Mensajes Selectos Tomo 3

25/224

Capítulo 11—La recepción de los mensajes

Mensajes de ánimo, amonestación y reproche—Durante medio siglo he sido la mensajera del Señor, y todo el tiempo que dure mi vida continuaré llevando el mensaje que Dios me dé para su pueblo. No me atribuyo ninguna gloria a mí misma. El Señor me hizo su mensajera desde mi juventud, para comunicar a su pueblo testimonios de ánimo, advertencia y reproche. Durante sesenta años he estado en comunicación con los mensajeros celestiales, y he aprendido constantemente en cuanto a las cosas divinas y a la forma en que Dios está obrando de continuo para traer las almas del error de sus caminos a la luz divina.—Carta 86, 1906. 3MS 86.1

Algunos reciben, y otros rechazan—Tengo una obra que hacer por los que serán ayudados, aun cuando la luz dada no armonice con sus ideas. Ellos reconocerán la luz de Dios, porque tienen los frutos de la obra que al Señor le ha placido hacer por medio de su humilde instrumento en los últimos 45 años. Reconocen esta obra como de Dios, y por lo tanto sienten deseos de ser corregidos en sus ideas y de cambiar su conducta. 3MS 86.2

Pero los que mantengan y retengan sus propias ideas, y por esto son corregidos, concluirán que la Hna. White es influida para que adopte un determinado curso de acción que no está en armonía con sus ideas... no podrán ser beneficiados. No considero que tales amigos sean de algún valor en un momento difícil, especialmente en una crisis. Ahora tenéis mi posición. No deseo hacer la obra de Dios de una manera descuidada. Deseo saber qué es el deber y moverme en armonía con el Espíritu de Dios.—Carta 3, 1899. 3MS 86.3

La carta de Elena de White es un mensaje de Dios—Ud. pregunta si el Señor me trasmitió esa carta para que yo se la diera. Sí, respondo. El Santo Dios de Israel no aprobará sus pecados. Este mensaje fue dado por Dios. Si Ud. hubiera tenido, desde que el mensaje le fue dado, un nuevo sentido de lo que constituye el pecado; si se hubiera convertido realmente en un hijo de Dios en lugar de ser un transgresor de su ley, nadie se sentiría tan complacida como yo.—Carta 95, 1893. 3MS 87.1

La veracidad de los testimonios reconocida públicamente—Le hablé al pueblo [en Bloomfield, California] por la mañana en cuanto a la necesidad de quitar los defectos de carácter, a fin de que pudieran estar irreprensibles delante del Hijo de Dios cuando él aparezca. Se manifestó un profundo sentimiento en la reunión. Me dirigí a varios personalmente, señalando los errores que me fueron mostrados en sus respectivos casos. Todos respondieron, y muchos, con lágrimas, confesaron sus pecados y la veracidad del testimonio.—Carta 7, 1873. 3MS 87.2

Interpretación hecha a la luz de una posición preconcebida—Hay muchos que interpretan lo que yo escribo a la luz de sus opiniones preconcebidas. Sabéis lo que esto significa. El resultado seguro será una división en cuanto a la comprensión del mensaje y diversas opiniones. 3MS 87.3

Cómo escribir de tal manera que sea entendido por aquellos a quienes me dirijo en asuntos importantes, es un problema que no puedo resolver. Pero trataré de escribir mucho menos. Debido a la influencia de una mente sobre otra, los que entienden mal pueden inducir a los demás a entender mal por la interpretación que les dan a los temas que escribo. Uno los entiende de la manera que él cree que deben ser, de acuerdo con sus ideas; otro da su propia interpretación sobre el asunto presentado, y el resultado seguro es la confusión.—Carta 96, 1899. 3MS 87.4

Aceptación parcial—Durante muchos meses, con la excepción de unas pocas noches, no he podido dormir después de la una de la mañana. Me hallo en conversación con Ud. y con otros, rogándoles como una madre rogaría a su hijo... 3MS 88.1

Sin duda está sorprendido, como yo esperaba que esté, de que le escriba de una manera tan sencilla y decidida. Pero esto es lo que debo hacer, porque he sido constituida como mayordomo de la gracia de Cristo y debo hacer esta diligencia para el Señor. Ud. puede sentirse bien satisfecho consigo mismo. Puede negar las presentaciones que me fueron dadas de su caso. Algunos están haciendo esto hoy... 3MS 88.2

Esta es la razón por la cual algunos hombres y mujeres no siempre ven sus errores y defectos, aun cuando les son señalados. Dicen que creen en los testimonios que reciben, hasta que se les da el mensaje de que deben cambiar sus planes y sus métodos, que la tarea de edificar su carácter debe ser hecha en forma completamente diferente, o de otra manera las tormentas y las tempestades los barrerán derribándolos de sus fundamentos. Entonces el enemigo los tienta a justificarse a sí mismos. 3MS 88.3

Después de leer este mensaje Ud. se sentirá tentado a decir: “Esto no es así. Yo no soy como se me presenta aquí. Alguien ha llenado la mente de la Hna. White de una cantidad de basura acerca de mí”. Pero le digo en el nombre del Señor que las palabras de este escrito son de Dios. Si decide poner a un lado el asunto de esta manera, muestra la medida de su fe en la obra que el Señor le ha dado a su sierva para Ud.—Carta 13, 1902. 3MS 88.4

Las porciones que condenan complacencias favoritas—Hay algunos falsos creyentes que aceptan ciertas porciones de los testimonios como mensajes de Dios, en tanto que rechazan las porciones que condenan sus complacencias favoritas. Tales personas están trabajando contra su propio bienestar y el de la iglesia. Es esencial que andemos en la luz mientras tenemos luz.—Manuscrito 71, 1908. 3MS 89.1

Algunos toman livianamente los mensajes—Frecuentemente no me anticipo a decir las cosas que digo cuando estoy hablando delante de la gente. Dios me puede dar palabras de reprobación, de advertencia, de ánimo, como él lo juzga conveniente para el beneficio de las almas. Hablaré esas palabras, y ellas pueden afectar profundamente la vida de mis hermanos, a quienes amo sinceramente y respeto en la verdad. 3MS 89.2

Supongo que estas palabras sean distorsionadas y mal entendidas por los no creyentes, y esto no me sorprende. Pero que mis propios hermanos, quienes están al tanto de mi misión y mi trabajo, tomen livianamente el mensaje que Dios me da para presentar, ofende su Espíritu. 3MS 89.3

Es desconcertante para mí que ellos tomen ciertas porciones de los testimonios que les agradan y que consideran que justifican su propia conducta, y den la impresión de que esa porción la aceptan como la voz de Dios, y, en cambio, cuando otros testimonios vienen para reprochar su conducta, cuando se hablan palabras que no coinciden con sus opiniones y con su juicio, deshonran la obra de Dios diciendo: “Oh, esto no lo aceptamos; es solamente la opinión de la Hna. White, y no es mejor que mi propia opinión o la de cualquier otro”.—Carta 3, 1889. 3MS 89.4

Esperan encontrar palabras en las cuales basar la interpretación humana—Estoy consciente del hecho de que yo soy un ser mortal y que debo vigilar mis facultades físicas, mentales y morales. El cambio constante de un lugar a otro que los viajes hacen necesario, y la realización de trabajos públicos en los lugares donde voy, han sido demasiados para mí, además de los escritos que he estado preparando día y noche a medida que el Señor ha usado mi mente por medio de su Espíritu Santo. 3MS 89.5

Y cuando me encuentro con evidencias de que esas comunicaciones serán tratadas por algunos de acuerdo con el juicio humano de quienes las reciben; cuando me doy cuenta de que algunos están tratando agudamente de encontrar algunas palabras trazadas por mi pluma, y en las cuales puedan basar sus interpretaciones humanas a fin de sostener su posición y justificar una conducta equivocada, y pienso en estas cosas, no me resulta muy animador continuar escribiendo. 3MS 90.1

Algunas de las personas que son reprobadas luchan por hacer que toda palabra defienda sus propias declaraciones. ¡La tarea de tergiversar, disimular, interpretar mal y aplicar erróneamente la Palabra, es maravillosa! Algunas personas se asocian para hacer esta obra. Aquello en lo cual uno no piensa, otra mente lo suple.—Carta 172, 1906. 3MS 90.2

Torciendo las Escrituras y los testimonios—Las lecciones de Cristo eran a menudo mal entendidas, no porque él no las hiciera claras, sino porque las mentes de los judíos—así como las de muchos que pretenden creer en este tiempo—estaban llenas de prejuicios. Como Cristo no tomó partido con los escribas y los fariseos, ellos lo odiaban; se oponían a él, y trataban de contrarrestar sus esfuerzos y de anular sus palabras. 3MS 90.3

¿Por qué los hombres no veían y vivían la verdad? Muchos estudian las Escrituras con el propósito de demostrar que sus propias ideas son correctas. Cambian el significado de la Palabra de Dios para acomodarlo a sus propias opiniones. Y así hacen lo mismo con los testimonios que él envía. Citan media frase, dejando afuera la otra mitad que, si se citara, mostraría que su razonamiento es falso. Dios tiene una polémica con los que tergiversan las Escrituras, haciéndolas conformar con sus ideas preconcebidas.—Manuscrito 22, 1890. 3MS 90.4

Palabras tergiversadas y mal entendidas—Me parece imposible que yo pueda ser entendida por los que tienen la luz pero no han andado en ella. Lo que yo diga en una conversación privada suele ser repetido de tal manera que signifique exactamente lo opuesto a aquello que los oyentes hubieran entendido si tuvieran una mente y un espíritu santificados. Tengo miedo de hablar aun a mis amigos, porque luego oigo decir: “La Hna. White dijo esto” o “La Hna. White dijo aquello”. 3MS 91.1

Mis palabras se tuercen tanto y se entienden tan mal, que estoy llegando a la conclusión de que el Señor quiere que yo me mantenga al margen de las grandes asambleas y rechace entrevistas privadas. Lo que digo es repetido en una forma tan pervertida que resulta nuevo y extraño para mí. Se mezcla con palabras habladas por hombres que sostienen sus propias teorías.—Carta 139, 1900. 3MS 91.2

Desde el principio una voz entre nosotros—Le pido que tome su posición del lado del Señor y haga su parte como un súbdito leal del reino. Reconozca el don que fue colocado en la iglesia para la dirección del pueblo de Dios en los días finales de la historia terrenal. Desde el principio la iglesia de Dios ha tenido el don de profecía en su medio como una voz viva para aconsejar, amonestar e instruir. 3MS 91.3

Hemos llegado ahora a los últimos días de la obra del mensaje del tercer ángel, cuando Satanás actuará con creciente poder, porque él sabe que su tiempo es corto. Al mismo tiempo recibiremos por medio de los dones del Espíritu Santo diversidad de operaciones en el derramamiento del Espíritu. Este es el tiempo de la lluvia tardía.—Carta 230, 1908. 3MS 91.4

La barrera protectora destruida—El enemigo ha hecho esfuerzos magistrales para perturbar la fe de nuestro pueblo en los testimonios, y cuando estos errores lleguen tratarán de probar todas las posiciones por medio de la Biblia, pero ellos interpretan mal las Escrituras. Hacen aseveraciones atrevidas como las hizo el pastor Canright, y aplican mal las profecías y las Escrituras para probar falsedades. Y, después que los hombres han hecho su obra para debilitar la confianza de nuestra iglesia en los testimonios, destruyen la barrera para que la incredulidad con respecto a la verdad se extienda ampliamente; y ninguna voz se eleva para detener la fuerza del error. 3MS 92.1

Esto es precisamente lo que Satanás se propuso que ocurriera, y los que han estado preparando el camino para que la gente no prestara atención a las advertencias y los reproches de los testimonios del Espíritu de Dios, verán que una ola de errores de toda clase aparecerán. Pretenderán que usan las Escrituras como evidencia, pero los engaños de Satanás prevalecerán en toda forma.—Carta 109, 1890. 3MS 92.2

Seguros frente a los engaños seductores de Satanás—Los hombres pueden valerse de un medio tras otro, y el enemigo tratará de seducir a las almas para apartarlas de la verdad, pero todos los que crean que el Señor ha hablado por medio de la Hna. White y le ha dado un mensaje, estarán seguros frente a los muchos engaños que vendrán en estos últimos días.—Carta 50, 1906. 3MS 92.3

No es a mí a quien se traiciona, sino al Señor—He tratado de cumplir con mi deber con Ud. y con el Señor Jesús, a quien sirvo y cuya causa amo. Los testimonios que le he presentado en verdad me han sido dados por el Señor. Lamento que Ud. haya rechazado la luz dada... 3MS 92.4

¿Está Ud. traicionando a su Señor porque él en su gran misericordia me ha mostrado precisamente dónde está Ud. parado espiritualmente? El conoce cada propósito del corazón. Nada está escondido de él. No es a mí a quien Ud. está traicionando. No es contra mí contra quien Ud. está tan enojado: es contra el Señor, quien me ha dado un mensaje para amonestarlo a Ud.—Carta 66, 1897. 3MS 93.1

Abandonando la fe en los testimonios—Una cosa es cierta: los adventistas del séptimo día que adoptan su posición bajo la bandera de Satanás, primero abandonarán su fe en las advertencias y reproches contenidos en los testimonios del Espíritu de Dios. 3MS 93.2

Se hace un llamado a una gran consagración y a un servicio más santo, y esto continuará haciéndose.—Carta 156, 1903. 3MS 93.3