Mensajes Selectos Tomo 2

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15—Se oirán amonestaciones*

Estamos viviendo en los últimos días de la historia terrena, y no debe sorprendernos nada que ocurra en términos de apostasía y de negación de la verdad. La incredulidad se ha convertido ahora en un arte que los hombres ejercen para la destrucción de sus almas. Existe constantemente el peligro de la existencia de impostores entre los predicadores del púlpito, cuyas vidas contradigan las palabras que pronuncian; pero la voz de advertencia y amonestación se escuchará mientras dure el tiempo; y los que sean culpables de transacciones que nunca deberían haber realizado, cuando sean reprochados o aconsejados mediante los instrumentos señalados por el Señor, resistirán el mensaje y rehusarán ser corregidos. Seguirán adelante tal como lo hicieron Faraón y Nabucodonosor, hasta que el Señor les quite la razón y sus corazones ya no puedan ser impresionados. Oirán la palabra del Señor, pero si prefieren no prestarle atención, el Señor los hará responsables de su propia ruina. 2MS 167.1

Dios se buscó un mensajero en Juan el Bautista para preparar el camino del Señor. Este debía dar al mundo un testimonio resuelto al reprobar y denunciar el pecado. Lucas, cuando anuncia su misión y su trabajo, dice: “E irá delante de él con el espíritu y el poder de Elías, para hacer volver los corazones de los padres a los hijos, y de los rebeldes a la prudencia de los justos, para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto”. Lucas 1:17. 2MS 167.2

Muchos fariseos y saduceos vinieron al bautismo de Juan, y éste dice dirigiéndose a ellos: “¡Generación de víboras! ¿Quién os enseñó a huir de la ira venidera? Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento, y no penséis decir dentro de vosotros mismos: A Abrahán tenemos por padre; porque yo os digo que Dios puede levantar hijos a Abrahán aun de estas piedras. Y ya también el hacha está puesta a la raíz de los árboles; por tanto, todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado en el fuego. Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento; pero el que viene tras mí, cuyo calzado yo no soy digno de llevar, es más poderoso que yo; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego. Su aventador está en su mano, y limpiará su era; y recogerá su trigo en el granero, y quemará la paja en fuego que nunca se apagará”. Mateo 3:7-12. 2MS 168.1

La voz de Juan resonó como una trompeta. Su comisión era: “Anuncia a mi pueblo su rebelión, y a la casa de Jacob su pecado”. Isaías 58:1. No había recibido educación en las escuelas humanas. Dios y la naturaleza habían sido sus maestros. En la tarea de preparar el camino para el advenimiento de Cristo se necesitaba a uno que fuera tan valiente como para hacer oír su voz al igual que los profetas de la antigüedad, y amonestar a la nación degenerada para que se arrepintiera. 2MS 168.2

Lo oyeron gente de todas las clases sociales

Y todos salieron al desierto para oírlo. Los pescadores y los campesinos incultos acudieron desde las comarcas vecinas y de regiones cercanas y lejanas. Los soldados romanos salieron de los cuarteles de Herodes para ir a escucharlo. Los capitanes fueron con las espadas ceñidas a su costado con el fin de sofocar todo lo que se asemejara a un alboroto o a una rebelión. Los avaros cobradores de impuestos acudieron de todas partes; y desde el Sanedrín fueron los sacerdotes con sus filacterias. Todos escucharon fascinados; y todos se retiraron, aun los fariseos, los saduceos y los fríos e insensibles escarnecedores de ese tiempo, sin tener ya más su expresión de burla, y con una profunda convicción de su pecado. No hubo prolongados argumentos, ni bien estructuradas teorías, presentadas elaboradamente con sus “en primer lugar”, “en segundo lugar” y “en tercer lugar”. En cambio, se advertía una elocuencia pura e innata en las sentencias cortas, y cada palabra llevaba con ella la certidumbre y la verdad de las poderosas advertencias dadas. 2MS 168.3

El mensaje de advertencia de Juan seguía los mismos lineamientos de la amonestación dada a Nínive: “De aquí a cuarenta días Nínive será destruida”. Jonás 3:4. Nínive se arrepintió y se volvió a Dios, y Dios aceptó su reconocimiento de él. Se le concedieron a sus habitantes cuarenta años de prueba para que manifestaran la legitimidad de su arrepentimiento y se apartaran del pecado. Pero Nínive se volvió nuevamente al culto de las imágenes, y su iniquidad se hizo más profunda y más desesperada que antes, porque sus habitantes habían recibido la luz y la habían rechazado. 2MS 169.1

Juan llamó al arrepentimiento a todas las clases sociales. A los fariseos y saduceos les dijo: Huid de la ira que está por venir. Vuestras pretensiones de que Abrahán es vuestro padre no tienen ningún valor para vosotros. No os impartirán principios puros ni santidad de carácter. Los sacrificios ceremoniales carecen de valor a menos que discernáis su objeto, el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Os apartáis de los requerimientos de Dios y seguís vuestras propias ideas pervertidas, y así perdéis las características que os constituyen en verdaderos hijos de Abrahán. 2MS 169.2

Y señalando los montones informes de piedras entre las cuales corría el agua, dijo: “Dios puede levantar hijos a Abrahán aun de estas piedras”. Mateo 3:9. 2MS 169.3

Juan el Bautista reprochó abiertamente el pecado de los hombres de ocupaciones humildes y de los hombres de elevada alcurnia. Declaró la verdad a los reyes y los nobles, ya fuera que la escucharan o la rechazaran. Se dirigía a cada individuo y hablaba específicamente. Reprochó a los fariseos del Sanedrín porque su religión consistía en una práctica formal y no en la justicia de una obediencia pura y voluntaria... Habló a Herodes con respecto a su casamiento con Herodías, y le dijo: No es lícito que la tengas por mujer. Le habló de una ineludible retribución futura, cuando Dios juzgaría a cada persona según sus obras... 2MS 169.4

“Vinieron también unos publicanos para ser bautizados, y le dijeron: Maestro, ¿qué haremos?” Lucas 3:12. ¿Les dijo: Abandonad vuestros puestos de cobradores de impuestos? No, sino: “No exijáis más de lo que os está ordenado”. Lucas 3:13. Como recolectores de impuestos debían utilizar pesas y balanzas exactas. Podían reformarse en aquellas cosas en que manifestaban falta de honradez y opresión. 2MS 170.1

“También le preguntaron unos soldados, diciendo: Y nosotros, ¿qué haremos? Y les dijo: No hagáis extorsión a nadie, ni calumniéis; y contentaos con vuestro salario”. Lucas 3:14... 2MS 170.2

La espada de la verdad en acción

También Cristo habló específicamente a todas las clases sociales. Reprochó a aquellos que dominaban a sus semejantes, a aquellos cuyas pasiones y prejuicios inducían a muchos a errar y compelían a muchos a blasfemar a Dios. La espada de la verdad estaba embotada por las excusas y las suposiciones; pero Cristo llamó a las cosas por su nombre. Colocó el hacha a la raíz del árbol. Mostró que todas las actividades religiosas meramente formalistas no podían salvar a la nación judía, porque no contemplaban ni recibían por la fe al Cordero de Dios como su Salvador. 2MS 170.3

En estos días finales también debe llevarse a cabo una obra como la de Juan el Bautista, y debe predicarse un mensaje como el suyo. El Señor ha estado dando mensajes a su pueblo mediante los instrumentos que él ha escogido, y quiere que todos presten atención a las amonestaciones y las advertencias que envía. 2MS 170.4

El mensaje que precedió el ministerio del Hijo de Dios fue: Arrepentíos, publicanos; arrepentíos, fariseos y saduceos; “porque el reino de los cielos se ha acercado”. Mateo 3:2. Nuestro mensaje no debe ser de “paz y seguridad”. 1 Tesalonicenses 5:3. Como pueblo que cree en el pronto regreso de Cristo, tenemos una obra que realizar, y un mensaje que proclamar: “Prepárate para venir al encuentro de tu Dios”. Amós 4:12. Debemos elevar las normas y predicar el mensaje del tercer ángel: los mandamientos de Dios y la fe de Jesús. 2MS 171.1

El mensaje para hoy

Nuestro mensaje debe ser tan directo como era el de Juan. El censuró a los reyes por su iniquidad. Condenó el adulterio de Herodes. A pesar de que su vida corría peligro, la verdad no enmudeció en sus labios. Y la obra que llevamos a cabo en esta época debe ser igualmente fiel. Los habitantes del mundo de hoy son como los moradores de la tierra en la época del diluvio. La maldad de los habitantes del mundo antiguo resalta claramente en esta declaración: “Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal”. Génesis 6:5. Dios se cansó de esas gentes que pensaban únicamente en el placer y en la complacencia. No buscaron el consejo del Dios que los había creado, ni se cuidaron de realizar su voluntad. Recibieron el reproche de Dios porque continuamente iban en pos de las fantasías de sus propios corazones, y la tierra estaba llena de violencia. “Y se arrepintió Jehová de haber hecho hombre en la tierra, y le dolió en su corazón”. “Y miró Dios la tierra, y he aquí que estaba corrompida; porque toda carne había corrompido su camino sobre la tierra. Dijo, pues, Dios a Noé: He decidido el fin de todo ser, porque la tierra está llena de violencia a causa de ellos; y he aquí que yo los destruiré con la tierra”. Génesis 6:6, 12, 13... 2MS 171.2

Hay deberes especiales que deben realizarse, reproches especiales que deben darse en este período de la historia terrena. El Señor no dejará a su iglesia sin reproches y advertencias. Los pecados se han puesto de moda, pero no por eso son menos ofensivos a la vista de Dios. Se los disculpa, se disminuye su gravedad y se los excusa; se recibe amistosamente a las mismas personas que están introduciendo teorías falsas y conceptos falsos, que confunden la mente del pueblo de Dios, que atenúan sus sensibilidades con respecto a lo que son los principios rectos. De este modo la conciencia se ha tornado insensible a los consejos y a los reproches que se han dado. La luz impartida y las exhortaciones al arrepentimiento han sido extinguidas por las nubes de la incredulidad y la oposición, introducidas por los planes y las invenciones humanas. 2MS 172.1

Dios requiere un fervor vivaz. Puede ser que los ministros no sean muy versados en los libros; pero si hacen lo mejor que pueden con los talentos que poseen, si trabajan a medida que tienen la oportunidad de hacerlo, si presentan sus declaraciones con lenguaje sencillo, si son humildes y andan con cuidado y mansedumbre, buscando la sabiduría celestial, trabajando para Dios de todo corazón, y actúan impulsados por un motivo predominante, el amor a Cristo y a las almas por las que él murió, entonces serán escuchados por los hombres, y aun por los que tienen capacidades y talentos superiores. Habrá un encanto en la sencillez de las verdades que presentan. Cristo es el mayor maestro que el mundo ha conocido. 2MS 172.2

Juan no aprendió en las escuelas de los rabinos. Sin embargo los reyes y los nobles, los fariseos y los saduceos, los soldados romanos y los oficiales, los que habían sido educados en la etiqueta de la corte, los cobradores de impuestos astutos y calculadores, y los hombres célebres en el mundo, todos escucharon sus palabras. Tenían confianza en sus sencillas declaraciones y eran convencidos de sus pecados. Le preguntaron: “¿Qué haremos?” Lucas 3:14... 2MS 172.3

El fervor es necesario

En esta época, justamente antes de la segunda venida de Cristo en las nubes del cielo, el Señor llama a hombres que estén dispuestos a ser fervorosos y a preparar a un pueblo para que espere el gran día del Señor. Los hombres que han pasado largos períodos en el estudio de los libros no están revelando en sus vidas ese ministerio fervoroso que es esencial para este tiempo del fin. No dan un testimonio sencillo y directo. Los ministros y los estudiantes necesitan la infusión del Espíritu de Dios. Los llamamientos realizados con fervor y oración de parte de los mensajeros de almas íntegras crearán convicciones. No se necesitará que hombres eruditos hagan esto, porque ellos dependen más de la ilustración obtenida en los libros que de su conocimiento de Dios y de Jesucristo a quien él ha enviado. Todos los que conozcan al Dios verdadero y viviente, también conocerán a Jesucristo, el Hijo unigénito de Dios, y predicarán a Jesucristo y a él crucificado... 2MS 173.1

¿Piensa alguien que los mensajes de amonestación no llegarán hasta aquellos a quienes Dios reprocha? Los que son reprochados pueden levantarse indignados y procurar acallar mediante la ley al mensajero de Dios; pero al hacer esto no están poniendo la ley sobre el mensajero sino sobre Cristo, quien dio el reproche y la amonestación. Cuando los hombres ponen en peligro la obra y la causa de Dios debido a su conducta equivocada, ¿no oirán la voz de reproche? Si esto tuviera que ver únicamente con el que hace el mal, si el daño no pasara de él, entonces él solo debería recibir las palabras de amonestación; pero cuando su conducta provoca un daño definido a la causa de la verdad, y pone en peligro a las almas, Dios requiere que la advertencia se proclame con la misma amplitud que tiene el perjuicio que se ha realizado. Los testimonios no serán obstaculizados. Las palabras de reproche y de advertencia, el claro “así dice Jehová”, vendrán de los instrumentos señalados por Dios; porque las palabras no se originan en el instrumento humano sino que proceden de Dios, quien lo designó para que realizara su obra. Si se realiza una demanda judicial en los tribunales terrenos, y Dios permite que siga adelante el juicio, se debe a que su propio nombre ha de ser glorificado. Pero el infortunio sobrecogerá a la persona que decidió realizar esa obra. Dios lee los motivos, de cualquier índole que sean. Oro para que Dios enseñe a nuestros hermanos a ser íntegros y a no transigir. La causa de Dios ha sido dañada por hombres inconsecuentes que actúan en ella, y cuanto antes se los separe, tanto mejor será... 2MS 173.2

Dios llama a hombres de fidelidad a toda prueba. No tiene lugar en una situación de emergencia para hombres de dos caras. Quiere a hombres capaces de colocar su mano sobre un trabajo erróneo y de decir: “Esto no está de acuerdo con la voluntad de Dios”.—Carta 19a, 1897. 2MS 174.1