Mensajes Selectos Tomo 2

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50—Las columnas de nuestra fe*

Durante los cincuenta años pasados de mi vida, he tenido preciosas oportunidades de obtener un conocimiento experimental. He tenido experiencia en los mensajes del primero, del segundo y del tercer ángel. Se representa a los ángeles volando por en medio del cielo, proclamando un mensaje de advertencia al mundo, y ejerciendo una acción directa sobre la gente que vive en los últimos días de la historia terrena. Nadie oye la voz de esos ángeles, porque son un símbolo que representa al pueblo de Dios que trabaja en armonía con el universo del cielo. Hombres y mujeres esclarecidos por el Espíritu de Dios y santificados por la verdad proclaman sucesivamente los tres mensajes. 2MS 446.1

He tenido una parte en esa obra solemne. Casi toda mi experiencia cristiana está entretejida con ella. Hoy viven algunos que han tenido una experiencia similar a la mía. Han reconocido la verdad que está siendo revelada para este tiempo; se han mantenido en armonía con el gran Dirigente, el Capitán de la hueste del Señor. 2MS 446.2

En la proclamación de los mensajes se han cumplido todas las especificaciones dadas por la profecía. Los que tuvieron el privilegio de desempeñar una parte en la proclamación de estos mensajes han obtenido una experiencia del más alto valor para ellos; y ahora, cuando vivimos en medio de los peligros de estos últimos días, cuando se oirán voces que dirán en todas partes: “He aquí el Cristo”, “He aquí la verdad”, mientras la preocupación de muchos consiste en desarraigar el fundamento de nuestra fe que nos ha hecho salir de las iglesias y del mundo para constituir un pueblo peculiar en el mundo, debemos dar nuestro testimonio como lo dio Juan: “Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado, y palparon nuestras manos tocante al Verbo de vida...; lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros”. 1 Juan 1:1-3. 2MS 446.3

Testifico de las cosas que he visto, de las cosas que he oído, de las cosas que mis manos han manejado en lo que concierne a la Palabra de vida. Sé que este testimonio procede del Padre y del Hijo. Hemos visto, y damos testimonio de ello, que el poder del Espíritu Santo ha acompañado la presentación de la verdad, ha amonestado mediante la pluma y la voz, y ha dado los mensajes en su orden respectivo. Negar esta obra equivaldría a negar el Espíritu Santo, y nos colocaría con esa compañía que se alejó de la fe y prestó oídos a los espíritus seductores. 2MS 447.1

Un asalto contra la confianza

El enemigo pondrá en movimiento todo lo que pueda para desarraigar la confianza de los creyentes en las columnas que constituyen nuestra fe en los mensajes del pasado, lo cual nos ha colocado sobre la elevada plataforma de la verdad eterna, y ha establecido y dado distinción a la obra. El Señor Dios de Israel ha conducido a su pueblo mediante la revelación de verdades de origen celestial. Se ha escuchado su voz y aún sigue escuchándosela: “Avanzad de fortaleza en fortaleza, de gracia en gracia, y de gloria en gloria”. La obra se está fortaleciendo y ampliando, porque el Señor Dios de Israel es la defensa de su pueblo. 2MS 447.2

Los que poseen solamente una teoría de la verdad, los que tocan la verdad sólo con la punta de los dedos, los que no han llevado sus principios al santuario interior del alma sino que han mantenido la verdad en el atrio exterior, no verán nada de sagrado en la historia pasada de este pueblo que lo ha hecho lo que actualmente es, y que ha establecido a sus miembros como misioneros fervorosos y decididos que trabajan en el mundo. 2MS 447.3

La verdad para este tiempo es preciosa, pero aquellos cuyos corazones no han sido quebrantados al caer sobre la Roca que es Cristo Jesús, no verán ni comprenderán qué es la verdad. Aceptarán aquello que place a sus ideas y comenzarán a preparar otro fundamento diferente del que ya ha sido puesto. Halagarán su propia vanidad y estima pensando que son capaces de quitar las columnas de nuestra fe para reemplazarlas por pilares inventados por ellos. 2MS 448.1

Esta situación proseguirá durante todo el tiempo que el mundo dure. Quien haya sido un estudiante serio de la Biblia verá y comprenderá la posición solemne de aquellos que viven durante las escenas finales de la historia terrena. Sentirá su propia ineficacia y debilidad, y hará que su primera preocupación consista no solamente en una forma de piedad sino en una relación vital con Dios. No se atreverá a descansar hasta que Cristo se haya formado interiormente como la esperanza de gloria. El yo morirá, el orgullo será expelido del alma, y poseerá la humildad y la mansedumbre de Cristo (Manuscrito 28, 1890). 2MS 448.2