Mensajes Selectos Tomo 2

216/227

53—Últimos mensajes dirigidos a la Asociación General*

“Elmshaven”, Sanitarium, California, 4 de mayo de 1913.

¡Un saludo de mi parte a los participantes del Congreso de la Asociación General!

Mis queridos hermanos,

“Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo. Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación, el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios”. 2 Corintios 1:2-4. 2MS 460.1

“Mas a Dios gracias, el cual nos lleva siempre en triunfo en Cristo Jesús, y por medio de nosotros manifiesta en todo lugar el olor de su conocimiento. Porque para Dios somos grato olor de Cristo en los que se salvan, y en los que se pierden”. 2 Corintios 2:14, 15. 2MS 460.2

“Porque no nos predicamos a nosotros mismos, sino a Jesucristo como Señor, y a nosotros como vuestros siervos por amor de Jesús. Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo. Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros”. 2 Corintios 4:5-7. 2MS 460.3

“Por tanto, no desmayamos; antes aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día. Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria; no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas”. 2 Corintios 4:16-18. 2MS 461.1

Esperanza y ánimo

Nuestros hombres representativos que asisten al Congreso de la Asociación General tienen el privilegio de fomentar un espíritu de esperanza y valor. Hermanos míos, el Señor se os ha revelado en muchas formas, ha llenado vuestros corazones con la luz de su presencia mientras trabajabais en países distantes y en vuestra patria; os ha protegido de los peligros visibles e invisibles; y ahora, cuando volvéis a reuniros con vuestros hermanos en un congreso, tenéis el privilegio de estar gozosos en el Señor y de regocijaros en el conocimiento de su gracia sustentadora. Que su amor se posesione de la mente y el corazón. Cuidad de no fatigaros en exceso, de no agobiaros por la inquietud, de no estar deprimidos. Dad un testimonio elevador. Apartad vuestros ojos de lo que es oscuro y de lo que produce desánimo, y contemplad a Jesús nuestro gran Dirigente, bajo cuya supervisión vigilante la causa de la verdad presente, a la cual estamos dando nuestras vidas y todo lo que somos, está destinada a un triunfo glorioso. 2MS 461.2

La actitud que nuestros hombres representativos mantengan durante el congreso ejercerá una influencia decisiva sobre todos en todo el campo, como también sobre los delegados. Hermanos míos, dejad que se vea que Jesús mora en el corazón, que sustenta, fortalece y reconforta. Tenéis el privilegio de recibir cada día una abundante medida de su Espíritu Santo, y de tener una visión más amplia de la importancia y el alcance del mensaje que estamos proclamando al mundo. El Señor está dispuesto a revelaros cosas maravillosas de su ley. Esperad delante de él con humildad de corazón. Orad fervorosamente pidiendo una comprensión de los tiempos en que vivimos, solicitando una concepción más plena de sus propósitos y rogando por una mayor eficacia en la tarea de salvar a las almas. 2MS 462.1

Con frecuencia durante la noche se me pide que inste a nuestros hermanos que ocupan cargos de responsabilidad a que realicen esfuerzos fervorosos por conocer más perfectamente al Señor. Cuando nuestros obreros comprendan como deberían comprender la importancia de los tiempos en que vivimos, habrá un propósito más decidido de estar del lado del Señor, y llegarán a ser verdaderos colaboradores juntamente con Dios. Cuando consagren el corazón y el alma al servicio de Dios, descubrirán que es indispensable tener una experiencia más profunda que cualquiera que hayan tenido si es que han de triunfar sobre el pecado. 2MS 462.2

Conviene que consideremos aquello que pronto ocurrirá en el mundo. Este no es un tiempo para dedicarlo a las cosas frívolas o a las satisfacciones egoístas. Si los tiempos en que vivimos no logran impresionar de veras nuestras mentes, ¿qué otra cosa podría realizar un impacto en nosotros? ¿No piden las Escrituras un trabajo más puro y santo que el que hemos visto hasta ahora? 2MS 462.3

Un llamado a la reconsagración

Ahora se necesitan hombres de claro entendimiento. Dios pide que los que están dispuestos a dejarse dirigir por el Espíritu Santo señalen el camino hacia una obra de reforma cabal. Veo una crisis delante de nosotros, y el Señor pide que sus colaboradores se alisten. Cada alma debería encontrarse ahora en una posición donde manifieste una consagración a Dios más profunda y verdadera que en los años pasados. 2MS 462.4

Durante el Congreso de la Asociación General celebrado en 1909 debió efectuarse una obra en los corazones de las personas que asistieron, y sin embargo esa obra no se realizó. Habría que haber dedicado horas a la investigación del corazón, lo cual habría conducido a la ruptura del terreno de los corazones de los que asistían a las reuniones. Esto les habría proporcionado discernimiento intelectual para comprender la obra de arrepentimiento y confesión que era tan indispensable que se realizara en ellos. Pero, aunque se dieron oportunidades para que se confesaran los pecados, para que se manifestara un arrepentimiento sincero y para que se llevara a cabo una reforma decidida, no se efectuó una obra cabal. Algunos sintieron la influencia del Espíritu Santo y respondieron a ella, pero no todos se rindieron a su influjo. Las mentes de algunos se habían encaminado por cauces prohibidos. Si todos los miembros de la congregación hubiesen humillado sus corazones, habrían experimentado una bendición maravillosa. 2MS 463.1

Durante varios meses después de la terminación del congreso soporté una carga pesada y llamé vehementemente la atención de los hermanos que ocupaban puestos de responsabilidad hacia aquellas cosas que el Señor me estaba instruyendo que les presentase con claridad. Finalmente, algunas personas que ocupaban posiciones de confianza en relación con la obra en general, después de mucha oración y de un estudio cuidadoso de los diferentes mensajes dados, se aventuraron a emprender por fe la obra que se les pedía: una obra que no podían comprender plenamente; y cuando avanzaron en el temor de Dios recibieron abundantes bendiciones. 2MS 463.2

Me he llenado de gozo al ver transformaciones admirables que han ocurrido en las vidas de algunos que aceptaron avanzar por fe en el camino del Señor, antes que seguir en una senda de su propia elección. Si los hermanos que ocupaban cargos de responsabilidad hubiesen continuado viendo las cosas en una luz falsa, habrían creado una situación que habría dañado tristemente la obra; pero cuando obedecieron la instrucción que les fue enviada y buscaron al Señor, Dios los puso en la luz plena y los capacitó para prestar un servicio aceptable y para producir reformas espirituales. 2MS 464.1

Cuando el Señor extiende su mano para preparar el camino delante de sus ministros, el deber de éstos consiste en seguir hacia donde él dirige. El nunca olvidará ni dejará en la incertidumbre a los que obedecen de todo corazón sus directivas. 2MS 464.2

Una expresión de confianza

Hermanos míos, “me gozo de que en todo tengo confianza en vosotros”. 2 Corintios 7:16. Y si bien es cierto que aún experimento una ansiedad muy intensa debido a la actitud que algunos están adoptando con respecto a medidas importantes relacionadas con el desarrollo de la causa de Dios en el mundo, tengo una poderosa fe en los obreros de todo el campo y creo que al reunirse y al humillarse delante del Señor, y al reconsagrarse a su servicio, serán capacitados para hacer su voluntad. Hay algunos que ni aun ahora ven las cosas en la luz debida, pero éstos pueden aprender a ver desde los mismos puntos de vista que sus compañeros en la obra, y pueden evitar cometer errores serios si buscan fervorosamente al Señor en esta oportunidad y si someten su voluntad por entero a la voluntad de Dios. 2MS 464.3

He quedado profundamente impresionada por ciertas escenas que contemplé durante la noche. Parecía efectuarse un gran movimiento, una obra de reavivamiento, en muchos lugares. Nuestro pueblo se alistaba y respondía al llamamiento de Dios. Hermanos míos, el Señor nos está hablando. ¿No escucharemos su voz? ¿No aprestaremos nuestras lámparas y obraremos como hombres que esperan la venida del Señor? El tiempo en que vivimos exige que se haga brillar la luz y que se pongan las manos a la obra. 2MS 465.1

Hermanos, “yo pues..., os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados, con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor, solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz”. Efesios 4:1-3.—The General Conference Bulletin, 33, 34. 2MS 465.2