Mensajes Selectos Tomo 3

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Capítulo 35—Enseñando la reforma pro salud en la familia

Los padres deben ser consecuentes delante de sus hijos a la hora de comer

La obra que nos toca hacer ahora es muy solemne y ferviente. No podemos evadirla. Existe la mayor necesidad de educación en más de un sentido. Una gran necesidad que ambos de vosotros tenéis, es sentir que debéis estar bajo la supervisión de Dios. Sois su propiedad. Vuestros hijos son [también] su propiedad para ser preparados como los miembros más jóvenes de la familia de Dios, para que no se consideren especialmente complacidos en algún capricho en tanto que se les niega otro. Si vosotros fuerais observadores del mismo plan de disciplina que veis que otros siguen en su trato con sus hijos, los criticaríais severamente. 3MS 335.1

Y de nuevo: no os complazcáis cuando os sentéis a la mesa provista de una gran variedad de alimentos, y como os gustan estas cosas las comáis a la vista de vuestros hijos, mientras les decís a ellos: “No, vosotros no podéis serviros de esto, porque os hace mal”, mientras vosotros coméis abundantemente de las mismas cosas que les prohibís a ellos que toquen. Vuestra disciplina en este respecto necesita reforma, y a ésta debe aplicarse el principio de la práctica. 3MS 335.2

Es una crueldad que vosotros os sentéis a tomar una tercera comida, y a tener la satisfacción de platicar y gozar, en tanto que obligáis a vuestros hijos a sentarse a un lado y a no comer nada, pensando que esto representa una excelente disciplina bajo la cual están vuestros hijos, a saber: permitirles que os vean comer y que no se rebelen contra vuestra autoridad. Ellos se rebelan. Ahora son jóvenes, pero el continuar este tipo de disciplina echará a perder vuestra autoridad. 3MS 336.1