Notas biográficas de Elena G. de White

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Las ovejas perdidas

El Señor está enviando a los errantes, a los débiles y temblorosos, y aun a aquellos que han apostatado de la verdad, un llamado especial a regresar plenamente al redil. Pero muchos no han aprendido que ellos tienen un deber especial de ir y buscar a estas ovejas perdidas. NBEW 206.2

Los fariseos murmuraron porque Jesús recibía a los publicanos y a los pecadores comunes, y comía con ellos. En su justicia despreciaban a estos pobres pecadores que con gozo oían las palabras de Jesús. Para reprender este espíritu en los escribas y fariseos, y para dejar una lección impresionante para todos, el Señor relató la parábola de la oveja perdida. Notad en particular los siguientes puntos: NBEW 207.1

Se dejan las noventa y nueve ovejas en el redil y se busca diligentemente a la única que se ha perdido. Todo el esfuerzo se realiza por la oveja desafortunada. Así también el esfuerzo de la iglesia debe dirigirse en favor de los miembros que se desvían del redil de Cristo. ¿Y se han apartado ellos muy lejos? No esperéis que regresen antes de que tratéis de ayudarlos, sino id en busca de ellos. NBEW 207.2

Cuando se encuentra a la oveja perdida se la trae de vuelta con regocijo, y esto produce mucha alegría. Esto ilustra la bendita y gozosa tarea de trabajar por los errantes. La iglesia que se ocupa con éxito en esta obra, es una iglesia feliz. El hombre o la mujer cuya alma es impulsada por la compasión o el amor por los errantes y que trabaja para traerlos al redil del gran Pastor, se halla empeñada en una tarea bendita. Y, ¡oh! ¡qué pensamiento arrobador el que, cuando un pecador es así reconquistado, hay más gozo en el cielo por él que por noventa y nueve justos! Las almas egoístas, exclusivistas, exigentes, que parecen temer ayudar a los que están en el error como si esto los contaminara, no disfrutan la dulzura del trabajo misionero; no sienten la bendición que llena todo el cielo de regocijo por el rescate de uno que se ha extraviado. NBEW 207.3

La iglesia o las personas que rehúyen llevar cargas por otros, que se encierran en sí mismas, pronto sufrirán una debilidad espiritual. Es el trabajo lo que mantiene fuerte a un hombre. La labor misionera, el esfuerzo y llevar cargas y preocupaciones, es lo que fortalece a la iglesia de Cristo. NBEW 207.4