Mensajes Selectos Tomo 3

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Consejo a una hermana desalentada

En mi experiencia cristiana he pasado por el terreno que ahora Ud. está recorriendo. Parecía que estaba atada con cadenas de desesperación. Cuando era apenas una joven de doce años de edad, durante meses me sentí completamente desvalida. Pero el Señor no me permitió que permaneciera en esa condición. Me trajo por su propia misericordia y gracia y me llevó a la luz. El la ayudará. 3MS 371.1

Aparte la vista de Ud. misma. No puede salvarse con ninguna obra buena que pueda realizar. El Señor Jesús no ha determinado que Ud. lleve el pecado. El no ha podido encontrar a ningún ser humano ni angelical para que cargue el pecado. Cristo dice: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar”. ¿Cree Ud. en las palabras de Cristo? El le pide: “Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga”. Mateo 11:29-30. 3MS 371.2

Piense en el Salvador. Ponga sus pecados, tanto los de omisión como los de comisión, sobre Aquel que lleva las iniquidades. Ud. sabe que ama al Señor; entonces no acongoje su vida porque Satanás la está molestando con sus falsedades. Crea que Jesús perdona y perdonará su transgresión. El llevó los pecados de todo el mundo. A él le agrada que el alma débil y afligida vaya y descanse en él. Busque a Dios con fe sencilla y diga: “Creo [Señor]; ayuda mi incredulidad”. Marcos 9:24. 3MS 371.3

Los ángeles sirven a las almas que confían—El Señor no está listo para rechazar a sus hijos errantes. El tiene larga paciencia con ellos. Sus ángeles sirven a cada alma creyente que confía en él. Ahora, cuando Ud. lee estas palabras, crea que el Señor la acepta tal como es, errante y pecadora. El sabe que Ud. no puede borrar un solo pecado; él sabe que es su propia sangre preciosa derramada por el pecador, lo que hace que la persona afligida, acongojada y perpleja, se convierta en un hijo de Dios. 3MS 371.4

La Palabra de Dios es como un jardín lleno de hermosas y fragantes flores. Hermana mía, ¿no cortará Ud. las flores, las rosas, los lirios, y los claveles de sus promesas? Descanse en su amor. Ninguna lengua puede expresar ni mente finita concebir la grandeza y riqueza de sus promesas precisamente para un alma débil y temblorosa como Ud. Su parte es la fe sencilla y la confianza; la parte del Señor nunca deja de cumplirse. Por fe alléguese al Salvador que lleva el pecado, y entonces aférrese a él por la fe. No se acongoje; esto no la ayudará en nada. Crea que Cristo mismo reprende al enemigo, y que éste no puede tener más control sobre Ud. Crea que Satanás ha sido reprendido. Cuando el enemigo viene como avenida de aguas, “el Espíritu de Jehová levantará bandera contra él”. Isaías 59:19. 3MS 372.1

Aférrese a Jesús y nunca lo suelte—De nuevo le pido que aparte su mirada de Ud. misma. Mire a Jesús. Aférrese al Todopoderoso, y no lo suelte nunca. Nuestro Señor Jesús le ha expresado su amor dando su propia vida para que Ud. sea salva; no debe desconfiar de su amor. No mire el lado oscuro. Llénese de esperanza en Dios. Contemplando a Jesús como su Salvador que perdona el pecado, llegará a transformarse a su imagen. Diga: “He pedido a mi Salvador, él me ha hecho libre, y con seguridad estoy libre. Pertenezco al Señor, y el Señor es mío. No temeré. Yo sé que él me ama en mis debilidades, y no lo entristeceré mostrando que desconfío de él. Rompo mis relaciones con el enemigo. Cristo ha cortado las cuerdas que me ataban, y yo alabaré al Señor”. 3MS 372.2

Así puede Ud. educar y fortalecer su mente. Que el Señor la ayude y la bendiga en todo momento. Sea libre, sí, sea libre en el Señor ahora mismo. Regocíjese en su libertad.—Carta 36, 1900. 3MS 372.3