Notas biográficas de Elena G. de White

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Cuidando de los enfermos

Regresamos a casa de esta gira antes que se desencadenara una gran lluvia que venía acompañada de nieve. Esta tormenta impidió la reunión del próximo sábado, y de inmediato yo comencé a preparar el contenido de Testimony N.o 14 (Testimonio N.o 14). También tuvimos el privilegio de cuidar a nuestro querido Hno. Séneca King, a quien trajimos a nuestro hogar con una terrible herida en la cabeza y en el rostro. Lo trajimos a casa para que muriera, porque no pensábamos que era posible que una persona con el cráneo tan terriblemente fracturado se recuperara. Pero con la bendición de Dios y con un poco de uso de agua, con una dieta escasa hasta que hubiera pasado el peligro de fiebre, y piezas bien ventiladas de día y de noche, en tres semanas pudo regresar a su hogar y atender sus asuntos en la granja. No tomó ni una pizca de medicina desde el comienzo hasta el fin de su proceso. Aunque había perdido considerable peso por la pérdida de sangre de sus heridas y por la dieta reducida, cuando pudo tomar una cantidad más abundante de alimento se fortaleció rápidamente. NBEW 204.4