.2

Definición de “error moral”—“No hubo error moral”. Esta ha sido la excusa presentada por todos los que fueron reprobados por una conducta similar. ¿Qué cosa es error moral? ¿Es que el sentido espiritual de Uds. ha llegado a cegarse a tal punto que no pueden discernir la verdad? ¿No saben que la vid no produce espinos, ni de la zarza se vendimian uvas? Si la verdad es introducida en el santuario íntimo del alma, creará un gusto moral puro. Entonces todas esas prácticas desmoralizadoras y objetables serán vistas como una categórica negación de Cristo, un pecado que contamina el alma... Todas esas frivolidades, bromas, chistes y lisonjas expresados a las jóvenes o a las mujeres de más edad, a hombres jóvenes o mayores, son como zarzamora silvestre producida por una zarza espinosa, pues el árbol es conocido por sus frutos. TCS 275.3

Que los que profesan la religión de Cristo no desciendan a conversaciones frívolas ni familiaridades impropias con mujeres de ninguna clase, casadas o solteras. Deben mantener su lugar con toda dignidad. Al mismo tiempo deben ser sociables, bondadosos y corteses con todos. TCS 276.1

Las señoritas deberían ser reservadas y modestas. Cuando salen, si no están enfermas, no necesitan sostenerse del brazo de hombre alguno. No deberían dar ocasión para que se hable mal de lo bueno que hay en ellas. TCS 276.2

Cada institución médica es un campo misionero—Hay que elegir hombres que estén al frente de nuestras instituciones que no sólo sean buenos, de sano juicio, sino que posean un alto tono moral, circunspectos en su comportamiento, puros en su lenguaje, que recuerden siempre su vocación elevada y santa y que hay un Vigilante, un verdadero testigo de toda palabra y todo acto. Si los hombres de nuestras instituciones exhiben un bajo nivel de pensamiento, si su conversación tiende a corromper antes que a elevar, deben ser alejados de una vez de la institución, pues seguramente desmoralizarán a otros. Debe mantenerse el bienestar de la institución. Debemos recordar siempre que nuestras instituciones médicas son un campo misionero. El ojo de Dios está sobre ellas día y noche. Nadie debe permitirse siquiera la apariencia de mal.—Special Testimonies, Serie B, 16:6, 7. TCS 276.3