Mensajes Selectos Tomo 2

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Declaraciones hechas por la Sra. de White en la entrevista

Os estoy refiriendo estas experiencias a fin de que tengáis conocimiento de aquello por lo que hemos pasado... Algunos [fanáticos, después de 1844] danzaban de un lado para otro y cantaban: “Gloria, gloria, gloria, gloria, gloria, gloria”. A veces yo permanecía sentada hasta que ellos hubiesen terminado, y luego me levantaba y decía: “No es ésta la forma en que el Señor trabaja. No causa impresiones en el ánimo de este modo. Debemos dirigir la mente de la gente hacia la Palabra como el fundamento de nuestra fe”. 2MS 48.4

En aquel tiempo yo era tan sólo una niña, y sin embargo tuve que presentar repetidas expresiones de censura contra esas manifestaciones extrañas. Y desde entonces he procurado ser sumamente cuidadosa para evitar que alguna experiencia de esta suerte vuelva a acontecer a nuestro pueblo. Cualquier manifestación de fanatismo aparta la mente de la evidencia de la verdad: la Palabra misma. 2MS 49.1

Vosotros podéis tener una conducta consecuente, pero podría ser que aquellas personas que fuesen influidas por vosotros tuvieran una conducta muy inconsecuente, y, como resultado, muy pronto tendríamos nuestras manos llenas con algo que haría casi imposible dar a los no creyentes la impresión correcta de nuestro mensaje y de nuestra obra. Debemos ir al encuentro de la gente con la sólida Palabra de Dios, y cuando la reciban, entonces el Espíritu Santo podrá venir; pero siempre viene, según he dicho antes, en una forma que resulta aceptable para el juicio de la gente. En lo que decimos, en lo que cantamos, y en todos nuestros ejercicios espirituales, debemos revelar esa serenidad, esa dignidad y ese temor santificado que son característicos de cada verdadero hijo de Dios. 2MS 49.2

Existe el peligro constante de ir en pos de algo que llega a nuestro medio y que nosotros consideramos como la actuación del Espíritu Santo, pero que en realidad es el fruto del espíritu de fanatismo. Mientras permitamos que el enemigo de la verdad nos conduzca por el camino equivocado, no podremos esperar alcanzar con el mensaje del tercer ángel a los que son sinceros de corazón. Debemos ser santificados mediante la obediencia a la verdad. Temo todo lo que tienda a apartar la mente de la sólida evidencia de la verdad como está revelada en la Palabra de Dios. Temo eso; repito que lo temo. Debemos colocar nuestras mentes dentro de los límites de la razón, para que el enemigo no se introduzca y trastorne el orden de las cosas. Hay personas de temperamento excitable que fácilmente son conducidas al fanatismo; y si permitiésemos que en nuestras iglesias se introdujera alguna cosa que indujese a error a tales personas, pronto veríamos esos errores desarrollarse en toda su extensión, y entonces, debido a la conducta de esos elementos desordenados, toda la organización adventista quedaría manchada por un baldón. 2MS 49.3

Volverá a surgir el fanatismo

He estado estudiando la manera de publicar otra vez algunas de estas experiencias, de modo que un mayor número de nuestros hermanos pueda recibir la información necesaria, porque sé desde hace mucho tiempo que el fanatismo volverá a manifestarse en diferentes formas. Debemos fortalecer nuestra posición estudiando intensamente la Palabra, y evitando todas las rarezas y los ejercicios extraños que con mucha rapidez algunas personas aceptarán y practicarán. Si permitiésemos que la confusión se introdujera en nuestras filas, no podríamos afirmar nuestra obra en la forma debida... 2MS 50.1

Durante los años del ministerio de Cristo en la tierra, mujeres piadosas ayudaron en la obra que el Salvador y sus discípulos llevaban a cabo. Si los que se oponían a esta obra hubieran podido encontrar alguna cosa anormal en la conducta de esas mujeres, eso habría hecho terminar la obra de inmediato. Pero mientras las mujeres trabajaban con Cristo y los apóstoles, toda la obra se llevaba a cabo en un plano tan elevado, que se situaba por encima de toda sospecha. No fue posible encontrar ninguna ocasión para acusarlos. Las mentes de todos eran dirigidas hacia las Escrituras y no a los individuos. Se proclamaba la verdad inteligentemente y en forma tan sencilla que todos podían comprenderla. 2MS 50.2

Siento mucho temor de que se introduzca entre nuestro pueblo cualquier cosa de naturaleza fanática. Hay muchísimos que deben ser santificados, pero deben serlo mediante la obediencia al mensaje de verdad... 2MS 51.1

No podemos permitir que elementos excitables que se encuentran entre nosotros se manifiesten en una forma que destruiría nuestra influencia sobre aquellos a quienes deseamos alcanzar con la verdad. Nos llevó años superar la impresión desfavorable que los no creyentes obtuvieron de los adventistas cuando se enteraron de las actuaciones extrañas e impías de elementos fanáticos que había entre nosotros durante los primeros años de nuestra existencia como pueblo separado (Manuscrito 115, 1908). 2MS 51.2