Mensajes Selectos Tomo 3

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Declárelo Dios y no los hombres

Deseo decir a todo aquel a quien le ha sido revelada la gloria de Dios: “Ud. nunca tendrá la menor inclinación a decir: ‘Yo soy santo; estoy santificado’”. 3MS 404.3

Después de haber tenido mi primera visión de gloria, no podía discernir ni siquiera la luz más brillante. Se creía que había perdido la vista, pero cuando de nuevo me acostumbré a las cosas de este mundo, pude volver a ver. Esta es la razón por la cual os digo que nunca os jactéis, diciendo: “Yo soy santo; estoy santificado”, porque ésa es la evidencia más segura de que no conocéis las Escrituras ni el poder de Dios. Permitid que Dios lo escriba en sus libros, si él quiere; pero vosotros nunca debéis expresarlo. 3MS 404.4

Nunca me he atrevido a decir: “Yo soy santa; estoy sin pecado”, pero todo lo que he creído que era la voluntad de Dios he tratado de hacer con todo mi corazón, y tengo la dulce paz de Dios en mi ser. Puedo encomendar el cuidado de mi alma a Dios como a un Creador fiel, y saber que él guardará lo que ha sido confiado a su cuidado. Mi comida y mi bebida es hacer la voluntad de mi Maestro.—Manuscrito 6a, 1886. 3MS 405.1