Mensajes Selectos Tomo 3

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El gusto y el juicio han sido corrompidos

No conocéis el peligro de comer carne simplemente porque vuestro apetito lo reclama. Al participar el hombre de este régimen, coloca en su boca algo que estimula pasiones que no son santas. Emociones impías llenan la mente, y las percepciones espirituales se anublan, pues la complacencia propia tiende a corromper el gusto y el juicio. Al servir en vuestra mesa esa clase de alimentos vais en contra de la voluntad de Dios. Se produce una condición de cosas que os inducirá a desatender los preceptos de la ley de Dios... 3MS 330.2

Pero no es un asunto fácil vencer las tendencias heredadas y cultivadas. El yo es dominante, y lucha por la victoria. Pero las promesas son para “el que venciere”. El Señor presenta el camino correcto, pero él no obliga a nadie a obedecer. El deja al arbitrio de quienes ha concedido la luz, recibirla o despreciarla; pero la conducta de los tales es seguida por seguros resultados. La causa debe producir efectos... 3MS 331.1

Descansa sobre los padres la más solemne obligación de conformarse con los hábitos correctos en el comer y beber. Presentad delante de vuestros hijos alimentos sencillos y sanos, evitando todo lo que sea de una naturaleza estimulante. Los efectos que un régimen a base de carne tendrá sobre hijos nerviosos no tenderá a hacerlos de un temperamento dulce, sino malhumorados, irritables, apasionados e impacientes frente a las restricciones; se pierden las prácticas virtuosas, y la corrupción destruye la mente, el alma y el cuerpo.—Manuscrito 47, 1896. 3MS 331.2