Mensajes Selectos Tomo 3

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Amor y no reglas estrictas e inflexibles

No puedo aprobar de ninguna manera la idea de que los niños deben sentir que están siempre sometidos a una constante desconfianza, que deben estar siempre vigilados, y que no pueden actuar como niños. Pero únanse los maestros en los juegos de los niños, sean uno con ellos, y muéstrenles que desean que los niños estén felices, y esto dará confianza a los alumnos. Pueden ser controlados por el amor, y no por reglas severas, estrictas e inflexibles, en sus comidas y recreaciones.—Carta 42, 1886. 3MS 261.1

Nuestros talentos se nos conceden para usarlos y para desarrollarlos con el uso. ¡Ojalá que los padres se dieran cuenta de que las familias de la tierra pueden ser símbolos de la familia del cielo! Ojalá comprendieran su responsabilidad—de la cual tendrán que dar cuenta—de mantener sus hogares libres de toda contaminación del mal moral. Dios se propone que tengamos mucho más de cielo en nuestras familias de lo que tenemos. 3MS 261.2

Escenas placenteras y una obra interesante—Desde sus más tiernos años los niños aprenden cosas, y si se mantienen delante de ellos escenas agradables en el hogar, llegarán a familiarizarse con la cortesía, la bondad y el amor cristianos. Sus mentes se forman con lo que ven y lo que oyen, y los padres están sembrando la semilla que producirá una cosecha para la felicidad o la desgracia. Si los padres son sólo cristianos de nombre, si no son hacedores de la Palabra, están colocando sobre sus hijos su propia escritura, y no la escritura de Dios. Los niños anhelan algo que impresione sus mentes. Padres, por amor a Cristo, dad a sus almas sedientas y hambrientas algo con lo cual alimentarse. 3MS 261.3

Los niños son por naturaleza activos, y si los padres no les proporcionan algo para ocuparlos, Satanás inventará algo para mantenerlos atareados en alguna obra mala. Por lo tanto, educad a vuestros hijos para que hagan trabajo útil. Podéis revestir todo trabajo de una dignidad que lo convierta en algo provechoso y elevador. 3MS 261.4

Introducid placer en vuestra relación con vuestros hijos—No creáis que tenéis el deber de hacer de la vida de vuestros hijos algo no placentero. Lo desagradable vendrá muy pronto. Poned todo el placer posible en vuestras actividades como maestros y educadores de vuestros hijos. Animadlos a que hagan de vosotros vuestros compañeros. Con toda seguridad encontraréis impulsos pecaminosos, inclinaciones malsanas y hábitos objetables en vuestros hijos; pero si los animáis a buscar la asociación con vosotros, podréis dar el molde debido a sus gustos y sentimientos y eliminar el descontento, el pesar y la rebelión. Venced su orgullo viviendo delante de ellos un ejemplo de mansedumbre y humildad de corazón. 3MS 262.1

Necesitamos eliminar de nuestra conversación todo lo que es duro y condenatorio. Cuando nos vistamos de Cristo, con mansedumbre y humildad de corazón, representaremos a Cristo en todo nuestro trato con nuestros hijos. A todos los que trabajan en la obra de Cristo para la salvación de las almas, el Salvador les dice: “Sois colaboradores de Dios... sois labranza de Dios, edificio de Dios”.—Manuscrito 143, 1899. 3MS 262.2