Mensajes Selectos Tomo 2

56/227

Probad todas las así llamadas visiones

Puesto que se ha difundido ampliamente el rumor según el cual la Hna. White ha respaldado lo que se ha escrito, y se lo ha hecho circular como revelaciones de Dios dadas a la Srta. Ana Phillips, creo que es mi deber hablar. Yo no he respaldado esas producciones. Se me ha advertido que éstas ciertamente descarriarán. Llevarán entretejidas declaraciones que conducirán a extremos y a acciones equivocadas por parte de quienes las acepten. Nuestros hermanos harían bien en avanzar con cautela, de acuerdo con la luz que se les ha dado. Deberían probar las así llamadas visiones antes de aceptarlas y presentarlas en relación con la luz que Dios me ha dado. Vi que nuestro pueblo corre el riesgo de cometer graves errores y de realizar movimientos prematuros. Dios dice acerca de estos profetas que están surgiendo: “Yo no los he enviado, y sin embargo corren. No les creáis”. 2MS 102.3

Pero lo que me aflige es que algunos de nuestros hermanos han relacionado las manifestaciones de Ana Phillips con los testimonios de la Hna. White, y han presentado ambos al pueblo como una misma cosa. Muchos han aceptado la totalidad como si procediera de mí. Y cuando el resultado de esas manifestaciones se vea en su verdadero carácter, cuando las falsedades se presenten como verdades de Dios, y las personas obren de acuerdo con esas cosas y crean que constituyen un mensaje del Señor, se producirán movimientos que no llevarán las credenciales divinas y se pondrá en duda la verdadera obra del espíritu de profecía. Y los testimonios que Dios envía al pueblo llevarán el estigma de esas falsas declaraciones. Esas revelaciones constituyen mayormente una repetición de lo que ha estado al alcance del pueblo durante años en forma impresa; y sin embargo, mezcladas con ellas hay algunas cosas que extraviarán... 2MS 103.1

Tengo una advertencia para nuestros hermanos, y es que deben seguir a su Guía y no adelantarse a Cristo. No se realice ninguna obra apresurada en estos tiempos. Cuidado con realizar fuertes declaraciones que induzcan a las mentes desequilibradas a pensar que tienen una luz maravillosa procedente de Dios. El que lleva un mensaje al pueblo de Dios debe ejercer un perfecto control. Siempre debería recordar que la senda de la presunción está muy cerca de la senda de la fe. En ningún caso debería utilizar expresiones extravagantes, porque esto afectará con toda seguridad a una clase determinada, y pondrá en juego influencias que no podrán ser mejor controladas que un caballo impetuoso. Permítase por una sola vez que el impulso y la emoción dominen el juicio sereno, y se tendrá exceso de velocidad, aun cuando se viaje en un camino correcto. El que viaje con demasiada velocidad descubrirá que ello es peligroso en más de un sentido. Puede ser que no transcurra mucho tiempo antes de que se salga del camino correcto y se interne por un sendero equivocado. 2MS 103.2

No debe permitirse ni una sola vez que los sentimientos dominen el juicio. Existe el peligro de que se cometan excesos en aquello que es lícito, y lo que no es lícito ciertamente conducirá por sendas falsas. Si no se realiza una obra cuidadosa, ferviente, razonable y sólida como una roca en relación con la promoción de cada idea y principio, y en cada afirmación hecha, se arruinará a las almas... Debería ejercerse el mayor cuidado con relación a aquellos que pretenden recibir revelaciones de Dios. Debe haber una estrecha vigilancia y mucha oración. Los que desempeñan una parte en la gran obra para estos días finales necesitan aconsejarse mutuamente con respecto a todo concepto nuevo que ha de introducirse, porque no debe permitirse que ninguna mente individual juzgue o presente en público los asuntos importantes que se relacionan con la causa de Dios.—Carta 6a, 1894. 2MS 104.1