Obreros Evangélicos

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Consejos a un evangelista

Estimado Hermano: OE 172.1

... Tengo este mensaje del Señor para Vd.: Sea bondadoso en sus palabras, amable en sus acciones. Vigílese con cuidado, porque está inclinado a ser severo y autoritario, y a hablar con dureza. El Señor le habla diciendo: Velad y orad para que no caigáis en tentación. Las expresiones duras entristecen al Señor; las palabras imprudentes hacen daño. Se me ha encargado que le diga: Sea amable al hablar; cuide sus palabras; no deje entrar la dureza en sus expresiones ni en sus ademanes. Ponga en todo lo que haga o diga la fragancia de un carácter semejante al de Cristo. No deje que algunos rasgos naturales de carácter echen a perder su obra. Vd. ha de ayudar a fortalecer a los tentados. No deje aparecer el yo en palabras duras. Cristo dió su vida por la grey, y por todos aquellos por quienes Vd. trabaja. No permita que ninguna palabra suya haga que las almas se desvíen en la mala dirección. El carácter del ministro de Cristo debe revelar semejanza con el de Cristo. OE 172.2

Las expresiones duras e intolerantes no armonizan con la obra que Cristo confió a sus ministros. Cuando su experiencia diaria sea la de uno que mira a Jesús y aprende de él, Vd. revelará un carácter sano y armonioso. Suavice sus manifestaciones, y no pronuncie palabras de condenación. Aprenda del gran Maestro. Las palabras de bondad y simpatía serán benéficas como una medicina. Y sanarán las almas desesperadas. El conocimiento de la Palabra de Dios puesto en práctica en la vida tendrá un poder sanador y suavizador. La dureza de palabras no reportará nunca bendición ni a Vd. ni a ninguna otra alma. OE 172.3

Hermano mío, Vd. ha d e ser un exponente de la mansedumbre, paciencia y bondad de Cristo. En sus discursos ante el público, sean sus manifestaciones semejantes a las de Cristo. “La sabiduría que es de lo alto, primeramente es pura, después pacífica, modesta, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos.”1 Vele y ore, y refrene la dureza que a veces se revela en Vd. Al morar Cristo en Vd., por la gracia, sus palabras serán santificadas. Si sus hermanos no obran como le parece que debieran hacerlo, no los reprenda con rudeza. El Señor ha sido agraviado a veces por sus expresiones severas. OE 173.1

Su voluntad ha de entregarse a la voluntad del Señor. Vd. necesita la ayuda del Señor Jesús. Salgan de sus labios únicamente palabras limpias, puras y santificadas; porque como ministro del Evangelio, su espíritu y ejemplo serán imitados por otros. Sea bueno y tierno para con los niños en toda ocasión.... OE 173.2

Vd. puede alcanzar el ideal de Dios si resuelve dejar de entretejer el yo con su obra. El convencimiento de que está luchando en espíritu y en obras para ser semejante a Cristo, le dará fuerza, consuelo y valor. Es privilegio suyo llegar a ser manso y humilde de corazón; entonces los ángeles de Dios cooperarán con Vd. en sus esfuerzos de reavivamiento. Cristo murió para que su vida pudiese ser vivida en Vd., y en todos los que lo toman como ejemplo. Con la fuerza que le da su Redentor, puede Vd. tener su carácter y trabajar con sabiduría y poder para enderezar las sendas torcidas. OE 173.3