Mensajes Selectos Tomo 2

156/227

Otras experiencias con el carbón

Una recuperación rápida.—Un hermano enfermó de disentería hemorrágica e inflamación de los intestinos. No observaba estrictamente la reforma pro salud, sino que se dejaba dominar por sus apetitos. Por entonces nos preparábamos para salir de Texas, donde habíamos estado trabajando durante varios meses, de modo que hicimos acondicionar carruajes para transportar a este hermano y a su familia, y a varios otros que estaban enfermos de malaria. Mi esposo y yo pensamos que era preferible soportar este gasto antes que permitir que murieran esos jefes de familia y dejaran desamparadas a sus esposas y sus hijos. 2MS 343.4

Dos o tres fueron puestos sobre colchones de elásticos en una galera de andar suave. Pero este hombre que sufría de inflamación de los intestinos, envió a buscarme. Mi esposo y yo decidimos que no sería conveniente moverlo de donde estaba. Se temía que ya se hubiese iniciado un proceso de gangrena. Luego me sobrevino un pensamiento como una comunicación del Señor, según el cual debía tomar carbón pulverizado, ponerle agua y darla a beber al enfermo, y luego colocar cataplasma de carbón sobre el vientre y el estómago. Estábamos como a una milla de la ciudad de Denison, pero el hijo del enfermo fue a una herrería, consiguió carbón, lo pulverizó, y luego lo utilizó de acuerdo con las instrucciones dadas. El resultado fue que en el término de media hora se había producido una reacción favorable. Tuvimos que seguir nuestro viaje y dejar atrás a esta familia; pero cuál no sería nuestra sorpresa al día siguente cuando su galera alcanzó a la nuestra. El enfermo estaba acostado en ella. La bendición de Dios había obrado mediante los recursos sencillos utilizados. Carta 182, 1899[A un obrero del campo misionero. Véase la pp. 329]. 2MS 343.5

Carbón y linaza.—Necesitamos mucho un hospital. El jueves la Hna. Sara McEnterfer* fue llamada para ver qué podía hacer por el hijito del Hno. B, de 18 meses de edad. Durante varios días había tenido una hinchazón dolorosa en la rodilla, y se suponía que había sido producida por la picadura de un insecto ponzoñoso. Se le aplicó carbón pulverizado mezclado con linaza, y esta cataplasma produjo un alivio inmediato. El niño había gritado toda la noche a causa del dolor, pero cuando se le aplicó esto, se durmió. Ella ha ido hoy a ver dos veces a la criaturita. Abrió la tumefacción en dos lugares y salió una gran cantidad de pus y de sangre. El niño experimentó alivio de su gran sufrimiento. Agradecemos al Señor porque podemos obtener conocimiento en el empleo de cosas sencillas que están a nuestro alcance para aliviar el dolor y suprimir la causa que lo produce (Manuscrito 68, 1899 [Manuscrito General]). 2MS 344.1