Notas biográficas de Elena G. de White

195/288

Estableciendo la fe en la verdad bíblica

“Asistí al campamento realizado en Waterville, Maine, del 6 al 11 de septiembre. Aquí, en mi Estado natal, me encontré con hermanos y hermanas queridos, cuyo interés ha estado identificado con la causa y la obra de la verdad presente durante años... Tuvimos oportunidades preciosas en este congreso. Se presentaron muchos testimonios gozosos; pero no se realizó la obra completa que deseábamos grandemente haber realizado... Hay una clase de fe que da por sentado que tenemos la verdad; pero la fe que acepta plenamente lo que Dios ha dicho, la fe que obra por amor y purifica el corazón, se da muy raramente. NBEW 305.2

“Dios ha revelado verdades salvadoras en su Palabra. Como pueblo debemos ser estudiantes fervorosos de la profecía; no debemos descansar hasta que entendamos bien el tema del santuario, que les fue presentado en visiones a Daniel y a Juan. Este tema arroja gran luz sobre nuestra posición y nuestra obra actual y nos presenta una prueba inequívoca de que Dios nos ha guiado en nuestra pasada experiencia. Explica nuestro chasco de 1844, mostrándonos que el santuario que había de ser limpiado no era la tierra, como habíamos supuesto, sino que Cristo entonces entró en el lugar santísimo del santuario celestial, y está allí realizando la obra final de su oficio sacerdotal, en cumplimiento de las palabras que el ángel le dirigió al profeta Daniel: ‘Hasta dos mil trescientas tardes y mañanas; luego el santuario será purificado’ Daniel 8:14. NBEW 305.3

“Nuestra fe con referencia al mensaje del primero, el segundo y el tercer ángel era correcta. Los grandes postes señaladores que hemos pasado son inconmovibles. Aunque las huestes del infierno quieran derribarlos de su fundamento, y triunfar con el pensamiento de que han tenido éxito, no lo lograrán. Estos pilares de la verdad se mantienen tan inconmovibles como las colinas eternas, y no pueden ser movidos ni por todos los esfuerzos de los hombres combinados con los de Satanás y su hueste. Podemos aprender mucho y debemos estar constantemente investigando las Escrituras para ver si estas cosas son así. El pueblo de Dios debe tener ahora sus ojos fijos en el santuario celestial, donde se está realizando la ministración final de nuestro gran Sumo Sacerdote en la obra del juicio: donde él está intercediendo por su pueblo”.5 NBEW 306.1