Reina Valera 1989
Números 32
1 Los hijos de Rubén y los hijos de Gad tenían muchísimo ganado. Y al ver la tierra de Jazer y la tierra de Galaad, el lugar les pareció apropiado para el ganado.
2 Entonces los hijos de Gad y los hijos de Rubén fueron y hablaron a Moisés, al sacerdote Eleazar y a los dirigentes de la congregación, diciendo:
3 —Atarot, Dibón, Jazer, Nimra, Hesbón, Eleale, Sebam, Nebo y Beón,
4 tierras que Jehovah conquistó delante de la congregación de Israel, son tierras apropiadas para el ganado; y tus siervos tienen ganado.
5 Por eso—dijeron—, si hemos hallado gracia ante tus ojos, sea dada esta tierra a tus siervos como posesión; no nos hagas cruzar el Jordán.
6 Pero Moisés respondió a los hijos de Gad y a los hijos de Rubén; —¿Irán vuestros hermanos a la guerra, y vosotros os quedaréis aquí?
7 ¿Por qué desalentáis a los hijos de Israel, de modo que no crucen a la tierra que les ha dado Jehovah?
8 Así hicieron vuestros padres cuando los envié desde Cades-barnea para que reconociesen la tierra.
9 Fueron hasta el arroyo de Escol, y después que reconocieron la tierra desalentaron a los hijos de Israel para que no entrasen en la tierra que Jehovah les había dado.
10 Entonces se encendió el furor de Jehovah, y juró diciendo:
11 “Los hombres que vinieron de Egipto, desde los 20 años para arriba, no verán la tierra de la cual juré a Abraham, a Isaac y a Jacob, porque no me siguieron con integridad;
12 excepto Caleb hijo de Jefone el quenezeo y Josué hijo de Nun, quienes con integridad han seguido a Jehovah.”
13 El furor de Jehovah se encendió contra Israel, y los hizo andar errantes 40 años por el desierto, hasta que pasó toda aquella generación que había hecho lo malo ante los ojos de Jehovah.
14 Y he aquí, vosotros habéis sucedido a vuestros padres, prole de hombres pecadores, para añadir más al ardor de la ira de Jehovah contra Israel.
15 Porque si dejáis de ir en pos de él, él volverá otra vez a dejaros en el desierto; y destruiréis a todo este pueblo.
16 Entonces ellos se acercaron a él y le dijeron: —Aquí edificaremos rediles para nuestras ovejas y ciudades para nuestros niños;
17 pero nosotros nos armaremos, listos para ir al frente de los hijos de Israel, hasta que los introduzcamos en su lugar. Nuestros niños quedarán en las ciudades fortificadas, a causa de los habitantes del país.
18 No volveremos a nuestras casas hasta que los hijos de Israel reciban cada uno su heredad.
19 Porque no tomaremos heredad con ellos al otro lado del Jordán ni más allá, pues ya tendremos nuestra heredad en este lado del Jordán, al oriente.
20 Entonces les respondió Moisés: —Si así lo hacéis, si os armáis para ir a la guerra delante de Jehovah,
21 y si todos vuestros hombres cruzan armados el Jordán delante de Jehovah, hasta que él haya echado a sus enemigos de su presencia
22 y la tierra sea sometida delante de Jehovah, luego volveréis y seréis libres de culpa ante Jehovah e Israel. Entonces esta tierra será vuestra en posesión delante de Jehovah.
23 Pero si no lo hacéis así, he aquí que habréis pecado contra Jehovah, y sabed que vuestro pecado os alcanzará.
24 Edificaos, pues, ciudades para vuestros niños y rediles para vuestros rebaños, pero haced lo que habéis prometido.
25 Los hijos de Gad y los hijos de Rubén dijeron a Moisés: —Tus siervos harán como manda mi señor.
26 Nuestros niños, nuestras mujeres, nuestros rebaños y todo nuestro ganado quedarán allí en las ciudades de Galaad;
27 pero tus siervos, todos los que están armados para la guerra, cruzarán delante de Jehovah para la batalla, como dice mi señor.
28 Entonces Moisés dio órdenes acerca de ellos al sacerdote Eleazar, a Josué hijo de Nun y a los jefes de las casas paternas de las tribus de los hijos de Israel.
29 Moisés les dijo: —Si los hijos de Gad y los hijos de Rubén, todos armados para la guerra, cruzan con vosotros el Jordán delante de Jehovah, después que la tierra sea conquistada por vosotros, les daréis la tierra de Galaad como posesión.
30 Pero si no cruzan armados con vosotros, entonces tendrán que tomar posesión entre vosotros en la tierra de Canaán.
31 Los hijos de Gad y los hijos de Rubén respondieron diciendo: —Haremos lo que Jehovah ha dicho a tus siervos.
32 Nosotros cruzaremos armados delante de Jehovah a la tierra de Canaán, pero la posesión de nuestra heredad estará en este lado del Jordán.
33 Así Moisés dio a los hijos de Gad, a los hijos de Rubén y a la media tribu de Manasés hijo de José, el reino de Sejón, rey amorreo, y el reino de Og, rey de Basán: la tierra con sus ciudades dentro de sus fronteras y las ciudades del territorio circundante.
34 Los hijos de Gad reedificaron Dibón, Atarot, Aroer,
35 Atarot-sofán, Jazer, Jogboa,
36 Bet-nimra y Bet-haram, ciudades fortificadas, y rediles de rebaños.
37 Los hijos de Rubén reedificaron Hesbón, Eleale, Quiriataim,
38 Nebo, Baal-maón (con los nombres cambiados), y Sibma. Ellos llamaron con otros nombres a las ciudades que reedificaron.
39 Los hijos de Maquir hijo de Manasés fueron a Galaad y la tomaron, echando a los amorreos que estaban allí.
40 Entonces Moisés dio Galaad a Maquir hijo de Manasés, el cual habitó en ella.
41 También Jaír hijo de Manasés fue y tomó sus aldeas, y las llamó Havot-jaír.
42 Asimismo, Nóbaj fue y tomó Quenat y sus aldeas, y la llamó Nóbaj, según su propio nombre.