Mensajes Selectos Tomo 2

13/227

El ejemplo de Cristo

Que nadie tema incurrir en extremos mientras estudia detenidamente la Palabra y humilla el alma a cada paso. Cristo debe morar en él por la fe. El, su Ejemplo, era sereno. Andaba humildemente. Poseía una verdadera dignidad. Tenía paciencia. Si nosotros, los que aceptamos la justificación por la fe, poseemos esos rasgos de carácter, no habrá extremistas... 2MS 24.2

El ejemplo de Cristo está delante de nosotros con el fin de mantener siempre estrechamente relacionados la ley y el Evangelio. No pueden ser separados. Cultívense la calma y la serenidad, y manténganse con perseverancia, porque tal fue el carácter de Cristo. Oímos las expresiones vehementes de los falsos hombres de religión que formulan atrevidas pretensiones, que hablan mucho y en voz alta, diciendo: “Soy santo y no tengo pecado”, cuando en realidad no poseen el mínimo fundamento para su fe. En el Autor de toda verdad no vemos bulliciosas afirmaciones de fe ni tremendas contorsiones y ejercicios corporales. 2MS 24.3

Recordad que en él habita toda la plenitud de la Divinidad corporalmente. Si Cristo mora por la fe en nuestros corazones, mediante la contemplación de su vida procuraremos ser como Jesús, puros, pacíficos y sin contaminación. Revelaremos a Cristo en nuestro carácter. No sólo recibiremos y absorberemos luz sino también la difundiremos. Tendremos un concepto más claro y preciso de lo que Jesús es para nosotros. En nuestras vidas brillarán la simetría, el encanto y la benevolencia que se manifestaron en la vida de Jesucristo (Manuscrito 24, 1890). 2MS 25.1